viernes, 31 de diciembre de 2010

2010: Despedida y cierre con Ryan Adams y "Elizabeth You Were Born To Play That Part"

Se acaba 2010, un año con sus cosas buenas y sus cosas malas. Un año razonablemente bueno, diremos. Tampoco quiero hacer balance, ni valorar esto o aquello a nivel personal o general. La vida sigue, eso es lo importante.

Tengo esperanzas puestas en 2011, veremos cómo va la cosa. Tengo planes, pequeños proyectos, mucha música que escuchar y muchos conciertos que ver. Y voy a empezar hoy mismo.



De momento os dejo aquí uno de los temas que más han sonado en mi iPod este año. Una canción fabulosa de un disco un tanto incomprendido de Ryan Adams, 29. La canción se introduce lentamente en tu cabeza y tiene una larga coda prácticamente perfecta.

Os invito a cerrar los ojos, pulsar el pequeño reproductor que hay justo debajo, y escuchar el tema hasta el final. Y feliz 2011 a todos.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Bryan and the Haggards - Pretend It's the End Of The World (2010)

Esto es trampa.

Después de escuchar repetidamente el disco de Bryan & The Haggards, he sacado dos conclusiones. La primera es que es mi disco favorito de 2010; el mejor del año, si lo preferís así. La segunda es que esta gente es tan buena que casi empiezan a resultar preocupantes.

Me refiero a los miembros de Mostly Other People Do The Killing y a algunos de sus satélites, como los que participan en este disco. En realidad, Bryan & The Haggards se compone de los mismos musicos que los Big Five Chord de Jon Lundbom (del que ya hablé aquí a cuenta de su estupendo Accomplish Jazz), con Bryan Murray como líder.



Por eso es trampa. Porque si Pretend It's the End Of the World es casi perfecto, el último de MOPDTK (Forty Fort) también, el Foxy de Jon Irabagon es arrollador y el ya mencionado Accomplish Jazz no se queda atras... ¿qué está pasando con estos tipos y, por extensión, con el sello Hot Cup Records? Pues que son muy buenos, que tienen grandes ideas y que juntos muestran una química difícil de encontrar por ahí.

Pretend It's the End Of the World tiene todo eso, y más. A partir de la adaptación de algunos temas clasicos del country, Murray, Lundbom, Danny Fischer y los impresionantes Moppa Elliott y Jon Irabagon construyen algunos temas que son jazz, son free, son rock y lo que haga falta, sin renunciar a sus raices country & western.

No se puede describir, hay que escucharlo.


Nota 1: Escribo esto desde Londres, con un ordenador britanico en el que soy incapaz de encontrar las tíldes. En unos días, a mi vuelta, corregiré todas las erratas de este tipo.

Nota 2: Solucionado el asunto de la nota 1.

martes, 28 de diciembre de 2010

Wynton Marsalis - Music For & Inspired By Peter Brotzmann (2010)

Wynton Marsalis sorprendió hace unas semanas a propios y extraños con algunas declaraciones en las que manifestaba una gran filia por el free jazz europeo, a raíz de haberlo estudiado en profundidad. Y es que Marsalis, en su afán investigador, ha pasado algunos periodos de 2010 en Europa, estudiando y tocando esa música con nombres como Evan Parker, Alexander Von Schlippenbach, Han Bennink o Peter Brötzmann.

Es con Brötzmann, precisamente, con quien más tiempo ha compartido, llegando a tocar en varias fechas con el Chicago Tentet del alemán, sustituyendo a Joe McPhee o a Jeb Bishop, según la ocasión. En un concierto en Oslo, el trompetista llegó a decir, medio en broma, medio en serio, que las grandes obras que había creado Brötzmann en Chicago no quedaban lejos de las de Louis Armstrong en la misma ciudad durante los años 30.



Lamentablemente, no hay grabaciones de esos conciertos, pero Marsalis aprovechó algunas de sus estancias en el viejo continente para registrar algunas composiciones e improvisaciones junto a músicos como Barry Guy, Paul Lovens, Sten Sandell, Evan Parker, Sven-Åke Johansson, Joëlle Léandre, Paul Dunmall o Raymond Strid.

Son especialmente curiosas dos colaboraciones: The Thing+Wynton Marsalis y el dúo del trompetista con el gran Paal Nilssen-Love. Aunque Brötzmann es la inspiración del disco, no toca en ninguna pieza; sin embargo, en la carpetilla se deja caer la posibilidad de un futuro álbum coliderado por ambos músicos.

Más allá de la curiosidad del proyecto, hay que dejar claro que todo parece un enorme favor concedido por los músicos europeos al famoso trompetista. En su delirio, Marsalis asume que controla la situación cuando, a lo largo de todo el CD, queda bien claro que no sabe por donde le da el aire. Hay momentos (como el dúo con Evan Parker o el trío con Barry Guy y Paul Lovens) en los que Marsalis roza muy de cerca lo verdaderamente patético.

Nadie duda que es un gran trompetista y que ha grabado grandes discos pero, si no se sabe hacer algo, no se sabe, por muchas ganas que uno le ponga.

Por lo menos, Marsalis escribe en las liner notes una especie de disculpa por su episodio con el ignorante de Sigüenza, comentando que ha tenido oportunidad de conocer la música de Larry Ochs y que le tiene fascinado.
También dice que lo que más lamenta es no haber podido grabar a dúo con el que nombra como uno de sus músicos preferidos: el desaparecido trombonista Paul Rutherford. Pobrecito.

lunes, 27 de diciembre de 2010

Ken Thomson and Slow/Fast - It Would Be Easier If (2010)

Ken Thomson es un saxofonista y clarinetista, habitual del underground neoyorquino, que se acaba de sacar de la manga un fabuloso debut como líder. Se llama It Would Be Easier If y es difícil encontrarle fallos.

Con un grupo redondo en el que destaca Russ Johnson (a quien no recuerdo haber escuchado tan bien como aquí), Thomson firma un puñado de originales que te agarran desde el principio hasta el final del disco.



Tanto el enfoque, como el sonido del grupo o el carácter de los solistas son muy frescos, aunque en realidad no toquen nada fuera de lo común. La cosa es que funciona y que suena realmente atractivo.

Jazz relativamente libre con aderezos de rock y el toque alternativo justo para no ser snob ni superficial. Música de nuestro tiempo que sitúa a It Would Be Easier If entre lo mejor que se ha editado en 2010.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Massimo Urbani - Out Of Nowhere (1990)

Qué talento tenía este tío, madre mía. Cuando le descubrí, hace años, me hice con todos los discos de Massimo Urbani que pude y los escuché obsesivamente. Hace tiempo que no volvía a su música y, reescuchando Out Of Nowhere, me doy cuenta de que debo hacerlo con más asiduidad.



Este es un disco que, partiendo de una "blowin' session" normal y corriente, se viene arriba gracias al asombroso saxofonista. Unos pocos standards y un grupo de músicos italianos muy competentes, aunque desconocidos, no bastan.

Urbani tenía algo especial: ese fraseo, ese sonido... Qué gran pérdida.

Sé que mi amigo Naiel Ibarrola tiene debilidad por los músicos italianos así que... This one's for you!

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Más cambios en Imaxina Sons + la opinión de Lucía Martínez

Hace un par de días me llegó un email de Quinito López Mourelle en el que comunicaba que ya no formaba parte del equipo del festival Imaxina Sons. Esta noticia tiene toda la pinta de estar relacionada con el inexplicable cese de Baldo Martínez como director artístico del festival, de la que ya hablé aquí hace 20 días.

Quinito es un buen amigo y un gran escritor, y su labor en el departamento de prensa del Imaxina Sons siempre ha sido estupenda. Las crónicas de los conciertos que se publicaban en la web del festival dan buena muestra de ello. Es un tipo que sabe lo que dice y que, además, sabe ponerlo en negro sobre blanco, y de eso no pueden presumir muchos festivales en nuestro país.

La designación de Nani García como sustituto de Martínez abre una nueva etapa en la historia de Imaxina Sons, aunque todavía no sabemos qué nos deparará.



De todas formas, quiero aprovechar para publicar un texto aparecido hace unos días en la web de Cuadernos de Jazz en el que Lucía Martínez comenta la destitución de Baldo Martínez (no hay parentesco, por cierto).

Lucía Martínez es una batería y percusionista de enorme talento y su carrera es una de las más prometedoras de nuestra escena. Además es natural de Vigo y conoce el festival perfectamente, con lo que su opinión es de primera categoría. Aquí os la dejo.


¿Por qué cambiar lo que funciona, y bien además?
Por Lucía Martínez


Cuando recibo la “famosa notificación” del cese del director artístico del Imaxina Sons, no puedo hacer otra cosa que echarme las manos a la cabeza y preguntarme ¿por qué? Es una pregunta que no sé realmente quién me podría responder porque la razón que observo en esa notificación, la verdad, no me convence.


“Nos vemos obligados a aportarle aires nuevos a todas las programaciones que se repiten año a año para no caer en la rutina y volver a sorprender a los públicos que año a año apoyan el festival y a los nuevos públicos que queremos que se acerquen al jazz en nuestra ciudad”. Si existe algo poco rutinario en cuanto a actividad cultural se refiere es este festival que, después de seis años, si por algo llegó a ser conocido, respetado y admirado, fue por esa “falta de rutina”, no sólo en propuestas musicales sino en nombres. De hecho, una de las grandes preocupaciones de Baldo Martínez, como programador, era no repetir nombres de ediciones pasadas y muchos de nosotros, como músicos de jazz, no entramos en la programación por ese motivo, ya fuese con nuestros propios proyectos o con aquellos en los que participábamos. Así que ese afán de aportar aires nuevos que pretende la persona responsable de este festival (que no sé quién es), no se consigue dejando de lado -eso sí, muy educadamente-, a una persona que ha demostrado que puede hacer las cosas bien.


En cuanto a la “sorpresa”, no cabe en mi cabeza y tengo la certeza de que en la de otros muchos tampoco; la línea y la actividad que llevaba este festival nunca jamás en seis años nos dejó de sorprender ¿por qué iba a hacerlo ahora? Es muy temerario suponer hechos que en realidad no existen por el mero hecho de que pudiesen existir. No hay empresario más exitoso que el que delega, el que ofrece responsabilidades a los demás y comparte sus éxitos y fracasos. A la vista del público o de los músicos, este festival ha ido creciendo desde una pequeña isla hasta convertirse en las orillas de la ría, y me atrevo a decir que una de las razones ha sido la labor de Baldo Martínez: evidentemente, todo el equipo que trabaja en el festival tiene su parte en este triunfo pero Baldo es la persona que se arriesgó a proponer determinados proyectos que en cualquier otra circunstancia no habrían llegado a nuestro festival.


Y hablo de “nuestro” festival porque de una manera muy especial se hizo parte de la actividad de nuestra ciudad, y como viguesa, me honra poder decir fuera de mi ciudad qué tipo de festival tenemos. A nivel personal, este festival y su director artístico me han brindado la posibilidad de conocer tendencias y maneras de hacer música que nunca hubiese podido imaginar y me ha dado razones para hacerme salir de Galicia, para ver, escuchar y conocer. Eso sí, siempre vuelvo al Festival, como el que vuelve por Navidad.


Algo que también me duele mucho de todo esto es que no se haya brindado a Baldo Martínez la posibilidad de despedirse. No sé si desde dentro de la organización se puede ver pero la mayoría de músicos europeos que quieren venir al festival es a él a quien llaman, con quien contactan, a quien mandan un CD o le envían un e-mail. Es a Baldo al que todos vamos a comentar si nos gustó o no el concierto. Es a él a quien le van a preguntar los críticos de jazz que visitan el festival: y es Baldo la cara visible ante público, músicos y prensa de este festival. Y no sólo eso sino que lo respetamos y lo queremos porque se hace respetar, porque es serio y porque durante el festival siempre tiene tiempo para todos. Me gustaría que el próximo director artístico fuese a todos y cada uno de los conciertos, que desayunase con la prensa, comiese con programadores de otros festivales y cenase con los músicos, que tuviese tiempo y energía para estar como Baldo Martínez ha estado.


Todavía, y más aún, Baldo Martínez es capaz de enviar un comunicado demostrando su agradecimiento al Ayuntamiento de Vigo por confiar en él y a toda la gente que hace posible este festival: Baldo, eres todo un señor.


Con toda mi mejor intención, lo único que puedo hacer es darle las gracias a Baldo Martínez por estos seis años y desearle una larga y exitosa vida al Imaxina Sons.



Puedes ver la publicación original pinchando aquí o en la imagen.

domingo, 19 de diciembre de 2010

Neil Young: el rugido del viejo león (5 de octubre de 2010)

Extraído de mi artículo para Muro de Sonido, blog musical de ELPAIS.com:

"Antes de que Le Noise saliese a la venta, ya se habían publicado algunas críticas poco halagadoras al respecto. Estoy convencido de que Neil Young contaba con ello y de que le importaba bastante poco, pero no hay que subestimar la capacidad de provocar sensaciones –aunque sean negativas– por parte de una novedad discográfica. En estos tiempos de tibieza y flojera musical, en los que lo mimético se disfraza de moderno y lo retrospectivo de novedoso, se agradece un poco de osadía, más aún, viniendo de un clásico como Young."



"El planteamiento inicial de la grabación es sencillo: Neil y su guitarra a pelo, tocando canciones completamente desnudas. Hasta ahí no hay sorpresas; Young ha tocado en infinidad de ocasiones acompañándose exclusivamente de su guitarra acústica. La diferencia es que, en Le Noise, la quebradiza voz del canadiense está envuelta en guitarras eléctricas saturadas hasta la extenuación, con loops obsesivos que aparecen y desaparecen y una sonoridad cavernosa que amplifica la sensación de trascendencia del conjunto."


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"Le Noise parte de la esencia del directo para dejarse arropar por decenas de detalles que pueden pasar desapercibidos, pero que están ahí. El tema que abre el disco, “Walk With Me”, es toda una declaración de intenciones y sirve como resumen de lo que contiene el resto del álbum. Desde la contundencia del primer acorde de guitarra, hasta los loops y arrebatos ruidistas que lo cierran, Young y Lanois crean algo máximo con lo mínimo. No hay bajo, no hay batería, solos de guitarra o instrumentos de apoyo; solamente música tocada desde las entrañas, cruda, primaria e intensa."


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"En resumen, Le Noise es un disco extremo y lleno de matices, de escucha reposada y asentamiento irresistible; su enfoque no debe ser un obstáculo, sino algo definitivo para amarlo u odiarlo. Es poco probable situarse en un termino medio con Le Noise, como lo es hacerlo con muchas obras maestras, y banalizarlo será, muy probablemente, el recurso de quién no quiera profundizar en él. No hay problema, ellos se lo pierden."



Pinchando AQUÍ o en la imagen puedes leer el artículo completo.

jueves, 16 de diciembre de 2010

James Moody - Moody's Mood For Love (1956-57)

Hace unos días falleció James Moody, un músico con el que nunca he tenido mucha afinidad, pero al que no se le puede negar un lugar de excepción en la historia del jazz.

Este es mi disco favorito de entre los suyos, más por motivos personales que musicales. En él Moody toca mucho la flauta, algo que hacía particularmente bien, y está acompañado por, entre otros, el gran Johnny Coles. Como curiosidad, Benny Golson toca el piano en "Foolin' The Blues".



En cuanto a Moody, probablemente no soy el apropiado para hablar mucho sobre él, así que me he tomado la libertad de transcribir aquí un precioso texto que David Liebman colgó ayer en su página de Facebook. Sus palabras son inmejorables, así que os dejo con ellas.


=Moody now belongs to the ages=

Moody - what can you say?


First of all, he was a jazz musican of the first order beyond "Moody's Mood," which, of course, was his trademark song. Specifically, it was his flute playing that was unique and truly be-bop, played on a very difficult instrument to exert control.


But Moody had more going than many of his contemporaries because of his naturally ebullient personality, which was key to his communicative success with an audience. Further was James' unquenchable thirst to learn more and be on top of contemporary trends.


I remember one of my early tours with the Elvin Jones Group (1972) as part of a George Wein Newport style armada trudging throughout Europe. Moody was part of the "Young Giants of Jazz" with Sonny Stitt, Roy Haynes and others of his generation. James couldn't get enough of asking my partner, Steve Grossman, and myself about pentatonic and diminished scale licks, "Giant Steps" and other Coltraneisms that we were playing, wirting them down and discussing.


At one point, Illinois Jacquet yelled something in the bus to us all seated together in the back to the effect of why bother with that "bull...." James just laughed and told us to ignore him.


Moody was a true artist, a lover of life and a gentle loving human being. I'll miss him.


Dave Liebman, (15-12-2010)


Nota: Pinchando en la portada puedes escuchar el disco en Spotify (sólo en algunos países).

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Jeremy Jay - Splash (2010)

Jeremy Jay tiene todo para no gustarme y, sin embargo, creo que tiene algo. Esa especie de mezcla de lo-fi, new wave y pop británico funciona, probablemente, porque Jay tiene mano para hacer canciones.

Splash no está tan bien como Slow Dance, su anterior disco, pero tiene algunos temas que molan. Tiene gracia que el pop de un norteamericano suene más británico que el de muchos ingleses.



Hay menos sintetizador y más guitarra que en otros discos suyos, aunque todo sigue sonando muy 80s, como le gusta a Jay.

Splash
es, en teoría, el primero de dos discos que el cantautor quería sacar en 2010, aunque se le está acabando el año para ello.

El disco es decepcionante, en cierta forma, pero Jeremy Jay sigue siendo un tipo a seguir.


Nota: Pinchando en la portada puedes escuchar el disco en Spotify (sólo en algunos países).

lunes, 13 de diciembre de 2010

Coleman Hawkins and his All-Stars - Timeless Jazz


Hubo una época, hace unos cuantos años, en la que Coleman Hawkins era mi saxo tenor favorito. Hoy en día sigue siendo uno de mis predilectos pero, en aquel entonces, lo mío era pura devoción.

Compré este disco en aquellos años (calculo que rondaría el año 94-95) y, que yo recuerder, no había vuelto a escucharlo desde entonces. Reeditado varias veces de diferentes formas, la mía era una edición de Fresh Sound de 1991, con las liner notes (aparentemente) originales, aunque sin firmar.

Timeless Jazz fue editado originalmente por el difunto sello Jazztone, y grabado en un gran momento de la carrera de Hawkins. La información sobre la fecha de grabación es confusa pero esta fue, muy probablemente, el 8 de noviembre de 1954.

El bop estaba en pleno apogeo y Hawkins demuestra sin problemas su adaptación al estilo, acompañándose de otros ilustres "todoterreno" como Milt Hinton, Billy Taylor y el gran Jo Jones. El trompetista Emmett Berry y el trombonista Eddie Bert (que aún vive), se unen en algunos temas.

Dadas las condiciones de grabación de sellos como Jazztone en los 50 y las ediciones en CD de primeros de los 90, el sonido es verdaderamente cavernoso. Hay momentos en los que a Jo Jones se le intuye, en el mejor de los casos, y una incómoda reverb envuelve todo el conjunto.
Pero la música es magnifica, como no podía ser de otra forma con estos individuos.

A destacar un precioso y curioso "Ain't Misbehavin'" tocado a tiempo lento. Canelita en rama.


Nota: Pinchando en la portada puedes escuchar una nueva edición de este disco en Spotify.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Taylor Ho Bynum: El primero de la clase (Retratos mínimos - CdJ 118, mayo-junio de 2010)

Extraído de mi artículo publicado en el número 118 de Cuadernos de Jazz:

"Últimamente da la sensación de que hay que hacer un gran esfuerzo para encontrar vida inteligente entre los miles de instrumentistas clónicos, neoboppers cansinos, vanguardistas trasnochados (que de vanguardia tienen poco) y “profesionales” del jazz, dos términos que, en cierta forma, deberían ser antagónicos. Afortunadamente, buscando con cuidado entre los protagonistas de este incierto panorama se pueden encontrar algunas cabezas que sobresalen entre la multitud: músicos jóvenes que nos devuelven la fe en el jazz. Taylor Ho Bynum es uno de ellos."

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"Si bien lo normal es relacionarle con la vanguardia, en él reside toda la tradición del instrumento y podemos considerarle heredero de King Oliver, Rex Stewart, Bobby Bradford y Butch Morris, así como de otros trompetistas como Wadada Leo Smith, Don Cherry, Bill Dixon, Miles Davis e incluso Cootie Williams. Utiliza regularmente varios tipos de sordina (harmon, cup, plunger), su capacidad técnica es tremenda y su lenguaje, dúctil y original. Con un estilo personal y difícil de clasificar, oscila entre lo postmoderno y lo anacrónico sin perder en ningún momento la coherencia en su discurso."



"En ciertos momentos puede parecer que Bynum tiene vocación de co-líder, puesto que muchas de sus grabaciones son colaboraciones o esfuerzos colectivos, pero ha editado dos títulos con su sexteto que están entre lo más impresionante de su producción. En ambos discos hay piezas tocadas en trío con Halvorson y Fujiwara, un formato con el que Bynum ha girado con asiduidad y en el que es evidente que se siente muy cómodo. Suena más crudo y directo que cuando la composición la protagoniza el grupo completo (con Bauder, Pavone y O’Reilly), sirve como complemento y oxigena otros pasajes, como unas comillas que abren y cierran una frase o expresión para darle más entidad."

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"Estas son sólo algunas muestras de la efervescente personalidad de un músico completo, comprometido y pertinaz: instrumentista, compositor, arreglista, líder, sideman, productor… Lo tiene todo pero, sobre todo, un futuro que parece realmente impresionante y que vamos a tener la suerte de disfrutar. Es probable que sea pronto para hablar de Bynum como uno de los grandes, pero más probable aún es que sólo sea cuestión de tiempo."


Puedes leer el artículo completo pinchando AQUÍ o en la imagen.


Fotos: Amy Touchette

martes, 7 de diciembre de 2010

La mirada gris (4 de octubre de 2010)


Extraído de mi columna de opinión para Cuadernos de Jazz:

"Hace no demasiado, un compañero y amigo me dijo que no era positivo demostrar en público demasiada pasión por algo, en este caso, la música. Me sorprendió muchísimo esa afirmación y algunas otras muestras de sorpresa que he percibido ante la naturalidad de demostrar efusivamente mi amor por el jazz. Lejos de sentirme fuera de lugar, tengo la sensación de que mi pasión no sólo es valiosa, sino que las críticas y la condescendencia ante ese tipo de muestras no son más que el reflejo gris de algo que, en el fondo, se envidia o se echa de menos."

"Si ustedes se mueven con aficionados o profesionales del jazz de cierta edad, tarde o temprano presenciarán ese tipo de actitud condescendiente. Un supuesto estatus adquirido con el paso de los años, y un falso estar de vuelta de todo porque “yo ya estuve, he vuelto y nada me sorprende, ya que lo he visto todo”. En esto del jazz, al ser una escena presuntamente intelectual, esta tendencia es aún más acusada, y no les digo nada si hablamos de la crítica. Es como si mostrar efusividad fuese un signo de debilidad profesional, algo que quita credenciales de experto sustituyéndolas por las de fan. Qué palabra más vilipendiada ¿verdad?"

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"Está claro que relacionarse de forma doméstica con una pasión ofrece una libertad de lo más higiénica. Cuando uno necesita la música, la tiene, y cuando no, la quita de la agenda. Cuando esa relación trasciende lo lúdico es cuando florece el peligro de verse atrapado y, en consecuencia, la tendencia a crear mecanismos de defensa pueriles que otorguen la ilusión de que uno controla la situación, y no al revés. Lo mejor para no seguir aprendiendo es creer que uno ya no tiene nada que aprender, sea porque no lo hay, a la manera de Gorgias, o porque no parece trascendente."


Puedes leer la columna completa pinchando AQUÍ.


Imagen: portada de la edición de papel del número 119-120 de Cuadernos de Jazz (julio-octubre 2010)

domingo, 5 de diciembre de 2010

Guimarâes Jazz 2010

Voy a estar unos días de viaje, así que he decidido dejar algunos enlaces programados, empezando por mi reseña del festival de Guimarâes, al que tuve el placer de asistir el pasado mes de noviembre.

Pongo aquí unos extractos del texto, cuya versión original puedes leer pinchando AQUÍ o en la imagen.

"Muy cerca de cumplir su veinte aniversario, el Festival de Jazz de Guimarâes sigue manteniendo una programación ecléctica que, ni pierde de vista el jazz, ni da de lado al público. Portugal parece tolerar con toda naturalidad la oferta jazzística, y el auditorio del Centro Cultural Vila Flor se llena sin problema con muchos de los conciertos del festival. ¿El secreto? Calidad y variedad; dos ingredientes que nunca fallan."

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"En honor a la verdad hay que decir que, si bien el grupo de Garrett ha cambiado, el saxofonista sigue siendo el mismo. Con su discurso intacto, las líneas de Garrett serpentearon sobre los ritmos sincopados y obsesivos de su banda, como en sus inicios junto a Miles Davis. El líder protagonizó, al menos, el ochenta por ciento de los pasajes solistas, con largas intervenciones en las que pudimos escuchar, una vez más, su personal sonido, su hábil forma de dominar el tiempo y su capacidad para alcanzar el clímax instrumental frase a frase."



"Desde el primer momento hasta el último, Liebman, Lovano y Coltrane sobrevolaron la base marcada por el trío. La música se mantuvo repleta de ensembles, con los tres saxofonistas improvisando al mismo tiempo. Sus turnos solistas, por llamarlos de alguna manera, emergían y desaparecían de manera tan organizada como aparentemente anárquica, al servicio exclusivo de lo que ocurría en cada momento. Es inútil e innecesario destacar a uno u otro, puesto que la concepción misma de Saxophone Summit se resiste a protagonismos."

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"Desde de hace unos años, en colaboración con el sello Tone of a Pitch, el festival desarrolla el Proyecto TOAP, unión de músicos internacionales y portugueses para una actuación en directo que es grabada y posteriormente editada. En esencia es parecido al Konexioa que plantea el festival de Vitoria-Gasteiz desde hace algunas ediciones, solo que bien hecho: varios días de ensayo, músicos afines, composiciones originales, etc. Un trabajo interesantísimo que suele dar buenos resultados."


Repito: puedes leer la crónica completa pinchando AQUÍ.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Otra mala noticia: cese de Baldo Martínez como director artístico de Imaxina Sons

Lo he dicho muchas veces, en público y en privado, por escrito y de viva voz: Imaxina Sons es el festival de jazz más interesante de España. O era, aún no lo sé.

La cosa no pinta bien, porque ayer recibí un correo de Baldo Martínez en el que explicaba que había sido cesado como director artístico del festival, junto con los motivos que le habían transmitido.

Para mi, que he tenido el placer de visitar en más de una ocasión el festival, la noticia no tiene nada de buena. Soy de los que creen que si algo no está roto, no debe ser arreglado, y más aún si funciona mejor que bien.



La labor de Martínez al frente de Imaxina Sons ha sido impecable, marcando la diferencia con respecto al resto de festivales del país y diseñando siempre un programa que combinaba todo lo bueno que puede tener un evento jazzístico. Un lujo para cualquier aficionado.

Transcribo a continuación el mencionado e-mail en el que Martínez comunica la noticia:

Cese del director artístico de Imaxina Sons

Con el presente escrito os comunico que acabo de ser cesado como director artístico del festival Imaxina Sons de Vigo, decisión que se me ha comunicado oficialmente por carta, después de adelantármelo vía telefónica hace unos días. Las razones que desde la Concejalía de Cultura y Animación Sociocultural se dan para este cese son:


“Nos vemos obligados a aportarle aires nuevos a todas las programaciones que se repiten año a año para no caer en la rutina y volver a sorprender a los públicos que año a año apoyan el festival y a los nuevos públicos que queremos que se acerquen al jazz en nuestra ciudad.

(…)agradeciéndote una vez mas tu labor, te comunico que para la próxima edición de Imaxina Sons 2011 haremos una renovación de la dirección artística, siempre siguiendo el espíritu y trayectoria de Imaxina Sons”



Quiero, en primer lugar, agradecer al Ayuntamiento de Vigo la confianza depositada en mí durante estos 6 años y la valoración positiva que han hecho de mi trabajo en este tiempo, aún cuando no comparto en absoluto esta decisión de cese, ni entiendo las razones esgrimidas, y así se lo he transmitido a ellos.

Me gustaría muy especialmente haceros llegar mi agradecimiento de corazón a todos los que durante este tiempo habéis creído en el proyecto de Imaxina Sons y lo habéis apoyado. Para los que, como público, habéis demostrado vuestro interés con cada edición e incrementando la asistencia a los conciertos, espero que este festival os haya servido y sirva para descubrir otras músicas y que el Jazz es muchísimo más de lo que normalmente ponen a nuestro alcance.

Confío en que este espíritu perdure en Imaxina Sons por muchos años………..toda la vida.

Abrazos

Baldo Martínez


No sé lo que estará por venir pero, ahora mismo, esto me parece una tragedia. ¿Conocéis el dicho "más vale malo conocido que bueno por conocer"? Pues pensad que en este caso hablamos de bueno conocido.

Eso sí, si yo fuese director de cualquier festival o gestor cultural de cualquier municipio, me daría prisa en fichar a un tipo como Baldo. Porque, si hubiese más como él, en este país la música en directo sería muy diferente.
Mejor, quiero decir.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Michel Portal - Turbulence (1986)

Extraído de mi reseña para Cuadernos de Jazz:

"Aunque es un disco irregular, su recuperación llena un hueco en la discografía de Portal, conformando un buen retrato de la música que hizo en ese momento. Esa música (y este disco) está marcada por la época en la que se grabó, con Cinelu, Lubat y los tratamientos sonoros de Jean Schwarz como elementos cruciales para definir un sonido que entonces era moderno y hoy se ha quedado algo trasnochado."

Puedes leer la reseña completa pinchando AQUÍ.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Sarah Wilson - Trapeze Project (2009; ed. 2010)

Sarah Wilson es una compositora, trompetista y cantante que, hasta hace bien poco, me era desconocida. Acaba de (auto)editar su segundo trabajo, Trapeze Project, un disco fresco y muy interesante.

Lo primero que llama la atención es el fabuloso grupo formado por Myra Melford, Ben Goldberg, Jerome Harris y Scott Amendola. Dicho esto (a lo que poco hay que añadir), el otro punto fuerte son las composiciones de Wilson, que tienen la extraña cualidad de resultar personales incluso siendo muy diferentes entre sí.

Hay un espíritu concreto que aglutina los temas que componen Trapeze Project, algunos de los cuales son diferentes encargos de fundaciones, museos, etc ("Himalayas" aparece listado como un encargo de Kenny Wollesen). Concreto, sí, y dificil de definir.



Tal vez lo más exacto es decir que Trapeze Project suena profundamente a Norteamerica. Supongo que en ello tiene que ver el que parte de la inspiración del disco proviene del regreso de Wilson a su California natal después de diez años en Nueva York. En cualquier caso, ese ambiente y sonido que consigue este grupo es realmente especial.

Para ser justos, hay que decir que Sarah Wilson no es una gran trompetista (de hecho, no se reserva mucho espacio) ni una cantante especialmente dotada, pero tiene algo. Además, Goldberg, Melford, Harris y Amendola están soberbios y encajan perfectamente en la música de la compositora.

A destacar la gran Myra Melford (atentos a su solo en "To New Orleans") y una versión preciosa y sencilla del célebre "Love Will Tear Us Apart" de Joy Division, que superaría a la original, si fuesen comparables.

Buen gusto, mano con la composición y una elección de músicos perfecta. No sé si es uno de los mejores discos del año, pero sí una de las sorpresas más agradables.

Nota: Esta misma noche, dentro de unas horas, será la fiesta de presentación de Trapeze Project, en directo en el mítico Yoshi's de San Francisco. No me importaría nada estar allí.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Akrobatik - Balance (2003)

Ser un gran rapero en Boston es una pequeña faena. Nueva York o Los Angeles son las escenas principales de la costa este y oeste respectivamente. A pesar de la cercanía de la capital de Massachusetts con NY, Akrobatik no es tan conocido (y valorado) como probablemente sería de residir en esta última.



Balance, su primer disco, es más que interesante: buena producción, buenos temas y un tipo que sabe lo que hace con su voz y sus rimas. Y, además, tiene algo diferente. ¿Será la situación geográfica?

Como curiosidad: un par de temas de Balance se pueden escuchar en la segunda temporada de la serie The Wire.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Frank Strazzeri - Funk & Esoteric (1991; ed. 2000)

A pesar de estar muy ligado a la escena de la Costa Oeste, Frank Strazzeri nació en Nueva York, una ciudad "demasiado sucia, no me gustaba", en palabras del propio pianista.

Acompañante de lujo y líder ocasional, Strazzeri tiene un toque clásico y firme, inspirado en el maestro Hank Jones, que se acopla perfectamente a sus dos fabulosos acompañantes. Por un lado, Lawrence Marable, batería mítico de la West Coast que en este disco está maravilloso. Por otro, el robusto contrabajista John Heard, uno de los favoritos de mi amigo Naiel Ibarrola.



Creo que no escucho este disco desde que lo compré a prinpicios de esta década. Funk & Esoteric fue parte de aquellas grabaciones (no reediciones) de músicos clásicos de la Costa Oeste editadas en su momento por el sello catalán Fresh Sound Records.

Strazzeri tuvo algunas otras referencias en el catálogo de Fresh Sound y, entre ellas, Funk & Esoteric no había dejado mucha huella en mi memoria.
Reescuchándolo ahora, creo que es un disco muy disfrutable. Nada nuevo bajo el sol, pero jazz muy bien tocado, que no es poco.


Nota: He reescuchado este CD mediante un juego planteado hace unos días en mi facebook/twitter. A partir de tres números (uno del 1 al 7, otro del 1 al 12 y otro del 1 al 45) elegidos al azar por alguno de mis contactos, utilizo la cifra como unas coordenadas para localizar un disco en mi discoteca, y después reescucharlo. Estáis invitados a enviarme números.
Sí, hay días en los que me aburro.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Ramón López Freedom Now Sextet - Valencia (2009; ed. 2010)

Extraído de mi reseña para Cuadernos de Jazz:

"Ramón López dibuja en Valencia una especie de autorretrato, que parte de su tierra y su amor por Max Roach y se extiende por la(s) mucha(s) música(s) que ha ido desarrollando a lo largo del camino. Para ello, nada mejor que rodearse de colaboradores habituales y músicos afines, todos ellos soberbios. Ninguno doblega su personalidad sino todo lo contrario: el instrumento y las composiciones de López son la espina dorsal de Valencia, y sobre ella se construyen multitud de discursos, siempre convergentes y bien ensamblados."

Puedes leer la reseña completa pinchando AQUÍ.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Bobby Avey - A New Face (2009; ed. 2010)

Bobby Avey es una especie de "protegido" de David Liebman; un joven pianista, aún desconocido para el gran público, que tiene virtudes suficientes para destacar en un futuro no muy lejano.

La primera aparición del pianista tuvo lugar en el disco Vienna Dialogues, a dúo con Liebman, continuación del Manhattan Dialogues que el saxofonista había grabado poco antes junto a Phil Markowitz (ambos CDs fueron editados por Zoho Music). En aquella ocasión, y debido sobre todo al repertorio, quedaba de manifiesto el bagaje clásico del pianista, además de debutar con fuerza asociando su nombre al de un músico de la talla de Liebman.



Cuatro años después, el apoyo de Liebman se mantiene en el debut como líder de Avey, co-produciendo el disco y tocando en la mitad de los temas. Esa colaboración es bienvenida (Liebman SIEMPRE mejora los proyectos en los que participa) pero Avey se basta para ofrecer música de interés acompañado únicamente de su trío.

A New Face es un disco interesante y, sobre todo, una ópera prima sorprendente. Avey demuestra madurez instrumental y tablas suficientes para golpear con fuerza la escena jazzística.
Estaremos atentos a sus movimientos.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Marion Brown - Afternoon Of A Georgia Faun (1970)

Para recuperar el ritmo, voy a seguir con mi homenaje a Marion Brown.

Afternoon Of A Georgia Faun es, para muchos, la obra maestra de Brown. Para mi no, pero por muy poco. Lo que es innegable es que fue un paso de gigante en la carrera y obra del saxofonista, y, como resultado, su música sufrió una evolución asombrosa.

El disco inicia la "Trilogía de Georgia", que el saxofonista completaría con dos álbumes que me gustan un poco más: Geechee Recollections, del que ya escribí aquí en febrero de este año, y Sweet Earth Flying.



Además de Brown, que comienza a explorar la percusión y algunos instrumentos tradicionales, y mi adorado Andrew Cyrille, hay que destacar a un Chick Corea que encaja a la perfección y a un joven Anthony Braxton.

Hasta donde yo sé, esta sesión pudo ser el germen de la unión de Braxton con el trío que tenía Corea en aquella epoca (con Dave Holland y Barry Altschul) para crear Circle, una banda que rompió unas cuantas barreras en el mundo del jazz. Y no siempre se les tiene en cuenta.


Nota: Pinchando en la portada puedes escuchar el disco en Spotify, aunque está acreditado erróneamente al saxofonista Bennie Maupin, que también participa en la grabación. En fin...

jueves, 18 de noviembre de 2010

Segundo aniversario del blog: retoques, propósitos y un estreno

Hace unas semanas este blog cumplió dos años. Llevo un tiempo tan saturado de multiples (y relativamente inútiles) actividades, que la fecha en cuestión pasó sin que yo pudiese dedicarle tiempo, así que hice lo que hacen los políticos cuando surge un problema: irme de vacaciones.
De vacaciones del blog, por supuesto.

Así que, quince días después de mi último post, vuelvo a >udm,udm< para celebrar su segundo aniversario y retomar esos discos que, día a día, van instalándose en mi vida.

La verdad es que este último año ha sido complicado. Muchas cosas que hacer, muchos problemas propios o extraños y, sobre todo, cada vez menos tiempo para afrontarlos. El blog se ha nutrido más que nunca de textos publicados en otros medios, y la periodicidad de publicación se ha vuelto delirante.
En cuanto a lo primero, no es un problema; todo lo que publico soy yo y ayuda a dibujar (gran) parte del retrato de mi actividad musical. Lo segundo ya es otro cantar. Mi propósito para el tercer año de >udm,udm< es recuperar el ritmo y que haya al menos cuatro publicaciones por semana. El año que viene veremos cómo va.

Me sigue jorobando, aún más si cabe, no poder mencionar todos los discos que me gustaría. Son tantos los que son, y tan pocos los que acaban estando... En parte, el problema viene dictado por una serie de normas internas y manías que han ido invadiendome con el tiempo, como poner audio, buscar links y cosas por el estilo.
Mi intención primordial es desembarazarme de todo lo que lastre el flujo continuo de la base de este blog, es decir, las recomendaciones y comentarios (por escuetos que sean) de los discos que crea oportuno reseñar. A partir de ahí, que cada cual se busque la vida para escucharlos.



Punto dos: en honor a la brevedad y a mi estupida e improductiva dispersión, quiero anunciar el estreno de un nuevo blog. En mi mundo, la falta de tiempo para gestionar adecuadamente un blog se traduce en la creación de otro, no me pregunteis por qué.
My Old Friend... tiene una linea similar a la de >udm,udm<, pero un poco diferente. Allí lo importante son las canciones, con prioridad absoluta de estilos ajenos al jazz y sin comentarios superfluos; algo más rápido, inmediato y aperiódico. Puede ser actualizado una vez al mes o tres al día, el ritmo los marcarán las canciones que se incrusten en mis peripecias.
Como soy completamente omnívoro a nivel musical, podéis esperar culquier cosa, e insultarme en los comentarios si lo veis apropiado.

Por último, a nivel personal, mi máximo proyecto discófilo es la ordenación total de mi discoteca, algo que no afronto desde hace años y que me depara varios miles de títulos a localizar y reubicar. En verano empecé con los LPs de off-jazz -rock, pop, etc- y (más o menos) lo conseguí. Ahora estoy con los LPs de jazz, como indica la foto que acompaña este post, y la cosa va más despacio de lo que me gustaría. Después empezaré con los CDs de jazz, que es lo que más miedo me da y, para cuando termine, con suerte, >udm,udm< habrá cumplido tres años.

Hasta entonces, aquí seguiremos. Doy las gracias, una ves más, a todos los que mencioné el año pasado y a algunos más que mencionaré el año que viene. Sabéis quiénes sois.

Pero, especialmente, agradezco profundamente que un centenar de personas me visitéis cada día y os invito a que sigáis haciéndolo, a que comentéis y dejéis vuestra opinión en las entradas, a que recomendéis este sitio a vuestros amigos y vecinos y, principalmente, a que escuchéis tantos discos y vayáis a tantos conciertos como podáis.

No sé qué nos depara el futuro, pero con música en los oídos será mejor. Seguro.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Marion Brown - Musique du Film "Le Temps Fou" (1968)

En 1968, Marion Brown compuso y grabó la banda sonora de la película de Marcel Camus "Le Temps Fou", un disco editado por Polydor Francia que es virtualmente imposible de encontrar.

La música se acerca al free habitual en el Paris de aquellos años, y Brown mete detalles que miran a África y a caminos que recorrería en un futuro no muy lejano.



Además del saxofonista, destaca el gran Barre Phillips, Steve McCall y una de las primeras (si no la primera) colaboraciones de Brown con el vibrafonista Gunter Hampel.

No es esencial, pero es Marion Brown, y mola.

viernes, 29 de octubre de 2010

Marion Brown - Porto Novo (1967)

Como tantos otros músicos norteamericanos, Marion Brown viajó a Europa durante la segunda mitad de los 60, en busca de tierras más receptivas a lo que se estaba creando desde la vanguardia jazzística.

En Porto Novo nos encontramos a un Brown más crudo y descarnado que en otros de sus discos de aquellos años, entre otras cosas, por ser una grabación en directo.



Han Bennink, que ya había acompañado a Eric Dolphy años antes, es un acompañante dinámico y agresivo, pero se complementa estupendamente con Maarten Altena, que poco después de esta grabación inauguraría una fructífera colaboración con Willem Breuker.

El disco, que es soberbio, fue editado originalmente en 1968 por Polydor Holanda, y en 1975 se publicó en EE.UU. al abrigo de Arista/Freedom. En 1994 fue reeditado en CD por Black Lion, y desde entonces permanece descatalogado.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Marion Brown - Why Not? (1966)

Aunque no fue publicado hasta 1968, el segundo álbum de Marion Brown para ESP se grabó un año después de Quartet, el 23 de octubre de 1966.

La evolución de Brown es evidente; aún muestra influencias de Coltrane, pero su propia voz emerge imparable. Temas como "La Sorrela" y "Fortunato" muestran un toque lírico dificil de encontrar en la mayoría de sus contemporáneos.



Why Not? es algo más redondo que Quartet, sobre todo por el propio Brown, pero también gracias a Stanley Cowell, Sirone (que aún firmaba como Norris Jones) y, nuevamente, Rashied Ali.

En "Fortunato", un original que volvería a grabar un par de meses después para su fabuloso Three For Shepp, Brown araña algunos aspectos del sonido de su admirado Johnny Hodges, en cuyo grupo Brown había tocado en 1957.

Algunas discografías sitúan a Why Not? tras Three For Shepp y Porto Novo, pero esta grabación de ESP es el escalón entre su primer álbum y su obra maestra para Impulse!.

martes, 26 de octubre de 2010

Marion Brown - Quartet (1965)

Unos pocos meses después de participar en la grabación de Ascension, Marion Brown grabó para ESP su primera sesión como líder, publicada bajo el sencillo nombre de Quartet.

Brown se muestra particularmente influenciado por Coltrane, tanto en sus composiciones como en su estilo, y destila frescura por los cuatro costados. El grupo es brillante, con el contrabajista Reggie Johnson, Rashied Ali y uno de los grandes olvidados de la historia del jazz: el fabuloso trompetista Alan Shorter.



Aunque no se conoce una fecha de grabación exacta, se sabe que ésta tuvo lugar en noviembre de 1965, probablemente días antes de que Rashied Ali grabase con el grupo de Coltrane el disco Meditations, iniciando así una relación que duraría hasta lo últimos días del saxofonista.

Otra particularidad de Marion Brown Quartet es la diferencia de temas (y errores en el listado de los mismos) de una edición a otra. Originalmente se dejó fuera del disco una versión de "Mephistopheles", el famoso tema de Alan Shorter, porque lo había grabado un mes antes junto a su hermano Wayne, para su disco The All Seeing Eye.



A partir de 1975, casi todas las reediciones sustituyen el tercer tema del álbum original, "Exhibition", por "Mephistopheles", aunque en muchas de ellas se mantiene en la carpeta el nombre de "Exhibition" y la participación de Bennie Maupin en dicho tema. La edición en CD que hizo ESP en 2005 incluía al fin los cuatro temas que se grabaron en aquella sesión.

Datos aparte, Marion Brown debutó por todo lo alto con esta grabación y, la mera presencia de Alan Shorter, hace de Marion Brown Quartet un gran disco.

domingo, 24 de octubre de 2010

Archie Shepp - Fire Music (1965)

Marion Brown era uno de los grandes. Murió el pasado 18 de octubre y me afecta particularmente porque era un músico que me gusta mucho, así que voy a reescucharle con asiduidad en los próximos días.

Fire Music es un buen punto de partida para recordarle, tanto porque es una de sus primeras grabaciones, como porque es un disco fantástico. Poco después Shepp y Brown grabarían junto a Coltrane su mítico Ascension, un registro histórico donde los haya.



En 1965 Archie Shepp estaba en su mejor momento y Fire Music es uno de los mejores discos que grabó en esa década (¿tal vez el mejor?). El grupo es perfecto, los temas, los arreglos, las improvisaciones... Además de Brown, el acojonante Ted Curson, Reggie Johnson y Joe Chambers están soberbios también.

Que un álbum como este se mantenga tan vigente y moderno 45 años después no es ninguna casualidad.


Nota: Pinchando en la portada puedes escuchar el disco en Spotify (según países).

viernes, 22 de octubre de 2010

Rich Halley Quartet feat. Bobby Bradford - Live at the Penofin Jazz Festival (2008; ed. 2010)

Reconozco que, antes de escuchar este disco, Rich Halley era un completo desconocido para mí. Bobby Bradford, en cambio, es un trompetista que me gusta particularmente, aunque no tenga tanto material grabado como uno quisiera.

Halley
es uno de esos músicos escondidos en la espesura del jazz; un saxofonista de talento, con larga carrera a sus espaldas, que me ha sorprendido muy gratamente tanto por su estilo como por el enfoque de su música.

En sólo cuatro temas, Halley y su grupo pasan por varios estilos con mucha frescura, tocando con fiereza y gusto. Halley muestra algunos referentes claros: Ornette, Dewey Redman, Rollins e incluso David Murray, pero de alguna forma consigue que su sonido áspero y musculoso sea bastante personal.

Bradford, que contaba 73 años en el momento de la grabación, se mantiene en una forma excelente. Al igual que Halley, puede pasar de un discurso más libre a otro más armónico sin sobresaltos, y su compenetración con el líder es evidente (el trompetista no es un invitado en el grupo, puesto que colabora con Halley con cierta regularidad).

El batería Carson Halley (presumiblemente familiar del saxofonista) hace un gran trabajo, y el contrabajista Clyde Reed merece una mención especial. Curtido junto a músicos de la talla de Vinny Golia, Paul Plimley y la NOW Orchestra (de la que es miembro fundador), Reed mantiene un pulso sólido y excitante que sirve constantemente de motor para el cuarteto.

Grupos como éste hay que escucharlos en directo, razón de más para conocer la música de Rich Halley mediante esta grabación. La edición es humilde y el sonido no está a la altura de las grandes producciones, pero el contenido es de primera categoría.
Tomen nota: Rich Halley.


martes, 19 de octubre de 2010

Conference Call - What About....? (2007; ed. 2010)

Un supergrupo no es necesariamente un all-stars, de la misma manera que un all-stars no es necesariamente una banda repleta de nombres comercialmente exitosos. Conference Call es un supergrupo y un all-stars, a su manera.

Gebhard Ullmann, Michael Jefry Stevens, Joe Fonda o George Schuller no son superestrellas, no venden miles de discos ni salen en la portada de Downbeat, pero juntos forman uno de los mejores grupos de jazz del mundo, que ahora cumple diez años.
Para celebrarlo, han editado este doble CD grabado en directo en 2007 en el mítico Alchemia de Cracovia.



Conference Call es una máquina perfecta que abarca multitud de estilos, todos ellos de manera completamente creíble. No sólo se trata de cuatro músicos tocando lo necesario en cada momento, sino de cuatro músicos tocando juntos, interactuando al máximo y creando música terriblemente auténtica.

No es la primera vez que escribo sobre este grupo (ya en su momento alabé las bonanzas de su Poetry In Motion) y no niego que tengo debilidad por Stevens, uno de los pianistas más injustamente ignorados de la escena jazzística, pero Conference Call merece cada elogio.

Uno puede tener la sensación de que What About....? son muchos discos en uno, pero no tiene nada de pastiche; la mezcla de estilos resulta refrescante y todo fluye a la perfección. Tanto, que el sello Not Two puede presumir de haber puesto en circulación otro de los mejores discos de este año.
Bravo.


jueves, 14 de octubre de 2010

Regreso a los 90... ¿O nunca nos fuimos? (El siglo XXI y el ocaso de los ídolos) (11 de septiembre de 2010)

Extraído de mi artículo para Muro de Sonido, blog musical de ELPAIS.com:

"Los festivales más importantes de este verano han confirmado todas mis sospechas: seguimos en los 90. Estamos en 2010, un momento ideal para hacer balance de una década –la primera del siglo XXI– impersonal, sin rumbo, deslavazada y, por qué no decirlo, un poco triste a nivel musical. Igual que ocurrió anteriormente con los 70, llevamos unos años en los que vuelven los 80 (sobre todo lo peor y más banal de ellos), pero casi todas las grandes bandas, las que llenan recintos y lucen en los carteles, empiezan a cumplir 20 años de antigüedad."

"Pixies, Pearl Jam, Belle and Sebastian, Rage Against The Machine, Pavement, Muse, Alice In Chains, Manic Street Preachers, Placebo... Estas y otras bandas de los 90 han copado las cabeceras de casi todos los festivales y eventos más importantes de este verano (y esto sin mencionar a las de los 80), pero el último decenio ha sido representado, por lo general, en posiciones de segunda. Sólo el FIB (que también tenía a Prodigy entre sus conciertos principales) ha tirado de nombres más recientes para encabezar su programación, pero todo el mundo sabe que la música no es precisamente lo más importante en este festival."



"Aunque hay decenas de grupos aparecidos en los últimos años con discos y directo enormes, nos falta un Elvis, unos Beatles, Stones, Who, Led Zeppelin, Metallica, Guns‘N’Roses, R.E.M., Nirvana, Radiohead o cualquiera que llegue al pop y al rock para salvarlos de nuevo en el siglo XXI. Alguien que destruya barreras comerciales e independientes, que fulmine prejuicios y que se instale en la historia de un plumazo."

"Porque todas esas bandas que se mantienen después de tantos años, se van a convertir pronto en señores mayores. Y esta música, así, no es lo mismo."


Pinchando AQUÍ o en la imagen puedes leer el artículo completo.

viernes, 8 de octubre de 2010

John Zorn - Spy Vs. Spy: The Music Of Ornette Coleman (1989), por Pachi Tapiz

Tenía un poco abandonado el tema de las firmas invitadas, en parte porque es un poco incómodo ir dando la brasa a tus amigos para que te hagan un texto que, en realidad, nunca sabes del todo si les apetece hacer. Otro motivo es que yo estaba decidido a que la siguiente firma invitada tenía que ser de mi amigo Pachi Tapiz, por muchos motivos.

Pachi es un auténtico héroe del jazz, música a la que ha dado más que casi cualquiera en este país. Es jefazo y responsable de Tomajazz, una de las mejores webs sobre jazz del mundo, que mantiene de forma titánica contra viento y marea. Si no la conoces, tienes un problema. Dentro de esa web, Pachi protagoniza, a nivel más personal, el fantástico blog Buscando Un Nombre, otro sitio de referencia para el aficionado al jazz, que ya cuenta con 400 entradas.

Huelga decir que, para mi, Tomajazz también es (y sobre todo) un verdadero hogar.

Algunos amigos que le conocemos bien, hemos compartido en alguna ocasión nuestras sospechas de que Pachi tiene el superpoder mutante de hacer tres veces más cosas que un ser humano normal. Eso o que Ken Vandermark le ha pasado la receta de las vitaminas que toma en el desayuno, no hay otra explicación. Porque Pachi se las ingenia para ser profesor, informático, padre de familia, bloguero, editor, redactor, eminencia y, por encima de todo, amante de la música. Y todo en 24 horas al día.

Aunque todo esto son detalles circunstanciales. Pachi es mi amigo, y eso es lo que importa.

Su colaboración en es un trocito de su vida, extraído directamente de esos años cruciales en los que uno se forma musicalmente. La leo y me siento identificado con muchas cosas y muchas sensaciones. La releo y siento que es un regalo que Pachi decida compartir esto con la gente a través de este humilde blog.

Pachi Tapiz: John Zorn - Spy Vs. Spy: The Music Of Ornette Coleman (1989)




Me pide el bueno de mi amigo Yahvé una colaboración para "Un día más, un disco más" y aquí estoy dudando... Dudando de si lo que voy a soltar va a ser algo parecido a las batallitas del mítico "abuelo Cebolleta". Aunque también es cierto que creo que tengo claro el disco del que voy a hablar, que es con el que me di de bruces por primera vez con John Zorn y con Tim Berne, musicalmente hablando. Ojalá el encuentro hubiera sido en persona y, a ser posible, sobre un escenario...

La cuestión es que, allá por mis años mozos, yo ya era aficionado a la música, aunque todavía no tenía claro que la que me engancharía definitivamente iba a ser el jazz. Según podía escuchaba músicas de aquí y de allá, aunque ni el poco dinero del que disponía, ni mis amigos y conocidos lograban alimentar mis oidos del modo en que ahora es posible.

Total (¡cielos!, el efecto "batallitas"), que uno escuchaba lo que podía. Aunque, casi siempre, ese defecto de leer repetidas veces, hasta casi aprenderme de memoria los créditos, de lo poco que caía en mis manos, acababa provocando cierto efecto dominó. Éste consistía en que, para los discos que -de un modo u otro- me llamaban de manera especial la atención, me dedicaba a buscar información relacionada con esos músicos, ese tema o esa música, y así iba remontando hacia adelante o atrás en el tiempo entre músicas de lo más variado.

Esta curiosidad también me hizo acercarme a las revistas de música y allí, antes de escucharlo siquiera, la reseña de un concierto de Masada me llamó mucho la atención. Supuestamente era un concierto de jazz (estilo sobre el que yo tenía mis ideas preconcebidas) en el que lo que el comentarista resaltaba era que, en la entrada del concierto, unas azafatas les daban a los asistentes tapones para los oídos.

Ahora mismo no recuerdo donde lo leí o quién fue el autor de esa crítica; a veces, la mayoría, tengo una memoria fatal. Sin embargo con lo que sí me quedé fue con el nombre del saxofonista del grupo, un tal John Zorn. Así que cuando un tiempo después vi en un boletín de Discoplay que vendían un LP de ese tal John Zorn, con unos dibujos la mar de simpáticos que parecían un cómic en esa minúscula portada de ese mítico catálogo de venta por correo, decidí que el poco dinero que tenía para invertir ese mes en discos iba a ir precisamente a ese disco titulado Spy vs. Spy.

Así que heme allí rellenando la hoja de pedido, depositándola en el buzón de correos y esperando a que el cartero me lo trajese como al agua de mayo: ¡qué tiempos aquellos en que ni teníamos, ni sabíamos que existiría, ni nos imaginábamos, algo así como lo que hoy en día es Internet!

Una vez llegó el pedido... me resulta casi imposible relatar las sensaciones de esa primera escuchas. Así que a ver si soy capaz de explicarme. En ese momento no tenía demasiado jazz entre mi discoteca, aunque tenía claro que en ese estilo había cosas que me gustaban y mucho. Por ejemplo, "All The Cats Join In" de un disco de Buck Clayton titulado Jam Sessions From The Vault: ese tema me parecía el no va más, con esos solos tan inspirados y, con semejante lógica en su interior, que me parecía una auténtica obra de arte.

Así que imaginaos un disco consistente en versiones de temas de Ornette Coleman lanzados a toda pastilla (alguno duraba un minuto y unos pocos segundos), tocados por un quinteto con dos saxos (John Zorn y Tim Berne), dos baterías (Joey Baron y Michael Vatcher) y un contrabajista (Mark Dresser).

Esa música contenía melodías e improvisaciones y también bastante más energía que la del resto de la música que solía escuchar: aún recuerdo a un amiguete que solía escuchar y que me dejaba los discos de grupos de heavy metal como Slayer, Anthrax, King Diamond, Metallica, Deffecation, Venom o Halloween (lo más fuerte a lo que tenía acceso musicalmente hablando) al que le puse ese mi gran descubrimiento y lo más simpático que se le ocurrió decir sobre esos tarados era que eso que hacían era "puro ruido".

No os voy a decir que a partir de ese momento dejé de escuchar cualquier música que no fuese jazz, porque estaría mintiendo y es algo que nunca he hecho, ya que procuro tener una dieta musical más o menos variada, más o menos amplia.

Todavía pasarían algunos años hasta que el jazz se convirtiera en un elemento central de mis aficiones musicales, aunque creo que fue en ese momento cuando fui consciente de que en el jazz podía estar esa amplitud de miras y de ideas que me fascina encontrar en la música.

Pachi Tapiz (Buscando un nombre / "dire" de Tomajazz), 2010

domingo, 3 de octubre de 2010

Si no sé, me lo invento (6 de septiembre de 2010)


Extraído de mi columna de opinión para Cuadernos de Jazz:

"Hace poco escribí, en esta misma sección, sobre los peligros de hacer uso inconsciente y poco reflexivo de herramientas como Wikipedia a la hora de presentar el programa oficial de un festival de jazz. Lo hice en tono jocoso porque, ni es una tragedia, ni merece la pena llorar cuando existe la posibilidad de reír. Si volvemos la cabeza hacia la prensa general, el panorama es más escandaloso todavía y, tal vez, no tan divertido. O sí."

***************

"El jazz no es la única víctima de estas prácticas, ni mucho menos. Todo tipo de música es susceptible de ser sepultada por datos erróneos, valoraciones incoherentes o contextualizaciones ignorantes. El cine no suele verse tan afectado, aunque también, y la literatura se salva en la mayor parte de ocasiones. El cómic, que tan de moda nos quieren hacer creer que está, suele ser arrastrado por el fango indocumentado todavía más que el jazz, aunque sea difícil de creer."

***************

"¿Por qué ocurre esto, y por qué con las doctrinas más marginales del asunto menos relevante en la prensa nacional esto es, con la cultura? Pues porque el jazz, como algunas otras expresiones artísticas, sigue siendo de interés para una minoría. Claro que tú, estimado lector, yo mismo, y algunas otras almas descarriadas somos aficionados a esto de la música improvisada pero en este superpoblado mundo no somos nadie."


Puedes leer la columna completa pinchando AQUÍ.


Imagen: portada de la edición de papel del número 119-120 de Cuadernos de Jazz (julio-octubre 2010)

otros días, otros discos

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