Se acaba 2010, un año con sus cosas buenas y sus cosas malas. Un año razonablemente bueno, diremos. Tampoco quiero hacer balance, ni valorar esto o aquello a nivel personal o general. La vida sigue, eso es lo importante.
Tengo esperanzas puestas en 2011, veremos cómo va la cosa. Tengo planes, pequeños proyectos, mucha música que escuchar y muchos conciertos que ver. Y voy a empezar hoy mismo.
De momento os dejo aquí uno de los temas que más han sonado en mi iPod este año. Una canción fabulosa de un disco un tanto incomprendido de Ryan Adams, 29. La canción se introduce lentamente en tu cabeza y tiene una larga coda prácticamente perfecta.
Os invito a cerrar los ojos, pulsar el pequeño reproductor que hay justo debajo, y escuchar el tema hasta el final. Y feliz 2011 a todos.
viernes, 31 de diciembre de 2010
miércoles, 29 de diciembre de 2010
Bryan and the Haggards - Pretend It's the End Of The World (2010)
Esto es trampa.
Después de escuchar repetidamente el disco de Bryan & The Haggards, he sacado dos conclusiones. La primera es que es mi disco favorito de 2010; el mejor del año, si lo preferís así. La segunda es que esta gente es tan buena que casi empiezan a resultar preocupantes.
Me refiero a los miembros de Mostly Other People Do The Killing y a algunos de sus satélites, como los que participan en este disco. En realidad, Bryan & The Haggards se compone de los mismos musicos que los Big Five Chord de Jon Lundbom (del que ya hablé aquí a cuenta de su estupendo Accomplish Jazz), con Bryan Murray como líder.
Por eso es trampa. Porque si Pretend It's the End Of the World es casi perfecto, el último de MOPDTK (Forty Fort) también, el Foxy de Jon Irabagon es arrollador y el ya mencionado Accomplish Jazz no se queda atras... ¿qué está pasando con estos tipos y, por extensión, con el sello Hot Cup Records? Pues que son muy buenos, que tienen grandes ideas y que juntos muestran una química difícil de encontrar por ahí.
Pretend It's the End Of the World tiene todo eso, y más. A partir de la adaptación de algunos temas clasicos del country, Murray, Lundbom, Danny Fischer y los impresionantes Moppa Elliott y Jon Irabagon construyen algunos temas que son jazz, son free, son rock y lo que haga falta, sin renunciar a sus raices country & western.
No se puede describir, hay que escucharlo.
Nota 1: Escribo esto desde Londres, con un ordenador britanico en el que soy incapaz de encontrar las tíldes. En unos días, a mi vuelta, corregiré todas las erratas de este tipo.
Nota 2: Solucionado el asunto de la nota 1.
Después de escuchar repetidamente el disco de Bryan & The Haggards, he sacado dos conclusiones. La primera es que es mi disco favorito de 2010; el mejor del año, si lo preferís así. La segunda es que esta gente es tan buena que casi empiezan a resultar preocupantes.
Me refiero a los miembros de Mostly Other People Do The Killing y a algunos de sus satélites, como los que participan en este disco. En realidad, Bryan & The Haggards se compone de los mismos musicos que los Big Five Chord de Jon Lundbom (del que ya hablé aquí a cuenta de su estupendo Accomplish Jazz), con Bryan Murray como líder.
Por eso es trampa. Porque si Pretend It's the End Of the World es casi perfecto, el último de MOPDTK (Forty Fort) también, el Foxy de Jon Irabagon es arrollador y el ya mencionado Accomplish Jazz no se queda atras... ¿qué está pasando con estos tipos y, por extensión, con el sello Hot Cup Records? Pues que son muy buenos, que tienen grandes ideas y que juntos muestran una química difícil de encontrar por ahí.
Pretend It's the End Of the World tiene todo eso, y más. A partir de la adaptación de algunos temas clasicos del country, Murray, Lundbom, Danny Fischer y los impresionantes Moppa Elliott y Jon Irabagon construyen algunos temas que son jazz, son free, son rock y lo que haga falta, sin renunciar a sus raices country & western.
No se puede describir, hay que escucharlo.
Nota 1: Escribo esto desde Londres, con un ordenador britanico en el que soy incapaz de encontrar las tíldes. En unos días, a mi vuelta, corregiré todas las erratas de este tipo.
Nota 2: Solucionado el asunto de la nota 1.
martes, 28 de diciembre de 2010
Wynton Marsalis - Music For & Inspired By Peter Brotzmann (2010)
Wynton Marsalis sorprendió hace unas semanas a propios y extraños con algunas declaraciones en las que manifestaba una gran filia por el free jazz europeo, a raíz de haberlo estudiado en profundidad. Y es que Marsalis, en su afán investigador, ha pasado algunos periodos de 2010 en Europa, estudiando y tocando esa música con nombres como Evan Parker, Alexander Von Schlippenbach, Han Bennink o Peter Brötzmann.
Es con Brötzmann, precisamente, con quien más tiempo ha compartido, llegando a tocar en varias fechas con el Chicago Tentet del alemán, sustituyendo a Joe McPhee o a Jeb Bishop, según la ocasión. En un concierto en Oslo, el trompetista llegó a decir, medio en broma, medio en serio, que las grandes obras que había creado Brötzmann en Chicago no quedaban lejos de las de Louis Armstrong en la misma ciudad durante los años 30.
Lamentablemente, no hay grabaciones de esos conciertos, pero Marsalis aprovechó algunas de sus estancias en el viejo continente para registrar algunas composiciones e improvisaciones junto a músicos como Barry Guy, Paul Lovens, Sten Sandell, Evan Parker, Sven-Åke Johansson, Joëlle Léandre, Paul Dunmall o Raymond Strid.
Son especialmente curiosas dos colaboraciones: The Thing+Wynton Marsalis y el dúo del trompetista con el gran Paal Nilssen-Love. Aunque Brötzmann es la inspiración del disco, no toca en ninguna pieza; sin embargo, en la carpetilla se deja caer la posibilidad de un futuro álbum coliderado por ambos músicos.
Más allá de la curiosidad del proyecto, hay que dejar claro que todo parece un enorme favor concedido por los músicos europeos al famoso trompetista. En su delirio, Marsalis asume que controla la situación cuando, a lo largo de todo el CD, queda bien claro que no sabe por donde le da el aire. Hay momentos (como el dúo con Evan Parker o el trío con Barry Guy y Paul Lovens) en los que Marsalis roza muy de cerca lo verdaderamente patético.
Nadie duda que es un gran trompetista y que ha grabado grandes discos pero, si no se sabe hacer algo, no se sabe, por muchas ganas que uno le ponga.
Por lo menos, Marsalis escribe en las liner notes una especie de disculpa por su episodio con el ignorante de Sigüenza, comentando que ha tenido oportunidad de conocer la música de Larry Ochs y que le tiene fascinado.
También dice que lo que más lamenta es no haber podido grabar a dúo con el que nombra como uno de sus músicos preferidos: el desaparecido trombonista Paul Rutherford. Pobrecito.
Es con Brötzmann, precisamente, con quien más tiempo ha compartido, llegando a tocar en varias fechas con el Chicago Tentet del alemán, sustituyendo a Joe McPhee o a Jeb Bishop, según la ocasión. En un concierto en Oslo, el trompetista llegó a decir, medio en broma, medio en serio, que las grandes obras que había creado Brötzmann en Chicago no quedaban lejos de las de Louis Armstrong en la misma ciudad durante los años 30.
Lamentablemente, no hay grabaciones de esos conciertos, pero Marsalis aprovechó algunas de sus estancias en el viejo continente para registrar algunas composiciones e improvisaciones junto a músicos como Barry Guy, Paul Lovens, Sten Sandell, Evan Parker, Sven-Åke Johansson, Joëlle Léandre, Paul Dunmall o Raymond Strid.
Son especialmente curiosas dos colaboraciones: The Thing+Wynton Marsalis y el dúo del trompetista con el gran Paal Nilssen-Love. Aunque Brötzmann es la inspiración del disco, no toca en ninguna pieza; sin embargo, en la carpetilla se deja caer la posibilidad de un futuro álbum coliderado por ambos músicos.
Más allá de la curiosidad del proyecto, hay que dejar claro que todo parece un enorme favor concedido por los músicos europeos al famoso trompetista. En su delirio, Marsalis asume que controla la situación cuando, a lo largo de todo el CD, queda bien claro que no sabe por donde le da el aire. Hay momentos (como el dúo con Evan Parker o el trío con Barry Guy y Paul Lovens) en los que Marsalis roza muy de cerca lo verdaderamente patético.
Nadie duda que es un gran trompetista y que ha grabado grandes discos pero, si no se sabe hacer algo, no se sabe, por muchas ganas que uno le ponga.
Por lo menos, Marsalis escribe en las liner notes una especie de disculpa por su episodio con el ignorante de Sigüenza, comentando que ha tenido oportunidad de conocer la música de Larry Ochs y que le tiene fascinado.
También dice que lo que más lamenta es no haber podido grabar a dúo con el que nombra como uno de sus músicos preferidos: el desaparecido trombonista Paul Rutherford. Pobrecito.
Etiquetas:
Barry Guy,
Evan Parker,
Han Bennink,
jazz,
Larry Ochs,
Mats Gustafsson,
Paal Nilssen-Love,
Peter Brötzmann,
The Thing,
Wynton Marsalis
lunes, 27 de diciembre de 2010
Ken Thomson and Slow/Fast - It Would Be Easier If (2010)
Ken Thomson es un saxofonista y clarinetista, habitual del underground neoyorquino, que se acaba de sacar de la manga un fabuloso debut como líder. Se llama It Would Be Easier If y es difícil encontrarle fallos.
Con un grupo redondo en el que destaca Russ Johnson (a quien no recuerdo haber escuchado tan bien como aquí), Thomson firma un puñado de originales que te agarran desde el principio hasta el final del disco.
Tanto el enfoque, como el sonido del grupo o el carácter de los solistas son muy frescos, aunque en realidad no toquen nada fuera de lo común. La cosa es que funciona y que suena realmente atractivo.
Jazz relativamente libre con aderezos de rock y el toque alternativo justo para no ser snob ni superficial. Música de nuestro tiempo que sitúa a It Would Be Easier If entre lo mejor que se ha editado en 2010.
Con un grupo redondo en el que destaca Russ Johnson (a quien no recuerdo haber escuchado tan bien como aquí), Thomson firma un puñado de originales que te agarran desde el principio hasta el final del disco.
Tanto el enfoque, como el sonido del grupo o el carácter de los solistas son muy frescos, aunque en realidad no toquen nada fuera de lo común. La cosa es que funciona y que suena realmente atractivo.
Jazz relativamente libre con aderezos de rock y el toque alternativo justo para no ser snob ni superficial. Música de nuestro tiempo que sitúa a It Would Be Easier If entre lo mejor que se ha editado en 2010.
sábado, 25 de diciembre de 2010
jueves, 23 de diciembre de 2010
Massimo Urbani - Out Of Nowhere (1990)
Qué talento tenía este tío, madre mía. Cuando le descubrí, hace años, me hice con todos los discos de Massimo Urbani que pude y los escuché obsesivamente. Hace tiempo que no volvía a su música y, reescuchando Out Of Nowhere, me doy cuenta de que debo hacerlo con más asiduidad.
Este es un disco que, partiendo de una "blowin' session" normal y corriente, se viene arriba gracias al asombroso saxofonista. Unos pocos standards y un grupo de músicos italianos muy competentes, aunque desconocidos, no bastan.
Urbani tenía algo especial: ese fraseo, ese sonido... Qué gran pérdida.
Sé que mi amigo Naiel Ibarrola tiene debilidad por los músicos italianos así que... This one's for you!
Este es un disco que, partiendo de una "blowin' session" normal y corriente, se viene arriba gracias al asombroso saxofonista. Unos pocos standards y un grupo de músicos italianos muy competentes, aunque desconocidos, no bastan.
Urbani tenía algo especial: ese fraseo, ese sonido... Qué gran pérdida.
Sé que mi amigo Naiel Ibarrola tiene debilidad por los músicos italianos así que... This one's for you!
miércoles, 22 de diciembre de 2010
Más cambios en Imaxina Sons + la opinión de Lucía Martínez
Hace un par de días me llegó un email de Quinito López Mourelle en el que comunicaba que ya no formaba parte del equipo del festival Imaxina Sons. Esta noticia tiene toda la pinta de estar relacionada con el inexplicable cese de Baldo Martínez como director artístico del festival, de la que ya hablé aquí hace 20 días.
Quinito es un buen amigo y un gran escritor, y su labor en el departamento de prensa del Imaxina Sons siempre ha sido estupenda. Las crónicas de los conciertos que se publicaban en la web del festival dan buena muestra de ello. Es un tipo que sabe lo que dice y que, además, sabe ponerlo en negro sobre blanco, y de eso no pueden presumir muchos festivales en nuestro país.
La designación de Nani García como sustituto de Martínez abre una nueva etapa en la historia de Imaxina Sons, aunque todavía no sabemos qué nos deparará.
De todas formas, quiero aprovechar para publicar un texto aparecido hace unos días en la web de Cuadernos de Jazz en el que Lucía Martínez comenta la destitución de Baldo Martínez (no hay parentesco, por cierto).
Lucía Martínez es una batería y percusionista de enorme talento y su carrera es una de las más prometedoras de nuestra escena. Además es natural de Vigo y conoce el festival perfectamente, con lo que su opinión es de primera categoría. Aquí os la dejo.
¿Por qué cambiar lo que funciona, y bien además?
Por Lucía Martínez
Cuando recibo la “famosa notificación” del cese del director artístico del Imaxina Sons, no puedo hacer otra cosa que echarme las manos a la cabeza y preguntarme ¿por qué? Es una pregunta que no sé realmente quién me podría responder porque la razón que observo en esa notificación, la verdad, no me convence.
“Nos vemos obligados a aportarle aires nuevos a todas las programaciones que se repiten año a año para no caer en la rutina y volver a sorprender a los públicos que año a año apoyan el festival y a los nuevos públicos que queremos que se acerquen al jazz en nuestra ciudad”. Si existe algo poco rutinario en cuanto a actividad cultural se refiere es este festival que, después de seis años, si por algo llegó a ser conocido, respetado y admirado, fue por esa “falta de rutina”, no sólo en propuestas musicales sino en nombres. De hecho, una de las grandes preocupaciones de Baldo Martínez, como programador, era no repetir nombres de ediciones pasadas y muchos de nosotros, como músicos de jazz, no entramos en la programación por ese motivo, ya fuese con nuestros propios proyectos o con aquellos en los que participábamos. Así que ese afán de aportar aires nuevos que pretende la persona responsable de este festival (que no sé quién es), no se consigue dejando de lado -eso sí, muy educadamente-, a una persona que ha demostrado que puede hacer las cosas bien.
En cuanto a la “sorpresa”, no cabe en mi cabeza y tengo la certeza de que en la de otros muchos tampoco; la línea y la actividad que llevaba este festival nunca jamás en seis años nos dejó de sorprender ¿por qué iba a hacerlo ahora? Es muy temerario suponer hechos que en realidad no existen por el mero hecho de que pudiesen existir. No hay empresario más exitoso que el que delega, el que ofrece responsabilidades a los demás y comparte sus éxitos y fracasos. A la vista del público o de los músicos, este festival ha ido creciendo desde una pequeña isla hasta convertirse en las orillas de la ría, y me atrevo a decir que una de las razones ha sido la labor de Baldo Martínez: evidentemente, todo el equipo que trabaja en el festival tiene su parte en este triunfo pero Baldo es la persona que se arriesgó a proponer determinados proyectos que en cualquier otra circunstancia no habrían llegado a nuestro festival.
Y hablo de “nuestro” festival porque de una manera muy especial se hizo parte de la actividad de nuestra ciudad, y como viguesa, me honra poder decir fuera de mi ciudad qué tipo de festival tenemos. A nivel personal, este festival y su director artístico me han brindado la posibilidad de conocer tendencias y maneras de hacer música que nunca hubiese podido imaginar y me ha dado razones para hacerme salir de Galicia, para ver, escuchar y conocer. Eso sí, siempre vuelvo al Festival, como el que vuelve por Navidad.
Algo que también me duele mucho de todo esto es que no se haya brindado a Baldo Martínez la posibilidad de despedirse. No sé si desde dentro de la organización se puede ver pero la mayoría de músicos europeos que quieren venir al festival es a él a quien llaman, con quien contactan, a quien mandan un CD o le envían un e-mail. Es a Baldo al que todos vamos a comentar si nos gustó o no el concierto. Es a él a quien le van a preguntar los críticos de jazz que visitan el festival: y es Baldo la cara visible ante público, músicos y prensa de este festival. Y no sólo eso sino que lo respetamos y lo queremos porque se hace respetar, porque es serio y porque durante el festival siempre tiene tiempo para todos. Me gustaría que el próximo director artístico fuese a todos y cada uno de los conciertos, que desayunase con la prensa, comiese con programadores de otros festivales y cenase con los músicos, que tuviese tiempo y energía para estar como Baldo Martínez ha estado.
Todavía, y más aún, Baldo Martínez es capaz de enviar un comunicado demostrando su agradecimiento al Ayuntamiento de Vigo por confiar en él y a toda la gente que hace posible este festival: Baldo, eres todo un señor.
Con toda mi mejor intención, lo único que puedo hacer es darle las gracias a Baldo Martínez por estos seis años y desearle una larga y exitosa vida al Imaxina Sons.
Puedes ver la publicación original pinchando aquí o en la imagen.
Quinito es un buen amigo y un gran escritor, y su labor en el departamento de prensa del Imaxina Sons siempre ha sido estupenda. Las crónicas de los conciertos que se publicaban en la web del festival dan buena muestra de ello. Es un tipo que sabe lo que dice y que, además, sabe ponerlo en negro sobre blanco, y de eso no pueden presumir muchos festivales en nuestro país.
La designación de Nani García como sustituto de Martínez abre una nueva etapa en la historia de Imaxina Sons, aunque todavía no sabemos qué nos deparará.
De todas formas, quiero aprovechar para publicar un texto aparecido hace unos días en la web de Cuadernos de Jazz en el que Lucía Martínez comenta la destitución de Baldo Martínez (no hay parentesco, por cierto).
Lucía Martínez es una batería y percusionista de enorme talento y su carrera es una de las más prometedoras de nuestra escena. Además es natural de Vigo y conoce el festival perfectamente, con lo que su opinión es de primera categoría. Aquí os la dejo.
¿Por qué cambiar lo que funciona, y bien además?
Por Lucía Martínez
Cuando recibo la “famosa notificación” del cese del director artístico del Imaxina Sons, no puedo hacer otra cosa que echarme las manos a la cabeza y preguntarme ¿por qué? Es una pregunta que no sé realmente quién me podría responder porque la razón que observo en esa notificación, la verdad, no me convence.
“Nos vemos obligados a aportarle aires nuevos a todas las programaciones que se repiten año a año para no caer en la rutina y volver a sorprender a los públicos que año a año apoyan el festival y a los nuevos públicos que queremos que se acerquen al jazz en nuestra ciudad”. Si existe algo poco rutinario en cuanto a actividad cultural se refiere es este festival que, después de seis años, si por algo llegó a ser conocido, respetado y admirado, fue por esa “falta de rutina”, no sólo en propuestas musicales sino en nombres. De hecho, una de las grandes preocupaciones de Baldo Martínez, como programador, era no repetir nombres de ediciones pasadas y muchos de nosotros, como músicos de jazz, no entramos en la programación por ese motivo, ya fuese con nuestros propios proyectos o con aquellos en los que participábamos. Así que ese afán de aportar aires nuevos que pretende la persona responsable de este festival (que no sé quién es), no se consigue dejando de lado -eso sí, muy educadamente-, a una persona que ha demostrado que puede hacer las cosas bien.
En cuanto a la “sorpresa”, no cabe en mi cabeza y tengo la certeza de que en la de otros muchos tampoco; la línea y la actividad que llevaba este festival nunca jamás en seis años nos dejó de sorprender ¿por qué iba a hacerlo ahora? Es muy temerario suponer hechos que en realidad no existen por el mero hecho de que pudiesen existir. No hay empresario más exitoso que el que delega, el que ofrece responsabilidades a los demás y comparte sus éxitos y fracasos. A la vista del público o de los músicos, este festival ha ido creciendo desde una pequeña isla hasta convertirse en las orillas de la ría, y me atrevo a decir que una de las razones ha sido la labor de Baldo Martínez: evidentemente, todo el equipo que trabaja en el festival tiene su parte en este triunfo pero Baldo es la persona que se arriesgó a proponer determinados proyectos que en cualquier otra circunstancia no habrían llegado a nuestro festival.
Y hablo de “nuestro” festival porque de una manera muy especial se hizo parte de la actividad de nuestra ciudad, y como viguesa, me honra poder decir fuera de mi ciudad qué tipo de festival tenemos. A nivel personal, este festival y su director artístico me han brindado la posibilidad de conocer tendencias y maneras de hacer música que nunca hubiese podido imaginar y me ha dado razones para hacerme salir de Galicia, para ver, escuchar y conocer. Eso sí, siempre vuelvo al Festival, como el que vuelve por Navidad.
Algo que también me duele mucho de todo esto es que no se haya brindado a Baldo Martínez la posibilidad de despedirse. No sé si desde dentro de la organización se puede ver pero la mayoría de músicos europeos que quieren venir al festival es a él a quien llaman, con quien contactan, a quien mandan un CD o le envían un e-mail. Es a Baldo al que todos vamos a comentar si nos gustó o no el concierto. Es a él a quien le van a preguntar los críticos de jazz que visitan el festival: y es Baldo la cara visible ante público, músicos y prensa de este festival. Y no sólo eso sino que lo respetamos y lo queremos porque se hace respetar, porque es serio y porque durante el festival siempre tiene tiempo para todos. Me gustaría que el próximo director artístico fuese a todos y cada uno de los conciertos, que desayunase con la prensa, comiese con programadores de otros festivales y cenase con los músicos, que tuviese tiempo y energía para estar como Baldo Martínez ha estado.
Todavía, y más aún, Baldo Martínez es capaz de enviar un comunicado demostrando su agradecimiento al Ayuntamiento de Vigo por confiar en él y a toda la gente que hace posible este festival: Baldo, eres todo un señor.
Con toda mi mejor intención, lo único que puedo hacer es darle las gracias a Baldo Martínez por estos seis años y desearle una larga y exitosa vida al Imaxina Sons.
Puedes ver la publicación original pinchando aquí o en la imagen.
domingo, 19 de diciembre de 2010
Neil Young: el rugido del viejo león (5 de octubre de 2010)
Extraído de mi artículo para Muro de Sonido, blog musical de ELPAIS.com:
"Antes de que Le Noise saliese a la venta, ya se habían publicado algunas críticas poco halagadoras al respecto. Estoy convencido de que Neil Young contaba con ello y de que le importaba bastante poco, pero no hay que subestimar la capacidad de provocar sensaciones –aunque sean negativas– por parte de una novedad discográfica. En estos tiempos de tibieza y flojera musical, en los que lo mimético se disfraza de moderno y lo retrospectivo de novedoso, se agradece un poco de osadía, más aún, viniendo de un clásico como Young."
"El planteamiento inicial de la grabación es sencillo: Neil y su guitarra a pelo, tocando canciones completamente desnudas. Hasta ahí no hay sorpresas; Young ha tocado en infinidad de ocasiones acompañándose exclusivamente de su guitarra acústica. La diferencia es que, en Le Noise, la quebradiza voz del canadiense está envuelta en guitarras eléctricas saturadas hasta la extenuación, con loops obsesivos que aparecen y desaparecen y una sonoridad cavernosa que amplifica la sensación de trascendencia del conjunto."
"Le Noise parte de la esencia del directo para dejarse arropar por decenas de detalles que pueden pasar desapercibidos, pero que están ahí. El tema que abre el disco, “Walk With Me”, es toda una declaración de intenciones y sirve como resumen de lo que contiene el resto del álbum. Desde la contundencia del primer acorde de guitarra, hasta los loops y arrebatos ruidistas que lo cierran, Young y Lanois crean algo máximo con lo mínimo. No hay bajo, no hay batería, solos de guitarra o instrumentos de apoyo; solamente música tocada desde las entrañas, cruda, primaria e intensa."
"En resumen, Le Noise es un disco extremo y lleno de matices, de escucha reposada y asentamiento irresistible; su enfoque no debe ser un obstáculo, sino algo definitivo para amarlo u odiarlo. Es poco probable situarse en un termino medio con Le Noise, como lo es hacerlo con muchas obras maestras, y banalizarlo será, muy probablemente, el recurso de quién no quiera profundizar en él. No hay problema, ellos se lo pierden."
Pinchando AQUÍ o en la imagen puedes leer el artículo completo.
"Antes de que Le Noise saliese a la venta, ya se habían publicado algunas críticas poco halagadoras al respecto. Estoy convencido de que Neil Young contaba con ello y de que le importaba bastante poco, pero no hay que subestimar la capacidad de provocar sensaciones –aunque sean negativas– por parte de una novedad discográfica. En estos tiempos de tibieza y flojera musical, en los que lo mimético se disfraza de moderno y lo retrospectivo de novedoso, se agradece un poco de osadía, más aún, viniendo de un clásico como Young."
"El planteamiento inicial de la grabación es sencillo: Neil y su guitarra a pelo, tocando canciones completamente desnudas. Hasta ahí no hay sorpresas; Young ha tocado en infinidad de ocasiones acompañándose exclusivamente de su guitarra acústica. La diferencia es que, en Le Noise, la quebradiza voz del canadiense está envuelta en guitarras eléctricas saturadas hasta la extenuación, con loops obsesivos que aparecen y desaparecen y una sonoridad cavernosa que amplifica la sensación de trascendencia del conjunto."
***************
"Le Noise parte de la esencia del directo para dejarse arropar por decenas de detalles que pueden pasar desapercibidos, pero que están ahí. El tema que abre el disco, “Walk With Me”, es toda una declaración de intenciones y sirve como resumen de lo que contiene el resto del álbum. Desde la contundencia del primer acorde de guitarra, hasta los loops y arrebatos ruidistas que lo cierran, Young y Lanois crean algo máximo con lo mínimo. No hay bajo, no hay batería, solos de guitarra o instrumentos de apoyo; solamente música tocada desde las entrañas, cruda, primaria e intensa."
***************
"En resumen, Le Noise es un disco extremo y lleno de matices, de escucha reposada y asentamiento irresistible; su enfoque no debe ser un obstáculo, sino algo definitivo para amarlo u odiarlo. Es poco probable situarse en un termino medio con Le Noise, como lo es hacerlo con muchas obras maestras, y banalizarlo será, muy probablemente, el recurso de quién no quiera profundizar en él. No hay problema, ellos se lo pierden."
Pinchando AQUÍ o en la imagen puedes leer el artículo completo.
jueves, 16 de diciembre de 2010
James Moody - Moody's Mood For Love (1956-57)
Hace unos días falleció James Moody, un músico con el que nunca he tenido mucha afinidad, pero al que no se le puede negar un lugar de excepción en la historia del jazz.
Este es mi disco favorito de entre los suyos, más por motivos personales que musicales. En él Moody toca mucho la flauta, algo que hacía particularmente bien, y está acompañado por, entre otros, el gran Johnny Coles. Como curiosidad, Benny Golson toca el piano en "Foolin' The Blues".
En cuanto a Moody, probablemente no soy el apropiado para hablar mucho sobre él, así que me he tomado la libertad de transcribir aquí un precioso texto que David Liebman colgó ayer en su página de Facebook. Sus palabras son inmejorables, así que os dejo con ellas.
Nota: Pinchando en la portada puedes escuchar el disco en Spotify (sólo en algunos países).
Este es mi disco favorito de entre los suyos, más por motivos personales que musicales. En él Moody toca mucho la flauta, algo que hacía particularmente bien, y está acompañado por, entre otros, el gran Johnny Coles. Como curiosidad, Benny Golson toca el piano en "Foolin' The Blues".
En cuanto a Moody, probablemente no soy el apropiado para hablar mucho sobre él, así que me he tomado la libertad de transcribir aquí un precioso texto que David Liebman colgó ayer en su página de Facebook. Sus palabras son inmejorables, así que os dejo con ellas.
=Moody now belongs to the ages=
Moody - what can you say?
First of all, he was a jazz musican of the first order beyond "Moody's Mood," which, of course, was his trademark song. Specifically, it was his flute playing that was unique and truly be-bop, played on a very difficult instrument to exert control.
But Moody had more going than many of his contemporaries because of his naturally ebullient personality, which was key to his communicative success with an audience. Further was James' unquenchable thirst to learn more and be on top of contemporary trends.
I remember one of my early tours with the Elvin Jones Group (1972) as part of a George Wein Newport style armada trudging throughout Europe. Moody was part of the "Young Giants of Jazz" with Sonny Stitt, Roy Haynes and others of his generation. James couldn't get enough of asking my partner, Steve Grossman, and myself about pentatonic and diminished scale licks, "Giant Steps" and other Coltraneisms that we were playing, wirting them down and discussing.
At one point, Illinois Jacquet yelled something in the bus to us all seated together in the back to the effect of why bother with that "bull...." James just laughed and told us to ignore him.
Moody was a true artist, a lover of life and a gentle loving human being. I'll miss him.
Dave Liebman, (15-12-2010)
Nota: Pinchando en la portada puedes escuchar el disco en Spotify (sólo en algunos países).
miércoles, 15 de diciembre de 2010
Jeremy Jay - Splash (2010)
Jeremy Jay tiene todo para no gustarme y, sin embargo, creo que tiene algo. Esa especie de mezcla de lo-fi, new wave y pop británico funciona, probablemente, porque Jay tiene mano para hacer canciones.
Splash no está tan bien como Slow Dance, su anterior disco, pero tiene algunos temas que molan. Tiene gracia que el pop de un norteamericano suene más británico que el de muchos ingleses.
Hay menos sintetizador y más guitarra que en otros discos suyos, aunque todo sigue sonando muy 80s, como le gusta a Jay.
Splash es, en teoría, el primero de dos discos que el cantautor quería sacar en 2010, aunque se le está acabando el año para ello.
El disco es decepcionante, en cierta forma, pero Jeremy Jay sigue siendo un tipo a seguir.
Nota: Pinchando en la portada puedes escuchar el disco en Spotify (sólo en algunos países).
Splash no está tan bien como Slow Dance, su anterior disco, pero tiene algunos temas que molan. Tiene gracia que el pop de un norteamericano suene más británico que el de muchos ingleses.
Hay menos sintetizador y más guitarra que en otros discos suyos, aunque todo sigue sonando muy 80s, como le gusta a Jay.
Splash es, en teoría, el primero de dos discos que el cantautor quería sacar en 2010, aunque se le está acabando el año para ello.
El disco es decepcionante, en cierta forma, pero Jeremy Jay sigue siendo un tipo a seguir.
Nota: Pinchando en la portada puedes escuchar el disco en Spotify (sólo en algunos países).
lunes, 13 de diciembre de 2010
Coleman Hawkins and his All-Stars - Timeless Jazz
Hubo una época, hace unos cuantos años, en la que Coleman Hawkins era mi saxo tenor favorito. Hoy en día sigue siendo uno de mis predilectos pero, en aquel entonces, lo mío era pura devoción.
Compré este disco en aquellos años (calculo que rondaría el año 94-95) y, que yo recuerder, no había vuelto a escucharlo desde entonces. Reeditado varias veces de diferentes formas, la mía era una edición de Fresh Sound de 1991, con las liner notes (aparentemente) originales, aunque sin firmar.
Timeless Jazz fue editado originalmente por el difunto sello Jazztone, y grabado en un gran momento de la carrera de Hawkins. La información sobre la fecha de grabación es confusa pero esta fue, muy probablemente, el 8 de noviembre de 1954.
El bop estaba en pleno apogeo y Hawkins demuestra sin problemas su adaptación al estilo, acompañándose de otros ilustres "todoterreno" como Milt Hinton, Billy Taylor y el gran Jo Jones. El trompetista Emmett Berry y el trombonista Eddie Bert (que aún vive), se unen en algunos temas.
Dadas las condiciones de grabación de sellos como Jazztone en los 50 y las ediciones en CD de primeros de los 90, el sonido es verdaderamente cavernoso. Hay momentos en los que a Jo Jones se le intuye, en el mejor de los casos, y una incómoda reverb envuelve todo el conjunto.
Pero la música es magnifica, como no podía ser de otra forma con estos individuos.
A destacar un precioso y curioso "Ain't Misbehavin'" tocado a tiempo lento. Canelita en rama.
Nota: Pinchando en la portada puedes escuchar una nueva edición de este disco en Spotify.
viernes, 10 de diciembre de 2010
Taylor Ho Bynum: El primero de la clase (Retratos mínimos - CdJ 118, mayo-junio de 2010)
Extraído de mi artículo publicado en el número 118 de Cuadernos de Jazz:
"Últimamente da la sensación de que hay que hacer un gran esfuerzo para encontrar vida inteligente entre los miles de instrumentistas clónicos, neoboppers cansinos, vanguardistas trasnochados (que de vanguardia tienen poco) y “profesionales” del jazz, dos términos que, en cierta forma, deberían ser antagónicos. Afortunadamente, buscando con cuidado entre los protagonistas de este incierto panorama se pueden encontrar algunas cabezas que sobresalen entre la multitud: músicos jóvenes que nos devuelven la fe en el jazz. Taylor Ho Bynum es uno de ellos."
"Si bien lo normal es relacionarle con la vanguardia, en él reside toda la tradición del instrumento y podemos considerarle heredero de King Oliver, Rex Stewart, Bobby Bradford y Butch Morris, así como de otros trompetistas como Wadada Leo Smith, Don Cherry, Bill Dixon, Miles Davis e incluso Cootie Williams. Utiliza regularmente varios tipos de sordina (harmon, cup, plunger), su capacidad técnica es tremenda y su lenguaje, dúctil y original. Con un estilo personal y difícil de clasificar, oscila entre lo postmoderno y lo anacrónico sin perder en ningún momento la coherencia en su discurso."
"En ciertos momentos puede parecer que Bynum tiene vocación de co-líder, puesto que muchas de sus grabaciones son colaboraciones o esfuerzos colectivos, pero ha editado dos títulos con su sexteto que están entre lo más impresionante de su producción. En ambos discos hay piezas tocadas en trío con Halvorson y Fujiwara, un formato con el que Bynum ha girado con asiduidad y en el que es evidente que se siente muy cómodo. Suena más crudo y directo que cuando la composición la protagoniza el grupo completo (con Bauder, Pavone y O’Reilly), sirve como complemento y oxigena otros pasajes, como unas comillas que abren y cierran una frase o expresión para darle más entidad."
"Estas son sólo algunas muestras de la efervescente personalidad de un músico completo, comprometido y pertinaz: instrumentista, compositor, arreglista, líder, sideman, productor… Lo tiene todo pero, sobre todo, un futuro que parece realmente impresionante y que vamos a tener la suerte de disfrutar. Es probable que sea pronto para hablar de Bynum como uno de los grandes, pero más probable aún es que sólo sea cuestión de tiempo."
Puedes leer el artículo completo pinchando AQUÍ o en la imagen.
Fotos: Amy Touchette
"Últimamente da la sensación de que hay que hacer un gran esfuerzo para encontrar vida inteligente entre los miles de instrumentistas clónicos, neoboppers cansinos, vanguardistas trasnochados (que de vanguardia tienen poco) y “profesionales” del jazz, dos términos que, en cierta forma, deberían ser antagónicos. Afortunadamente, buscando con cuidado entre los protagonistas de este incierto panorama se pueden encontrar algunas cabezas que sobresalen entre la multitud: músicos jóvenes que nos devuelven la fe en el jazz. Taylor Ho Bynum es uno de ellos."
***************
"Si bien lo normal es relacionarle con la vanguardia, en él reside toda la tradición del instrumento y podemos considerarle heredero de King Oliver, Rex Stewart, Bobby Bradford y Butch Morris, así como de otros trompetistas como Wadada Leo Smith, Don Cherry, Bill Dixon, Miles Davis e incluso Cootie Williams. Utiliza regularmente varios tipos de sordina (harmon, cup, plunger), su capacidad técnica es tremenda y su lenguaje, dúctil y original. Con un estilo personal y difícil de clasificar, oscila entre lo postmoderno y lo anacrónico sin perder en ningún momento la coherencia en su discurso."
"En ciertos momentos puede parecer que Bynum tiene vocación de co-líder, puesto que muchas de sus grabaciones son colaboraciones o esfuerzos colectivos, pero ha editado dos títulos con su sexteto que están entre lo más impresionante de su producción. En ambos discos hay piezas tocadas en trío con Halvorson y Fujiwara, un formato con el que Bynum ha girado con asiduidad y en el que es evidente que se siente muy cómodo. Suena más crudo y directo que cuando la composición la protagoniza el grupo completo (con Bauder, Pavone y O’Reilly), sirve como complemento y oxigena otros pasajes, como unas comillas que abren y cierran una frase o expresión para darle más entidad."
***************
"Estas son sólo algunas muestras de la efervescente personalidad de un músico completo, comprometido y pertinaz: instrumentista, compositor, arreglista, líder, sideman, productor… Lo tiene todo pero, sobre todo, un futuro que parece realmente impresionante y que vamos a tener la suerte de disfrutar. Es probable que sea pronto para hablar de Bynum como uno de los grandes, pero más probable aún es que sólo sea cuestión de tiempo."
Puedes leer el artículo completo pinchando AQUÍ o en la imagen.
Fotos: Amy Touchette
martes, 7 de diciembre de 2010
La mirada gris (4 de octubre de 2010)
Extraído de mi columna de opinión para Cuadernos de Jazz:
"Hace no demasiado, un compañero y amigo me dijo que no era positivo demostrar en público demasiada pasión por algo, en este caso, la música. Me sorprendió muchísimo esa afirmación y algunas otras muestras de sorpresa que he percibido ante la naturalidad de demostrar efusivamente mi amor por el jazz. Lejos de sentirme fuera de lugar, tengo la sensación de que mi pasión no sólo es valiosa, sino que las críticas y la condescendencia ante ese tipo de muestras no son más que el reflejo gris de algo que, en el fondo, se envidia o se echa de menos."
"Si ustedes se mueven con aficionados o profesionales del jazz de cierta edad, tarde o temprano presenciarán ese tipo de actitud condescendiente. Un supuesto estatus adquirido con el paso de los años, y un falso estar de vuelta de todo porque “yo ya estuve, he vuelto y nada me sorprende, ya que lo he visto todo”. En esto del jazz, al ser una escena presuntamente intelectual, esta tendencia es aún más acusada, y no les digo nada si hablamos de la crítica. Es como si mostrar efusividad fuese un signo de debilidad profesional, algo que quita credenciales de experto sustituyéndolas por las de fan. Qué palabra más vilipendiada ¿verdad?"
***************
"Está claro que relacionarse de forma doméstica con una pasión ofrece una libertad de lo más higiénica. Cuando uno necesita la música, la tiene, y cuando no, la quita de la agenda. Cuando esa relación trasciende lo lúdico es cuando florece el peligro de verse atrapado y, en consecuencia, la tendencia a crear mecanismos de defensa pueriles que otorguen la ilusión de que uno controla la situación, y no al revés. Lo mejor para no seguir aprendiendo es creer que uno ya no tiene nada que aprender, sea porque no lo hay, a la manera de Gorgias, o porque no parece trascendente."
Puedes leer la columna completa pinchando AQUÍ.
Imagen: portada de la edición de papel del número 119-120 de Cuadernos de Jazz (julio-octubre 2010)
domingo, 5 de diciembre de 2010
Guimarâes Jazz 2010
Voy a estar unos días de viaje, así que he decidido dejar algunos enlaces programados, empezando por mi reseña del festival de Guimarâes, al que tuve el placer de asistir el pasado mes de noviembre.
Pongo aquí unos extractos del texto, cuya versión original puedes leer pinchando AQUÍ o en la imagen.
"Muy cerca de cumplir su veinte aniversario, el Festival de Jazz de Guimarâes sigue manteniendo una programación ecléctica que, ni pierde de vista el jazz, ni da de lado al público. Portugal parece tolerar con toda naturalidad la oferta jazzística, y el auditorio del Centro Cultural Vila Flor se llena sin problema con muchos de los conciertos del festival. ¿El secreto? Calidad y variedad; dos ingredientes que nunca fallan."
"En honor a la verdad hay que decir que, si bien el grupo de Garrett ha cambiado, el saxofonista sigue siendo el mismo. Con su discurso intacto, las líneas de Garrett serpentearon sobre los ritmos sincopados y obsesivos de su banda, como en sus inicios junto a Miles Davis. El líder protagonizó, al menos, el ochenta por ciento de los pasajes solistas, con largas intervenciones en las que pudimos escuchar, una vez más, su personal sonido, su hábil forma de dominar el tiempo y su capacidad para alcanzar el clímax instrumental frase a frase."
"Desde el primer momento hasta el último, Liebman, Lovano y Coltrane sobrevolaron la base marcada por el trío. La música se mantuvo repleta de ensembles, con los tres saxofonistas improvisando al mismo tiempo. Sus turnos solistas, por llamarlos de alguna manera, emergían y desaparecían de manera tan organizada como aparentemente anárquica, al servicio exclusivo de lo que ocurría en cada momento. Es inútil e innecesario destacar a uno u otro, puesto que la concepción misma de Saxophone Summit se resiste a protagonismos."
"Desde de hace unos años, en colaboración con el sello Tone of a Pitch, el festival desarrolla el Proyecto TOAP, unión de músicos internacionales y portugueses para una actuación en directo que es grabada y posteriormente editada. En esencia es parecido al Konexioa que plantea el festival de Vitoria-Gasteiz desde hace algunas ediciones, solo que bien hecho: varios días de ensayo, músicos afines, composiciones originales, etc. Un trabajo interesantísimo que suele dar buenos resultados."
Repito: puedes leer la crónica completa pinchando AQUÍ.
Pongo aquí unos extractos del texto, cuya versión original puedes leer pinchando AQUÍ o en la imagen.
"Muy cerca de cumplir su veinte aniversario, el Festival de Jazz de Guimarâes sigue manteniendo una programación ecléctica que, ni pierde de vista el jazz, ni da de lado al público. Portugal parece tolerar con toda naturalidad la oferta jazzística, y el auditorio del Centro Cultural Vila Flor se llena sin problema con muchos de los conciertos del festival. ¿El secreto? Calidad y variedad; dos ingredientes que nunca fallan."
***************
"En honor a la verdad hay que decir que, si bien el grupo de Garrett ha cambiado, el saxofonista sigue siendo el mismo. Con su discurso intacto, las líneas de Garrett serpentearon sobre los ritmos sincopados y obsesivos de su banda, como en sus inicios junto a Miles Davis. El líder protagonizó, al menos, el ochenta por ciento de los pasajes solistas, con largas intervenciones en las que pudimos escuchar, una vez más, su personal sonido, su hábil forma de dominar el tiempo y su capacidad para alcanzar el clímax instrumental frase a frase."
"Desde el primer momento hasta el último, Liebman, Lovano y Coltrane sobrevolaron la base marcada por el trío. La música se mantuvo repleta de ensembles, con los tres saxofonistas improvisando al mismo tiempo. Sus turnos solistas, por llamarlos de alguna manera, emergían y desaparecían de manera tan organizada como aparentemente anárquica, al servicio exclusivo de lo que ocurría en cada momento. Es inútil e innecesario destacar a uno u otro, puesto que la concepción misma de Saxophone Summit se resiste a protagonismos."
***************
"Desde de hace unos años, en colaboración con el sello Tone of a Pitch, el festival desarrolla el Proyecto TOAP, unión de músicos internacionales y portugueses para una actuación en directo que es grabada y posteriormente editada. En esencia es parecido al Konexioa que plantea el festival de Vitoria-Gasteiz desde hace algunas ediciones, solo que bien hecho: varios días de ensayo, músicos afines, composiciones originales, etc. Un trabajo interesantísimo que suele dar buenos resultados."
Repito: puedes leer la crónica completa pinchando AQUÍ.
Etiquetas:
Billy Hart,
Cecil McBee,
conciertos,
Cuadernos de Jazz,
David Liebman,
Festival de jazz de Guimaraes,
jazz,
Joe Lovano,
Julian Argüelles,
Kenny Garrett,
Ravi Coltrane,
reseñas
viernes, 3 de diciembre de 2010
Otra mala noticia: cese de Baldo Martínez como director artístico de Imaxina Sons
Lo he dicho muchas veces, en público y en privado, por escrito y de viva voz: Imaxina Sons es el festival de jazz más interesante de España. O era, aún no lo sé.
La cosa no pinta bien, porque ayer recibí un correo de Baldo Martínez en el que explicaba que había sido cesado como director artístico del festival, junto con los motivos que le habían transmitido.
Para mi, que he tenido el placer de visitar en más de una ocasión el festival, la noticia no tiene nada de buena. Soy de los que creen que si algo no está roto, no debe ser arreglado, y más aún si funciona mejor que bien.
La labor de Martínez al frente de Imaxina Sons ha sido impecable, marcando la diferencia con respecto al resto de festivales del país y diseñando siempre un programa que combinaba todo lo bueno que puede tener un evento jazzístico. Un lujo para cualquier aficionado.
Transcribo a continuación el mencionado e-mail en el que Martínez comunica la noticia:
No sé lo que estará por venir pero, ahora mismo, esto me parece una tragedia. ¿Conocéis el dicho "más vale malo conocido que bueno por conocer"? Pues pensad que en este caso hablamos de bueno conocido.
Eso sí, si yo fuese director de cualquier festival o gestor cultural de cualquier municipio, me daría prisa en fichar a un tipo como Baldo. Porque, si hubiese más como él, en este país la música en directo sería muy diferente.
Mejor, quiero decir.
La cosa no pinta bien, porque ayer recibí un correo de Baldo Martínez en el que explicaba que había sido cesado como director artístico del festival, junto con los motivos que le habían transmitido.
Para mi, que he tenido el placer de visitar en más de una ocasión el festival, la noticia no tiene nada de buena. Soy de los que creen que si algo no está roto, no debe ser arreglado, y más aún si funciona mejor que bien.
La labor de Martínez al frente de Imaxina Sons ha sido impecable, marcando la diferencia con respecto al resto de festivales del país y diseñando siempre un programa que combinaba todo lo bueno que puede tener un evento jazzístico. Un lujo para cualquier aficionado.
Transcribo a continuación el mencionado e-mail en el que Martínez comunica la noticia:
Cese del director artístico de Imaxina Sons
Con el presente escrito os comunico que acabo de ser cesado como director artístico del festival Imaxina Sons de Vigo, decisión que se me ha comunicado oficialmente por carta, después de adelantármelo vía telefónica hace unos días. Las razones que desde la Concejalía de Cultura y Animación Sociocultural se dan para este cese son:
“Nos vemos obligados a aportarle aires nuevos a todas las programaciones que se repiten año a año para no caer en la rutina y volver a sorprender a los públicos que año a año apoyan el festival y a los nuevos públicos que queremos que se acerquen al jazz en nuestra ciudad.
(…)agradeciéndote una vez mas tu labor, te comunico que para la próxima edición de Imaxina Sons 2011 haremos una renovación de la dirección artística, siempre siguiendo el espíritu y trayectoria de Imaxina Sons”
Quiero, en primer lugar, agradecer al Ayuntamiento de Vigo la confianza depositada en mí durante estos 6 años y la valoración positiva que han hecho de mi trabajo en este tiempo, aún cuando no comparto en absoluto esta decisión de cese, ni entiendo las razones esgrimidas, y así se lo he transmitido a ellos.
Me gustaría muy especialmente haceros llegar mi agradecimiento de corazón a todos los que durante este tiempo habéis creído en el proyecto de Imaxina Sons y lo habéis apoyado. Para los que, como público, habéis demostrado vuestro interés con cada edición e incrementando la asistencia a los conciertos, espero que este festival os haya servido y sirva para descubrir otras músicas y que el Jazz es muchísimo más de lo que normalmente ponen a nuestro alcance.
Confío en que este espíritu perdure en Imaxina Sons por muchos años………..toda la vida.
Abrazos
Baldo Martínez
No sé lo que estará por venir pero, ahora mismo, esto me parece una tragedia. ¿Conocéis el dicho "más vale malo conocido que bueno por conocer"? Pues pensad que en este caso hablamos de bueno conocido.
Eso sí, si yo fuese director de cualquier festival o gestor cultural de cualquier municipio, me daría prisa en fichar a un tipo como Baldo. Porque, si hubiese más como él, en este país la música en directo sería muy diferente.
Mejor, quiero decir.
jueves, 2 de diciembre de 2010
Michel Portal - Turbulence (1986)
Extraído de mi reseña para Cuadernos de Jazz:
"Aunque es un disco irregular, su recuperación llena un hueco en la discografía de Portal, conformando un buen retrato de la música que hizo en ese momento. Esa música (y este disco) está marcada por la época en la que se grabó, con Cinelu, Lubat y los tratamientos sonoros de Jean Schwarz como elementos cruciales para definir un sonido que entonces era moderno y hoy se ha quedado algo trasnochado."
Puedes leer la reseña completa pinchando AQUÍ.
"Aunque es un disco irregular, su recuperación llena un hueco en la discografía de Portal, conformando un buen retrato de la música que hizo en ese momento. Esa música (y este disco) está marcada por la época en la que se grabó, con Cinelu, Lubat y los tratamientos sonoros de Jean Schwarz como elementos cruciales para definir un sonido que entonces era moderno y hoy se ha quedado algo trasnochado."
Puedes leer la reseña completa pinchando AQUÍ.
Etiquetas:
Andre Ceccarelli,
Bernard Lubat,
Claude Barthelemy,
Cuadernos de Jazz,
jazz,
Michel Portal,
Mino Cinelu,
reseñas,
Richard Galliano
Suscribirse a:
Entradas (Atom)