Escuchando hoy el Port Huron Picnic de Mats Gustafsson, Kurt Newman y Mike Gennaro (que está muy bien, por cierto, pero no me veo capaz de escribir sobre él ahora mismo) me he acordado del disco de Linda Kallerdahl que tuve que reseñar para Cuadernos de Jazz en julio del año pasado.
El disco me horrorizó, pero reconozco que lo almaceno en mi memoria como una experiencia divertida.
Esta es la reseña que publiqué en la edición impresa de Cuadernos de Jazz:
Algunos recordarán a Linda Kallerdahl del proyecto que desarrollaron Mats Gustafsson y Sonic Youth llamado Hidros 3. Muy lejos de aquel registro excesivo e hiperpoblado, Gold es el primer disco a su nombre en el que Kallerdahl canta en todos los temas, acompañándose en la mitad de ellos al piano o al órgano.
Tras varias escuchas, no exentas de sufrimiento y de lo trágico de ver cómo el talento se desaprovecha, uno llega a la conclusión de que la sueca tiene una capacidad y técnica vocal extraordinarias. Nada más.
Una vez contemplada esa capacidad, lo único bueno del disco que le queda al oyente es que sólo dura 35 minutos. En ese tiempo transcurren 17 piezas en las que un supuesto afán improvisador guía a la cantante en sus modulaciones, que van del susurro sugerente al berrido desafinado en cuestión de décimas de segundo.
En cualquier caso, resulta divertido ponérselo a las visitas, sólo para ver su expresión.
Yahvé M. de la Cavada
miércoles, 30 de septiembre de 2009
martes, 29 de septiembre de 2009
Blitzen Trapper - Furr (2008)
Llevo un par de días enganchado a este disco, el último de una banda más desconocida de lo que me gustaría.
Blitzen Trapper son más conocidos por abrir los conciertos de los célebres Fleet Foxes, aunque Furr me ha gustado bastante más que el laureado debut homónimo de los de Seattle.
Casi todos los temas que hay en el disco son fantásticos, y la banda toca con fuerza y personalidad. No se me ocurren muchos "peros", la verdad.
Uno de los discos de folk-rock que más he disfrutado en mucho tiempo. No os lo perdais.
Nota: Pinchando en la portada puedes escuchar el disco en Spotify.
Blitzen Trapper son más conocidos por abrir los conciertos de los célebres Fleet Foxes, aunque Furr me ha gustado bastante más que el laureado debut homónimo de los de Seattle.
Casi todos los temas que hay en el disco son fantásticos, y la banda toca con fuerza y personalidad. No se me ocurren muchos "peros", la verdad.
Uno de los discos de folk-rock que más he disfrutado en mucho tiempo. No os lo perdais.
Nota: Pinchando en la portada puedes escuchar el disco en Spotify.
lunes, 28 de septiembre de 2009
Las otras crisis (21-9-09)
Extraído de mi columna de opinión para Cuadernos de Jazz:
"El público no tiene ninguna obligación de saber nada, ni de escuchar jazz o ver música en directo. El público quiere disfrutar, ir a un concierto y ver algo intenso, diferente y emocionante. Quiere algo que contar, que le haga volver al pie de un escenario por algo más que el petardeo y el acto de lucir que ha ido al jazz."
"Porque para el público general, el jazz es lo que les dicen que es jazz, lo que ven anunciado como jazz, año tras año. Y los únicos con responsabilidades en esto son quienes tocan la música, quienes la programan y quienes escribimos sobre ella."
"Por eso hay que remover los subsuelos, los escenarios pequeños y las apuestas de calidad. Hay que dar escenarios a los músicos de nuestro país para que se curtan, para que ganarse la vida tocando jazz no sea una utopía. Así, dentro de unos años, los músicos, críticos y público quizá nos hayamos visto enriquecidos y hayamos adquirido perspectiva para tener una buena escena jazzística y no ser el hermano tonto de Europa."
Puedes leer la columna completa pinchando aquí.
(Cartel promocional del estreno de la nueva web de Cuadernos de Jazz)
"El público no tiene ninguna obligación de saber nada, ni de escuchar jazz o ver música en directo. El público quiere disfrutar, ir a un concierto y ver algo intenso, diferente y emocionante. Quiere algo que contar, que le haga volver al pie de un escenario por algo más que el petardeo y el acto de lucir que ha ido al jazz."
"Porque para el público general, el jazz es lo que les dicen que es jazz, lo que ven anunciado como jazz, año tras año. Y los únicos con responsabilidades en esto son quienes tocan la música, quienes la programan y quienes escribimos sobre ella."
"Por eso hay que remover los subsuelos, los escenarios pequeños y las apuestas de calidad. Hay que dar escenarios a los músicos de nuestro país para que se curtan, para que ganarse la vida tocando jazz no sea una utopía. Así, dentro de unos años, los músicos, críticos y público quizá nos hayamos visto enriquecidos y hayamos adquirido perspectiva para tener una buena escena jazzística y no ser el hermano tonto de Europa."
Puedes leer la columna completa pinchando aquí.
(Cartel promocional del estreno de la nueva web de Cuadernos de Jazz)
sábado, 26 de septiembre de 2009
Baptiste Trotignon - Share (2009)
A pesar de que tengo verdadera predilección por este pianista, su último disco no me convenció en las primeras escuchas. Ahora, semanas después, me va gustando cada vez más.
Trotignon firma todas las composiciones y las interpreta en diferentes formatos: en trío con Matt Penman al contrabajo y Otis Brown III o Eric Harland turnándose a la batería, en cuarteto con Mark Turner, a dúo con Tom Harrel y en quinteto con ambos vientos.
El disco es de una intensidad reposada, hay que rumiarlo con tranquilidad. La personalidad de Trotignon se manifiesta con mucho carácter a pesar de que hay composiciones muy diferentes y que las distintas formaciones te llevan de un terreno a otro.
Tengo que darle más vueltas pero, aunque Share no me parece el mejor disco de Trotignon (remito a todo el mundo a sus discos a piano solo: Solo y Solo II), es un paso más en una carrera que promete mucho. No le perdáis de vista.
Nota: Pinchando en la portada puedes escuchar el disco en Spotify.
Trotignon firma todas las composiciones y las interpreta en diferentes formatos: en trío con Matt Penman al contrabajo y Otis Brown III o Eric Harland turnándose a la batería, en cuarteto con Mark Turner, a dúo con Tom Harrel y en quinteto con ambos vientos.
El disco es de una intensidad reposada, hay que rumiarlo con tranquilidad. La personalidad de Trotignon se manifiesta con mucho carácter a pesar de que hay composiciones muy diferentes y que las distintas formaciones te llevan de un terreno a otro.
Tengo que darle más vueltas pero, aunque Share no me parece el mejor disco de Trotignon (remito a todo el mundo a sus discos a piano solo: Solo y Solo II), es un paso más en una carrera que promete mucho. No le perdáis de vista.
Nota: Pinchando en la portada puedes escuchar el disco en Spotify.
jueves, 24 de septiembre de 2009
Johnny Griffin - You Leave Me Breathless (1967)
Me encanta que me regalen algún disco que no conozco, y más aún si son como éste.
Jonathan Hurtado, buen amigo y mejor pianista, me ha sorprendido hoy con un viejo LP que Johnny Griffin grabó para Black Lion en 1967, cuando ya llevaba unos años en Europa y estaba a punto de entrar en la orquesta de Kenny Clarke y Francy Boland.
Griffin nunca ha estado entre mis favoritos, ni mucho menos, aunque le tengo cierto cariño y me gustó escribir en Tomajazz un pequeño texto homenajeandole tras su muerte, hace poco más de un año.
La cuestión es que en 1967 Griffin estaba en plena forma, tocando con ese característico estilo, ágil y enérgico. Si además está acompañado por Kenny Drew, Niels-Henning Ørsted Pedersen y Albert Heath, la recompensa está asegurada.
El disco comienza con un "Rhythm-A-Ning" a toda pastilla, muy diferente al que Griffin grabara nueve años antes con el cuarteto de Thelonious Monk en el mítico álbum Thelonious In Action. Después, un precioso "Old Folks", un frenético "Wee" y el tema que da título al disco, con un Kenny Drew espectacular.
Para terminar, un blues llamado "Leave Me Alone" en el que Griffin se queda sólo durante unos cuantos coros sin perder el control en ningún momento y swingando al máximo.
Creo que este disco nunca ha salido en CD a pesar de que su "pareja", The Man I Love (grabado también en directo en el Montmartre de Copenhague en las mismas fechas), ha tenido varias reediciones. Una pena, porque es un disco estupendo; de lo mejor que he escuchado del "pequeño gigante".
Jonathan Hurtado, buen amigo y mejor pianista, me ha sorprendido hoy con un viejo LP que Johnny Griffin grabó para Black Lion en 1967, cuando ya llevaba unos años en Europa y estaba a punto de entrar en la orquesta de Kenny Clarke y Francy Boland.
Griffin nunca ha estado entre mis favoritos, ni mucho menos, aunque le tengo cierto cariño y me gustó escribir en Tomajazz un pequeño texto homenajeandole tras su muerte, hace poco más de un año.
La cuestión es que en 1967 Griffin estaba en plena forma, tocando con ese característico estilo, ágil y enérgico. Si además está acompañado por Kenny Drew, Niels-Henning Ørsted Pedersen y Albert Heath, la recompensa está asegurada.
El disco comienza con un "Rhythm-A-Ning" a toda pastilla, muy diferente al que Griffin grabara nueve años antes con el cuarteto de Thelonious Monk en el mítico álbum Thelonious In Action. Después, un precioso "Old Folks", un frenético "Wee" y el tema que da título al disco, con un Kenny Drew espectacular.
Para terminar, un blues llamado "Leave Me Alone" en el que Griffin se queda sólo durante unos cuantos coros sin perder el control en ningún momento y swingando al máximo.
Creo que este disco nunca ha salido en CD a pesar de que su "pareja", The Man I Love (grabado también en directo en el Montmartre de Copenhague en las mismas fechas), ha tenido varias reediciones. Una pena, porque es un disco estupendo; de lo mejor que he escuchado del "pequeño gigante".
miércoles, 23 de septiembre de 2009
Steve Lacy - Anthem (1989)
Esta mañana, después de hablar sobre Steve Lacy con un amigo, me han entrado ganas de reescuchar a este gran saxofonista.
Lo malo -lo bueno, en realidad- de Lacy es que tiene una obra enorme y en su mayor parte interesantísima. Siendo uno de los músicos más personales de la historia del jazz, no es de extrañar.
Anthem es una grabación de 1989 en la que el percusionista Sam Kelly y el fantástico trombonista Glen Ferris se unen al grupo habitual de Lacy, dando un carácter muy especial y algunos momentos estupendos al disco.
El repertorio es de lo más variado, con un homenaje a James Brown ("Number One") que pone los pelos de punta, otro a Charlie Rouse ("Prayer"), un exótico original de Jean Jacques Avenel en el que el contrabajista toca la kora (¡!) y la compleja pieza "Prelude and Anthem" (escrita por el 200 aniversario de la revolución francesa), en la que la composición se mezcla con la libre improvisación.
Como es de esperar, tanto Lacy como Ferris, Steve Potts, Bobby Few y John Betsch están impresionantes y las voces de Irene Aebi y La Velle se integran bastante bien.
En definitiva, uno de tantos discos de Steve Lacy: brillante y superior.
Lo malo -lo bueno, en realidad- de Lacy es que tiene una obra enorme y en su mayor parte interesantísima. Siendo uno de los músicos más personales de la historia del jazz, no es de extrañar.
Anthem es una grabación de 1989 en la que el percusionista Sam Kelly y el fantástico trombonista Glen Ferris se unen al grupo habitual de Lacy, dando un carácter muy especial y algunos momentos estupendos al disco.
El repertorio es de lo más variado, con un homenaje a James Brown ("Number One") que pone los pelos de punta, otro a Charlie Rouse ("Prayer"), un exótico original de Jean Jacques Avenel en el que el contrabajista toca la kora (¡!) y la compleja pieza "Prelude and Anthem" (escrita por el 200 aniversario de la revolución francesa), en la que la composición se mezcla con la libre improvisación.
Como es de esperar, tanto Lacy como Ferris, Steve Potts, Bobby Few y John Betsch están impresionantes y las voces de Irene Aebi y La Velle se integran bastante bien.
En definitiva, uno de tantos discos de Steve Lacy: brillante y superior.
martes, 22 de septiembre de 2009
Anthony Braxton - Seven Compositions (Trio) 1989
Otra de las fantásticas -y necesarias- reediciones con las que hatOLOGY está recuperando algunos momentos imprescindibles de la carrera de Anthony Braxton.
Pinchando aquí puedes leer mi reseña publicada en Cuadernos de Jazz.
Pinchando aquí puedes leer mi reseña publicada en Cuadernos de Jazz.
domingo, 20 de septiembre de 2009
The Durutti Column - LC (1981)
Aunque algunos sólo le conocen por ello, Vini Reilly es mucho más que el guitarrista de los primeros álbumes de Morrissey en solitario.
Reilly es el fundador y alma máter de The Durutti Column, una de las bandas británicas más influyentes de las últimas décadas. Y digo lo de "banda" por decir algo, porque en realidad Reilly es el 95% de The Durutti Column.
John Frusciante, guitarrista de Red Hot Chili Peppers dijó de Reilly que era "el mejor guitarrista del mundo" y no es el único que lo ha afirmado. Yo no comparto esa opinión, que me parece exagerada, pero es innegable que Reilly es un guitarrista diferente, misterioso y mágico en un mundo de clones impersonales.
LC , publicado en 1981 por el mítico sello Factory, es el segundo disco de The Durutti Column y primero en el que Reilly se acompaña del percusionista Bruce Mitchell. No hay mucho que decir más allá de que es un disco fascinante y, en cierta forma, muy moderno.
A destacar la hipnótica "Never Known" y el homenaje de Reilly a su amigo y admirador Ian Curtis: "The Missing Boy".
Pero, por encima de todo, LC demuestra cuánto le deben decenas de grupos británicos al guitarrista de Manchester.
Reilly es el fundador y alma máter de The Durutti Column, una de las bandas británicas más influyentes de las últimas décadas. Y digo lo de "banda" por decir algo, porque en realidad Reilly es el 95% de The Durutti Column.
John Frusciante, guitarrista de Red Hot Chili Peppers dijó de Reilly que era "el mejor guitarrista del mundo" y no es el único que lo ha afirmado. Yo no comparto esa opinión, que me parece exagerada, pero es innegable que Reilly es un guitarrista diferente, misterioso y mágico en un mundo de clones impersonales.
LC , publicado en 1981 por el mítico sello Factory, es el segundo disco de The Durutti Column y primero en el que Reilly se acompaña del percusionista Bruce Mitchell. No hay mucho que decir más allá de que es un disco fascinante y, en cierta forma, muy moderno.
A destacar la hipnótica "Never Known" y el homenaje de Reilly a su amigo y admirador Ian Curtis: "The Missing Boy".
Pero, por encima de todo, LC demuestra cuánto le deben decenas de grupos británicos al guitarrista de Manchester.
sábado, 19 de septiembre de 2009
Steve Earle - Washington Square Serenade (2007)
Después de asistir al impresionante concierto que ofreció Steve Earle el pasado jueves en el Kafe Antzoki bilbaíno no he podido evitar reescucharle.
Washington Square Serenade es su penúltimo disco y, en mi opinión, el mejor que ha sacado desde el glorioso El Corazón. Hay quien dice que a Earle se le da mejor escribir cuando no se deja llevar por su faceta de reivindicador político, y esa afirmación no es descabellada.
Éste es un disco diferente, en parte por la labor del productor John King, de los Dust Brothers; afortunadamente, el aire contemporáneo de la producción no perjudica, sino que da un carácter muy especial a la grabación.
Canciones como "Tennessee Blues", "Down Here Below", "Come Home To Me", "Jericho Road" o "Days Aren't Long Enough" hacen de éste un disco fantástico que Earle dedica a Nueva York y a su mujer, Allison Moorer.
Moorer -una cantante de country magnífica, por cierto- no sólo sirve de inspiración, sino que también colabora con un tema propio y algunas voces que empastan a la perfección con las del virginiano (los estribillos de "Down Here Below" son escalofriantes).
Otro de los ilustres músicos implicados en el disco es John Medeski. El teclista aporta mucha calidez a gran parte de las canciones, con máxima discreción. Su hammond en "Come Home To Me" es toda una lección de acompañamiento.
Steve Earle es uno de los grandes songwriters americanos; si tenéis oportunidad de verle en directo, no la dejéis escapar.
Washington Square Serenade es su penúltimo disco y, en mi opinión, el mejor que ha sacado desde el glorioso El Corazón. Hay quien dice que a Earle se le da mejor escribir cuando no se deja llevar por su faceta de reivindicador político, y esa afirmación no es descabellada.
Éste es un disco diferente, en parte por la labor del productor John King, de los Dust Brothers; afortunadamente, el aire contemporáneo de la producción no perjudica, sino que da un carácter muy especial a la grabación.
Canciones como "Tennessee Blues", "Down Here Below", "Come Home To Me", "Jericho Road" o "Days Aren't Long Enough" hacen de éste un disco fantástico que Earle dedica a Nueva York y a su mujer, Allison Moorer.
Moorer -una cantante de country magnífica, por cierto- no sólo sirve de inspiración, sino que también colabora con un tema propio y algunas voces que empastan a la perfección con las del virginiano (los estribillos de "Down Here Below" son escalofriantes).
Otro de los ilustres músicos implicados en el disco es John Medeski. El teclista aporta mucha calidez a gran parte de las canciones, con máxima discreción. Su hammond en "Come Home To Me" es toda una lección de acompañamiento.
Steve Earle es uno de los grandes songwriters americanos; si tenéis oportunidad de verle en directo, no la dejéis escapar.
jueves, 17 de septiembre de 2009
Antoine Hervé - Summertime (1999)
Antoine Hervé es un estupendo pianista francés bastante poco conocido fuera de su país. Ganador del premio Django Reinhardt en 1985, además de tocar jazz ha compuesto bandas sonoras, musicales y espectáculos de danza, lo que da una idea de su polivalencia.
En esta grabación de 1999, Hervé se sirve de un repertorio compuesto exclusivamente por standards para mostrar sus habilidades, que no son pocas. Completando el trío, dos clásicos de la escena francesa: los hermanos Moutin.
Los arreglos -algunos de ellos sorprendentes- van de lo tradicional a lo contemporáneo, siempre con una perspectiva muy rítmica y mucho desparpajo. Hay buenas improvisaciones y mucho feeling.
Un disco con muy buena onda, sí señor.
En esta grabación de 1999, Hervé se sirve de un repertorio compuesto exclusivamente por standards para mostrar sus habilidades, que no son pocas. Completando el trío, dos clásicos de la escena francesa: los hermanos Moutin.
Los arreglos -algunos de ellos sorprendentes- van de lo tradicional a lo contemporáneo, siempre con una perspectiva muy rítmica y mucho desparpajo. Hay buenas improvisaciones y mucho feeling.
Un disco con muy buena onda, sí señor.
miércoles, 16 de septiembre de 2009
Charles Lloyd - A Night In Copenhagen (1983)
Si hay algo que ha sabido hacer Charles Lloyd a lo largo de su carrera es rodearse de músicos extraordinarios, normalmente mucho más interesantes que él mismo.
En 1966 dio a conocer a un joven de 21 años llamado Keith Jarrett y 16 años después hizo algo parecido, descubriendo a gran parte del público internacional al gran Michel Petrucciani.
En este concierto de 1983 el pianista francés, que también estaba a punto de cumplir los 21, ya eclipsa a sus compañeros, probablemente sin pretenderlo.
Bobby McFerrin tiene una colaboración bastante intrascendente y, aunque Palle Danielsson y Son Ship Theus hacen un gran trabajo, y Lloyd tiene algunos momentos brillantes, el joven Petrucciani es la verdadera estrella de A Night In Copenhagen.
En 1966 dio a conocer a un joven de 21 años llamado Keith Jarrett y 16 años después hizo algo parecido, descubriendo a gran parte del público internacional al gran Michel Petrucciani.
En este concierto de 1983 el pianista francés, que también estaba a punto de cumplir los 21, ya eclipsa a sus compañeros, probablemente sin pretenderlo.
Bobby McFerrin tiene una colaboración bastante intrascendente y, aunque Palle Danielsson y Son Ship Theus hacen un gran trabajo, y Lloyd tiene algunos momentos brillantes, el joven Petrucciani es la verdadera estrella de A Night In Copenhagen.
martes, 15 de septiembre de 2009
Milt Jackson - Statements (1961)
El otro día encontré por casualidad este viejo LP de Impulse!, un disco de Milt Jackson que no conocía.
En él, el vibrafonista más importante de su generación se acompaña por un trío de lujo, compuesto por Hank Jones, Paul Chambers y uno de sus compañeros en el Modern Jazz Quartet: Connie Kay.
A pesar de la popular fiereza y modernidad del sello de Bob Thiele, Impulse! tiene en su catálogo varios discos de este tipo. Bop relajado, swingante y para todos los gustos.
Jackson y Jones están espectaculares, como casi siempre, al igual que Chambers, que se marca un sorprendente solo con arco.
Escuchar cómo "caminan" estos cuatro monstruos es un absoluto placer.
Ha sido estupendo encontrarme con Statements. A ver si Universal se anima y lo reedita.
En él, el vibrafonista más importante de su generación se acompaña por un trío de lujo, compuesto por Hank Jones, Paul Chambers y uno de sus compañeros en el Modern Jazz Quartet: Connie Kay.
A pesar de la popular fiereza y modernidad del sello de Bob Thiele, Impulse! tiene en su catálogo varios discos de este tipo. Bop relajado, swingante y para todos los gustos.
Jackson y Jones están espectaculares, como casi siempre, al igual que Chambers, que se marca un sorprendente solo con arco.
Escuchar cómo "caminan" estos cuatro monstruos es un absoluto placer.
Ha sido estupendo encontrarme con Statements. A ver si Universal se anima y lo reedita.
lunes, 14 de septiembre de 2009
Mary Halvorson - Dragon's Head (2008)
Mary Halvorson, alumna aventajada de Anthony Braxton y pieza esencial de varios proyectos de éste, es una de las guitarristas más originales de los últimos años.
Dragon's Head es el primer disco que ha sacado con su trío, y no puedo imaginar mejor debut.
Junto a John Hebert y Ches Smith, Halvorson firma uno de los mejores discos del año pasado. De haber sido publicado por un sello más potente, no me cabe duda de que su repercusión habría sido mucho mayor.
Si esta chica empieza así, lo que haga en el futuro puede ser realmente impresionante.
Dragon's Head es el primer disco que ha sacado con su trío, y no puedo imaginar mejor debut.
Junto a John Hebert y Ches Smith, Halvorson firma uno de los mejores discos del año pasado. De haber sido publicado por un sello más potente, no me cabe duda de que su repercusión habría sido mucho mayor.
Si esta chica empieza así, lo que haga en el futuro puede ser realmente impresionante.
domingo, 13 de septiembre de 2009
Malevolent Creation - Plateruena (11-9-2009)
El pasado viernes me acerqué a Plateruena, el Kafe Antzoki de Durango, para ver a la mítica banda de death metal Malevolent Creation.
Este estilo tiene unas características muy concretas y no me resulta fácil encontrar grupos que realmente me interesen como Death, Suffocation, Cannibal Corpse, Entombed, Dying Fetus y los propios Malevolent Creation, entre otros.
Los de Florida salieron tras la mediocre actuación de Ditchcreeper y de los competentes, aunque tópicos y aburridos, Vomitory. Capitaneados por Brett Hoffman, cantante y eje principal desde los orígenes de la banda, Malevolent Creation ofrecieron un concierto descarnado, agresivo y completamente genuino.
Sin poder presumir de una técnica espectacular -aunque tampoco nada despreciable-, el grupo es una bestia de directo que compensa cualquier carencia con pura fuerza y mala leche. Hoffman, de 43 años, tiene una de las mejores voces del death metal y su presencia escénica y carisma son impresionantes .
A pesar de que nunca han salido del underground, Malevolent Creation son uno de los mejores grupos de death metal, desde que sacaron el magnífico The Ten Commandments en 1991.
18 años después, siguen teniendo un directo brutal.
Fotografías por Naiara Gago. Pinchar en ellas para agrandarlas.
Este estilo tiene unas características muy concretas y no me resulta fácil encontrar grupos que realmente me interesen como Death, Suffocation, Cannibal Corpse, Entombed, Dying Fetus y los propios Malevolent Creation, entre otros.
Los de Florida salieron tras la mediocre actuación de Ditchcreeper y de los competentes, aunque tópicos y aburridos, Vomitory. Capitaneados por Brett Hoffman, cantante y eje principal desde los orígenes de la banda, Malevolent Creation ofrecieron un concierto descarnado, agresivo y completamente genuino.
Sin poder presumir de una técnica espectacular -aunque tampoco nada despreciable-, el grupo es una bestia de directo que compensa cualquier carencia con pura fuerza y mala leche. Hoffman, de 43 años, tiene una de las mejores voces del death metal y su presencia escénica y carisma son impresionantes .
A pesar de que nunca han salido del underground, Malevolent Creation son uno de los mejores grupos de death metal, desde que sacaron el magnífico The Ten Commandments en 1991.
18 años después, siguen teniendo un directo brutal.
Fotografías por Naiara Gago. Pinchar en ellas para agrandarlas.
viernes, 11 de septiembre de 2009
Cy Touff - His Octet And Quintet (1955)
Cy Touff era un especialista de la trompeta baja, un instrumento tan inhabitual como poco popular. His Octet and Quintet, una pequeña y poco conocida joya del catálogo de Pacific Jazz, es su mejor y más importante disco; una grabación soberbia que se beneficia de grandes músicos y un repertorio fantástico.
En el octeto, mi adorado Harry Edison y el gran Richie Kamuca suben la categoría al máximo, junto Russ Freeman y a los increibles arreglos de Johnny Mandel y Ernie Wilkins.
En el quinteto repiten Kamuca y la rítmica de Leroy Vinnegar y Chuck Flores, con Pete Jolly al piano esta vez. Entre las piezas interpretadas por este grupo hay que destacar "Prez-Ence", cuyo tema (interpretado al unísono por Touff y Kamuca) está basado en el solo que Lester Young grabó sobre "You're Driving Me Crazy" para Aladdin.
His Octet And Quintet es mucho más que una curiosidad de un músico poco conocido. Es una puñetera maravilla de aquello que muchos llamaron West-Coast Jazz.
En el octeto, mi adorado Harry Edison y el gran Richie Kamuca suben la categoría al máximo, junto Russ Freeman y a los increibles arreglos de Johnny Mandel y Ernie Wilkins.
En el quinteto repiten Kamuca y la rítmica de Leroy Vinnegar y Chuck Flores, con Pete Jolly al piano esta vez. Entre las piezas interpretadas por este grupo hay que destacar "Prez-Ence", cuyo tema (interpretado al unísono por Touff y Kamuca) está basado en el solo que Lester Young grabó sobre "You're Driving Me Crazy" para Aladdin.
His Octet And Quintet es mucho más que una curiosidad de un músico poco conocido. Es una puñetera maravilla de aquello que muchos llamaron West-Coast Jazz.
miércoles, 9 de septiembre de 2009
Albert Cirera / Ramón Prats - Duot (2007)
Reseña publicada originalmente en tomajazz.com en febrero de 2009
Duot es un proyecto con agallas y, sólo por eso, ya merece la pena. No es fácil ver propuestas que partan del free-jazz o una improvisación tan libre en nuestro país, lo que es una verdadera pena. El motivo es, con toda probabilidad, una mezcla de factores como ciertos complejos que arrastran gran parte de músicos, falta de referentes, de estímulos, de público o mera ignorancia musical.
El dúo formado por el batería Ramón Prats y el saxofonista Albert Cirera presentan su primer CD como un buen manojo de música improvisada, autoproducida, autoeditada y, en definitiva, independiente. Lo mejor que tiene este disco es precisamente esa independencia exenta de complejos. No es que los ocho cortes del CD sean perfectos, ni mucho menos, pero sí podemos afirmar que están tocados con naturalidad y entusiasmo. Hay momentos verdaderamente intensos aunque, en algunos otros, a ambos músicos parece faltarles experiencia y solidez. Pero esta música no es fácil de tocar y tanto Prats como Cirera la afrontan con mucha convicción.
Tanto la presentación, necesariamente sobria, como el contenido del disco, nos dejan con la sensación de que falta algo; de que este primer CD es una obra inacabada o el primer capítulo de una nueva aventura. No es música impresionante pero puede llegar a serlo. De momento es música arriesgada, inquieta, inspiradora, serena, valiente, fresca… Estaremos pendientes porque la cosa no pinta nada mal.."
Más info sobre Duot en myspace.
Para comprar y/o escuchar el disco, pincha en la portada.
Duot es un proyecto con agallas y, sólo por eso, ya merece la pena. No es fácil ver propuestas que partan del free-jazz o una improvisación tan libre en nuestro país, lo que es una verdadera pena. El motivo es, con toda probabilidad, una mezcla de factores como ciertos complejos que arrastran gran parte de músicos, falta de referentes, de estímulos, de público o mera ignorancia musical.
El dúo formado por el batería Ramón Prats y el saxofonista Albert Cirera presentan su primer CD como un buen manojo de música improvisada, autoproducida, autoeditada y, en definitiva, independiente. Lo mejor que tiene este disco es precisamente esa independencia exenta de complejos. No es que los ocho cortes del CD sean perfectos, ni mucho menos, pero sí podemos afirmar que están tocados con naturalidad y entusiasmo. Hay momentos verdaderamente intensos aunque, en algunos otros, a ambos músicos parece faltarles experiencia y solidez. Pero esta música no es fácil de tocar y tanto Prats como Cirera la afrontan con mucha convicción.
Tanto la presentación, necesariamente sobria, como el contenido del disco, nos dejan con la sensación de que falta algo; de que este primer CD es una obra inacabada o el primer capítulo de una nueva aventura. No es música impresionante pero puede llegar a serlo. De momento es música arriesgada, inquieta, inspiradora, serena, valiente, fresca… Estaremos pendientes porque la cosa no pinta nada mal.."
Más info sobre Duot en myspace.
Para comprar y/o escuchar el disco, pincha en la portada.
martes, 8 de septiembre de 2009
Eddie Higgins - Again (1998)
Ayer me enteré de la muerte de Eddie Higgins, ocurrida el pasado 31 de agosto.
Nunca fue un tipo que me interesase demasiado, pero representaba a la perfección la figura del pianista discreto, lleno de clase y elegancia, con una carrera a sus espaldas plagada de nombres importantes.
Su principal herramienta de trabajo, los standards; su obra, decenas de grabaciones tan deliciosas como poco ambiciosas, dicho esto en el mejor de los sentidos.
Un standard en manos de Higgins suena sólo a eso: al tema interpretado a la perfección, con la cantidad de personalidad exácta para hacerlo propio sin dejar de seguir la melodía a pies juntillas.
Again es una grabación en la que Higgins se acompaña de dos grandes músicos: Ray Drummond y Ben Riley. El repertorio está compuesto de standards recurrentes ("My Foolish Heart", "My Romance", "Polka Dots And Moonbeams"), elecciones sorprendentes ("Now Please Don't You Cry, Beautiful Edith" de Roland Kirk o "Walk Alone" de Makoto Ozone) e incluso un par de originales.
El resultado, un disco precioso que deja un gran recuerdo del desaparecido pianista.
Nunca fue un tipo que me interesase demasiado, pero representaba a la perfección la figura del pianista discreto, lleno de clase y elegancia, con una carrera a sus espaldas plagada de nombres importantes.
Su principal herramienta de trabajo, los standards; su obra, decenas de grabaciones tan deliciosas como poco ambiciosas, dicho esto en el mejor de los sentidos.
Un standard en manos de Higgins suena sólo a eso: al tema interpretado a la perfección, con la cantidad de personalidad exácta para hacerlo propio sin dejar de seguir la melodía a pies juntillas.
Again es una grabación en la que Higgins se acompaña de dos grandes músicos: Ray Drummond y Ben Riley. El repertorio está compuesto de standards recurrentes ("My Foolish Heart", "My Romance", "Polka Dots And Moonbeams"), elecciones sorprendentes ("Now Please Don't You Cry, Beautiful Edith" de Roland Kirk o "Walk Alone" de Makoto Ozone) e incluso un par de originales.
El resultado, un disco precioso que deja un gran recuerdo del desaparecido pianista.
lunes, 7 de septiembre de 2009
Will Calhoun - Live At The Blue Note (2000)
Will Calhoun es conocido principalmente por ser el batería de Living Colour, un super-grupo que tiene también en sus filas a tres técnicos brutales: el cantante Corey Glover, el bajista Doug Wimbish y el fascinante guitarrista Vernon Reid.
Reid, miembro fundador de la Black Rock Coalition, es uno de los mejores exponentes del nexo entre el rock y el jazz.
De alguna manera y quizá con un enfoque más tradicional, Will Calhoun también ha decidido ir por ese camino e interesarse por el jazz desde hace más de una década, sin dejar de lado otras músicas.
Live At The Blue Note es su primera grabación jazzística como líder; un excelente disco en directo que mezcla varias doctrinas de la música negra de forma natural, sin alejarse del jazz en ningún momento.
Para ello se sirve de lo que a mi entender es un grupo perfecto, dada la música que plantean. Terell Stafford y Bobby Watson (que se deja escuchar al tenor, algo poco habitual en él) están simplemente magistrales, acompañados por uno de los mejores pianistas de los últimos años, Orrin Evans, y por el excelente bajista John Benitez.
Ésta es una de esas grabaciones en vivo que consiguen transmitirte la tensión y el buen rollo del directo, sin perder un ápice de fuerza en la traslación al disco. Intenso, soulful y palpitante; música negra pura y de primera categoría.
Jazz salpicado de muchas cosas. Y todas buenas.
Reid, miembro fundador de la Black Rock Coalition, es uno de los mejores exponentes del nexo entre el rock y el jazz.
De alguna manera y quizá con un enfoque más tradicional, Will Calhoun también ha decidido ir por ese camino e interesarse por el jazz desde hace más de una década, sin dejar de lado otras músicas.
Live At The Blue Note es su primera grabación jazzística como líder; un excelente disco en directo que mezcla varias doctrinas de la música negra de forma natural, sin alejarse del jazz en ningún momento.
Para ello se sirve de lo que a mi entender es un grupo perfecto, dada la música que plantean. Terell Stafford y Bobby Watson (que se deja escuchar al tenor, algo poco habitual en él) están simplemente magistrales, acompañados por uno de los mejores pianistas de los últimos años, Orrin Evans, y por el excelente bajista John Benitez.
Ésta es una de esas grabaciones en vivo que consiguen transmitirte la tensión y el buen rollo del directo, sin perder un ápice de fuerza en la traslación al disco. Intenso, soulful y palpitante; música negra pura y de primera categoría.
Jazz salpicado de muchas cosas. Y todas buenas.
domingo, 6 de septiembre de 2009
The Black Crowes - Before The Frost... Until The Freeze (2009)
Después de la resurección que supuso Warpaint para The Black Crowes, los de Atlanta han tardado poco más de un año en sacar nuevo disco; un álbum doble que está entre lo mejor que han editado nunca.
Before The Frost... Until The Freeze es terriblemente variado y va de un estilo a otro sin alejarse en ningún momento de la esencia de los Crowes, que aquí suenan a rock, a folk, a country e incluso a disco.
No hay duda de que el fichaje de Luther Dickinson -guitarrista de los North Mississippi AllStars- ha sido todo un acierto. Sus guitarras enriquecen el conjunto sin llegar a desviar la atención de este, completando una banda a la que le faltaba algo desde la salida de Marc Ford.
Gran parte del encanto del disco se debe a estar grabado en directo, ante un público reducido, en el estudio de Levon Helm. Si no hay ningún overdub (y parece que no) hay que admitir que la banda suena impresionante en directo, al menos en un contexto tan íntimo y con la grabación en mente.
El disco está editado de dos maneras diferentes. El CD es sencillo, contiene once temas y va acompañado de un código con el que puedes descargar nueve temas más de su web, que funcionan como "disco de regalo".
La edición en vinilo está planteada como un disco doble (en vinilo verde el primer LP y en blanco el segundo) y suena estupendamente. Contiene los veinte temas en un orden diferente que, en mi opinión, hace que el disco funcione bastante mejor .
En cualquier caso, Before The Frost... Until The Freeze tiene temas mejores y peores, pero sea en la edición que sea merece la pena.
Before The Frost... Until The Freeze es terriblemente variado y va de un estilo a otro sin alejarse en ningún momento de la esencia de los Crowes, que aquí suenan a rock, a folk, a country e incluso a disco.
No hay duda de que el fichaje de Luther Dickinson -guitarrista de los North Mississippi AllStars- ha sido todo un acierto. Sus guitarras enriquecen el conjunto sin llegar a desviar la atención de este, completando una banda a la que le faltaba algo desde la salida de Marc Ford.
Gran parte del encanto del disco se debe a estar grabado en directo, ante un público reducido, en el estudio de Levon Helm. Si no hay ningún overdub (y parece que no) hay que admitir que la banda suena impresionante en directo, al menos en un contexto tan íntimo y con la grabación en mente.
El disco está editado de dos maneras diferentes. El CD es sencillo, contiene once temas y va acompañado de un código con el que puedes descargar nueve temas más de su web, que funcionan como "disco de regalo".
La edición en vinilo está planteada como un disco doble (en vinilo verde el primer LP y en blanco el segundo) y suena estupendamente. Contiene los veinte temas en un orden diferente que, en mi opinión, hace que el disco funcione bastante mejor .
En cualquier caso, Before The Frost... Until The Freeze tiene temas mejores y peores, pero sea en la edición que sea merece la pena.
viernes, 4 de septiembre de 2009
Bill Carrothers - Home Row (1992, ed.2008)
Reescuchando el último disco editado (que no grabado) de uno de mis pianistas favoritos. Material altamente recomendable de mano de un trío con agallas.
Gran trabajo el del sello Pirouet, que ha publicado varios discos estupendos de Bill Carrothers y de Marc Copland, entre otros.
Esta es la reseña de Home Row que publiqué en el número de enero de este año en la edición impresa de Cuadernos de Jazz:
La verdad es que no alcanzo a explicarme porque Bill Carrothers no tiene mayor reconocimiento entre los aficionados. No hablo de un gran apoyo popular (ambición ridícula cuando hablamos de jazz), sino de ese estatus de músico inquieto y especial del que disfrutan otros ilustres pianistas apoyados con más ahínco por el público especializado. Quizá sea por su negativa a tener una carrera ortodoxa o por esa aura de outsider que hábilmente traslada a su música, para beneficio de ésta.
Sea como sea, Carrothers es una de las grandes voces del piano actual, y en Home Row lo demuestra con creces. Es inexplicable que este material haya dormido 16 años en un cajón. El disco, sin ser magistral, es de una calidad superior y muestra a un pianista pleno, con un lenguaje ágil e inconformista.
Algunos standards, algunos originales y un trío de altura produciendo música que se mantiene tan fresca como si se estuviese tocando ahora mismo.
Yahvé M. de la Cavada
Gran trabajo el del sello Pirouet, que ha publicado varios discos estupendos de Bill Carrothers y de Marc Copland, entre otros.
Esta es la reseña de Home Row que publiqué en el número de enero de este año en la edición impresa de Cuadernos de Jazz:
La verdad es que no alcanzo a explicarme porque Bill Carrothers no tiene mayor reconocimiento entre los aficionados. No hablo de un gran apoyo popular (ambición ridícula cuando hablamos de jazz), sino de ese estatus de músico inquieto y especial del que disfrutan otros ilustres pianistas apoyados con más ahínco por el público especializado. Quizá sea por su negativa a tener una carrera ortodoxa o por esa aura de outsider que hábilmente traslada a su música, para beneficio de ésta.
Sea como sea, Carrothers es una de las grandes voces del piano actual, y en Home Row lo demuestra con creces. Es inexplicable que este material haya dormido 16 años en un cajón. El disco, sin ser magistral, es de una calidad superior y muestra a un pianista pleno, con un lenguaje ágil e inconformista.
Algunos standards, algunos originales y un trío de altura produciendo música que se mantiene tan fresca como si se estuviese tocando ahora mismo.
Yahvé M. de la Cavada
miércoles, 2 de septiembre de 2009
Thomas Chapin - Anima (1991)
Si hay una desaparición trágica para el mundo del jazz en los últimos años es la de Thomas Chapin. El saxofonista falleció en 1998 con sólo 40 años, víctima de la leucemia. Fue uno de los músicos más interesantes de los 90 y, de seguir entre nosotros, no cabe duda de que sería una de las voces más importantes del jazz del siglo XXI.
Su legado se compone de poco más de una decena de discos que reflejan su enorme talento. Intrumentista espectacular y compositor brillante, su personalidad inquieta, ilustrada y valiente le llevó por territorios que podían ir del post bop a lenguajes más arriesgados, siempre con una voz personal.
Anima es el primer disco en el que grabó con su formación más emblemática: su trío con Mario Pavone y Michael Sarin. Steve Johns -batería de su anterior disco en, Third Force- está en algunos cortes, pero el estreno de la colaboración Chapin-Pavone-Sarin acapara gran parte del interés de la grabación. El sonido no es tan bueno como uno desearía -como en muchas de las referencias de Knitting Factory-, pero en cuanto el disco empieza a sonar lo único que importa es la música.
Aunque con Chapin es difícil equivocarse, porque siempre es fantástico, Anima es una buena forma de acercarse a la obra de este enorme músico.
Su legado se compone de poco más de una decena de discos que reflejan su enorme talento. Intrumentista espectacular y compositor brillante, su personalidad inquieta, ilustrada y valiente le llevó por territorios que podían ir del post bop a lenguajes más arriesgados, siempre con una voz personal.
Anima es el primer disco en el que grabó con su formación más emblemática: su trío con Mario Pavone y Michael Sarin. Steve Johns -batería de su anterior disco en, Third Force- está en algunos cortes, pero el estreno de la colaboración Chapin-Pavone-Sarin acapara gran parte del interés de la grabación. El sonido no es tan bueno como uno desearía -como en muchas de las referencias de Knitting Factory-, pero en cuanto el disco empieza a sonar lo único que importa es la música.
Aunque con Chapin es difícil equivocarse, porque siempre es fantástico, Anima es una buena forma de acercarse a la obra de este enorme músico.
martes, 1 de septiembre de 2009
Ornette Coleman - Sound Grammar (2005)
Extraído de mi reseña para Tomajazz:
"En Sound Grammar, Coleman no sólo toca. Su saxo languidece, aúlla, entona cánticos espirituales y se eleva por encima del grupo mirándonos a todos desde arriba. Casi podríamos estar hablando de un disco de gospel por la espiritualidad del mensaje, por la solemnidad atemporal que rezuma su fraseo (...)"
"No hay que dejar que nos confundan las primeras escuchas, no estamos ante música inmediata, sino ante música que apela al cerebro y al corazón por igual, que se desliza lentamente por nuestro oído y nos impide consumirla rápidamente; que nos besa con suavidad en cada nota, pero que no se acostará con nosotros en la primera cita."
La reseña completa pinchando aquí o en la imagen.
"En Sound Grammar, Coleman no sólo toca. Su saxo languidece, aúlla, entona cánticos espirituales y se eleva por encima del grupo mirándonos a todos desde arriba. Casi podríamos estar hablando de un disco de gospel por la espiritualidad del mensaje, por la solemnidad atemporal que rezuma su fraseo (...)"
"No hay que dejar que nos confundan las primeras escuchas, no estamos ante música inmediata, sino ante música que apela al cerebro y al corazón por igual, que se desliza lentamente por nuestro oído y nos impide consumirla rápidamente; que nos besa con suavidad en cada nota, pero que no se acostará con nosotros en la primera cita."
La reseña completa pinchando aquí o en la imagen.
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