Ultimamente no deja de haber conciertos interesantes en bilbao, lo cual resulta agotador. La semana pasada me planté, sin comerlo ni beberlo, en cuatro bolos a repartir: el miercoles Scott Hamilton en Bilbaína Jazz Club, el jueves Jonathan Kreisberg en el mismo sitio, el viernes los fantásticos Howlin' Rain en el Balcón y el sábado Andrzej Olejniczak Quartet en el Sheraton.
La vida así, yendo a un concierto cada noche, no deja de tener su punto emocionante, pero acaba uno hasta el gorro. Por otro lado, hay citas mas ineludibles que otras e incluso, a veces, se solapan varias ofertas.
El pasado 6 de noviembre asistí a un par de conciertos de índole muy diferente, con resultados, también, muy dispares. Por un lado, Patricia Barber ofreció una actuación lamentable y vergonzosa dentro del festival 365 Jazz Bilbao; por otro, poco despues de esa desagradable experiencia, pude ver a la Brigada Bravo&Díaz (de quienes recientemente hablé en este blog) en un glorioso recital en Residence Café.
Acaban de publicarse en Tomajazz mis reseñas de uno y otro concierto, y aquí dejo los enlaces de cada una de ellas.
Aquí, la reseña del concierto de Patricia Barber.
Aquí, la reseña del concierto de la Brigada Bravo&Díaz.
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