El último disco de Damien Jurado está entre lo mejor que ha grabado nunca y, de paso, entre lo mejor que ha salido este año.
El cantautor de Seattle se desnuda en este disco y despliega un sonido intimista que, sin embargo, evoca grandes espacios y largas distancias.
Ideal para inundar el cerebro de serenidad durante interminables e incómodos viajes en autobús.
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