Miguel Ángel Martín ha editado recientemente la colección de historias Bitch (la cupula) y la novela gráfica Playlove (rey lear). Sin llegar a las cotas de calidad de obras como Psycopathia Sexualis o Rubber Flesh, su regreso a las estanterías de las librerías es una gran noticia.
En una entrevista concedida a guiadelcomic.com, Martín ha declarado: "He perdido temporalmente el interés en la ficción en general, incluido el cine o la novela porque no encuentro cosas que me impresionen o me motiven. Los comics autobiográficos tan en boga no los soporto. Son siempre gente pringando el moco y tristona y además no me lo creo, es como falso, memos tirándose el rollo para hacerse los sensibles, cuando detrás no hay más que una ridícula actitud de niño mimado. ¿No hay nadie en el mundo del cómic que cuente una vida interesante e intensa como lo han hecho en la literatura Burroughs, Bukowski, Cèline o Miller, por citar algunos? Tengo la impresión de que en el mundo del cómic faltan lecturas, información y vida. No me interesa nada la mediocre exhibición de narcisismo tan propia de estos tiempos, lo mismo se puede decir de esa mierda que llaman cine indie o de la música con esa etiqueta. Estoy bastante harto del rollito "retro" en todo. Lo que de verdad me interesa es la época que vivimos por sí misma, que es asombrosa, pero no sus mediocres subproductos artísticos, caracterizados por el miedo al futuro, la nostalgia, el sentimentalismo, la baja autoestima, la falta de sentido del humor, características propias de la cultura del narcisismo que define esta época de transición que estamos viviendo".
Hay grandes cómics autobiográficos en el mercado, pero es cierto que hay una desagradable epidemia de ombliguismo banal y patético. En cuanto a lo indie (término que ya ha quedado diluido), lo retro y los subproductos artísticos, más de acuerdo no puedo estar.
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