El pasado miércoles vi a Bryan Estepa en directo en el colegio de abogados de Bilbao, uno de los sitios más peculiares en los que uno puede ver un gran concierto en esta ciudad, pero que siempre tiene una programación exquisita, diseñada con mimo y mucho saber hacer.
Por eso, porque los responsables de dicha programación saben muy bien lo que hacen, uno puede ir a uno de sus conciertos sin saber mucho más que la hora de comienzo, y salir de él con una gran sonrisa.
Yo no conocía la música del cantautor australiano hasta el pasado miércoles pero su concierto fue delicioso, y el disco que me llevé bajo el brazo tras él lleva en mi tocadiscos desde entonces.
Once buenas canciones de pop de primera, tocado y cantado con gusto, con serias reminiscencias a los Jayhawks y a lo mejor del power pop y rock americano, con buenas melodías, una gran voz y una producción muy cuidada. Un disco estupendo.
Once buenas canciones de pop de primera, tocado y cantado con gusto, con serias reminiscencias a los Jayhawks y a lo mejor del power pop y rock americano, con buenas melodías, una gran voz y una producción muy cuidada. Un disco estupendo.