martes, 17 de marzo de 2009
William Parker & Hamid Drake - First Communion/Piercing The Veil & Summer Snow
Reseña publicada en Cuadernos de Jazz
First Communion+Piercing The Veil
Hamid Drake (bat, tabla, frame drum, bells); William Parker (b, balafon, bombarde, shakuhachi, slit drum, dumbek)
Brooklyn, Nueva York, 1 y 3 de abril de 2000
AUM Fidelity AUM039/40
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Summer Snow
Hamid Drake (bat, tabla, frame drum, gongs); William Parker (b, doson’ngoni, talking drum, shakuhachi, water bowls, dumbek)
Brooklyn, Nueva York, 21 de septiembre de 2005
AUM Fidelity AUM041
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Entre First Communion, grabado el 1 de abril del 2000 y Piercing The Veil, grabado el 3, William Parker y Hamid Drake aprovecharon para registrar otro disco para Thirsty Ear el día 2, bajo el liderazgo de Parker (Painter’s Spring).
A partir de ese fructífero fin de semana se han ido convirtiendo en una pareja referencial para muchos aficionados, y no es para menos, dado el nivel que alcanzan como unidad rítmica bicéfala.
First Communion es en realidad un prólogo a Piercing The Veil, un ensayo/concierto grabado dos días antes en el apartamento del productor Steven Joerg.
Entendido como ramificación o incluso como simple extra del disco, es muy interesante escuchar los desarrollos cambiantes de Parker y Drake sin las restricciones o presiones de un estudio.
Asimismo, la emoción del directo acaba triunfando sobre el control y aleja ligeramente al resultado final de la perfección de Piercing The Veil, que late con fuerza durante sus 44 minutos, sin dar tregua al oyente.
A pesar de que Summer Snow es una continuación de su predecesor, hay algunas diferencias entre ellos. Está estructurado en tres secciones específicas durante cada una de las cuales, una combinación concreta de instrumentos desarrollan la ideas pertinentes. El conjunto pierde espontaneidad y urgencia, pero gana profundidad y promete aportar nuevos matices en futuras escuchas.
A lo largo de los tres CDs Parker va de un instrumento a otro, exprimiendo ideas y motivos pero, paradójicamente, es él quien sirve de vehiculo a Drake, cuya pulsación e interminables recursos provocan la fascinación definitiva en el oyente.
Escuchando esta magnifica entrega triple, no puedo evitar que me vengan a la mente discos de Don Cherry como Mu o Eternal Now, cuya radicalidad residía en la libertad de la música, independientemente de su forma.
Más allá del jazz o de la world music, los sonidos grabados en estos discos aspiran a ser universales, y su efecto es envolvente, mágico y catártico.
Yahvé M. de la Cavada
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