David Liebman (st); Ellery Eskelin (st); Tony Marino (b); Jim Black (bat)
Nueva York, 27 de junio de 2007
hatOLOGY 654
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El título del anterior CD de esta misma formación, Different But The Same, resultaba de lo más ilustrativo a la hora de definir el proyecto. Esta nueva reunión de David Liebman y Ellery Eskelin sigue incidiendo en buscar los puntos comunes de sus respectivos discursos, haciendo un alarde de comunicación y democracia en numerosos aspectos. Por un lado, el equipo de apoyo, construido por un habitual de cada uno de los saxofonistas, Tony Marino por cuenta de Liebman, y Jim Black por Eskelin. Por otro, la autoría de los temas, en la que en este caso también participan bajista y batería, haciendo al proyecto aún más colectivo y abierto. Pero si en algo hay complicidad y consenso es en la música interpretada.
Renewal es una grabación marcada por la interacción, apoyada constantemente en el carácter improvisador de todos los miembros del cuarteto y sustentada por la ebullición de recursos manifestados en cada tema. Uno no puede dejar de preguntarse hasta qué punto Liebman, Eskelin, y sobre todo el impresionante Jim Black, tocan esta música como quien da un paseo por el parque, porque el resultado, con cierto aire de jam session relajada, es de una naturalidad casi irritante.
A pesar de seguir caminos bien diferentes en sus respectivas carreras, la buena sintonía de Liebman y Eskelin no tiene nada de descabellada; al fin y al cabo, referentes siempre presentes como son Coltrane y Shepp respectivamente, también eran complementarios (obviando las diferencias en cuanto a trascendencia y calidad entre ellos). Si a eso añadimos la palpitante y contundente rítmica de Marino y Black, nos encontramos con un disco repleto de tensión que, sin embargo, no contiene una sola nota forzada.
Puede que falte un punto de frescura, o simplemente que con un precedente como Different But The Same resulte imposible sorprender al oyente de la misma manera. Pero en cuanto a llevarse un saxo a la boca, comenzar a tocar y producir algo de semejante categoría, pocos pueden competir con Liebman y Eskelin.
Y si además van juntos, ya ni les cuento.
Yahvé M. de la Cavada
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