Recuerdo la primera vez que escuché a Ben Webster. Quizá no fuese la primera, pero en mi memoria así permanece. Era en el disco Music For Loving, el primer tema, "Chelsea Bridge". Su sonido profundo y su forma de enfocar la melodía me produjeron una sensación inolvidable.
Webster es uno de los más grandes y está en el olimpo de los tenores clásicos por detrás de Coleman Hawkins y Lester Young. De entre sus discos, muchos de ellos imprescindibles, Soulville destaca como uno de los más característicos e importantes.
La típica rítmica de la época en Verve, con Oscar Peterson, Herb Ellis, Ray Brown y el infravalorado Stan Levey, y un repertorio que quita el hipo desde las primeras notas del blues que abre el disco. "Lover Come Back To Me", "Where Are You" o "Ill Wind" son algunas de las gemas de una grabación insuperable que nadie debería dejar de escuchar. Quizá así el mundo sería un poco mejor.
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