Extraído de mi reseña para Cuadernos de Jazz:
"Que Adam Rogers es uno de los mejores guitarristas de jazz en activo y uno de los pocos que tiene algo interesante que decir de entre los aparecidos en los últimos años es algo bien claro. Pocas veces decepciona y siempre muestra un equilibrio magnífico entre técnica e inspiración, sabiendo poner sus armas al servicio de la batalla. Sin embargo, escucho Sight y me pasa como con su anterior disco en trío, Time and The Infinite: me gusta, pero me cansa."
Puedes leer la reseña completa pinchando AQUÍ.
viernes, 30 de abril de 2010
miércoles, 28 de abril de 2010
Bunky Green - Places We've Never Been (1979)
Están los padres musicales de casi todos, muy conocidos, y están los padres de algunos -unos cuantos en realidad- de quien no se acuerda nadie.
Bunky Green es uno de los grandes saxofonistas altos de los últimos 40 años, algo que ha demostrado en sus (pocas) grabaciones y en algunas colaboraciones gloriosas con Elvin Jones, por ejemplo.
Otro día hablaré de Time Capsule o de Summit Meeting (ambos editados por Vanguard, igual que este Places We've Never Been), pero hoy toca hacerlo de esta gloriosa sesión que se convirtió en el tercer, mejor y último disco grabado por Green para el sello neoyorquino.
Randy Brecker me gusta en este disco más de lo habitual, al igual que Albert Dailey. Eddie Gomez y Freddie Waits me gustan como siempre, es decir, mucho.
El disco no está reeditado, pero Vanguard lo ofrece en descarga. Algo es algo.
Bunky Green es uno de los grandes saxofonistas altos de los últimos 40 años, algo que ha demostrado en sus (pocas) grabaciones y en algunas colaboraciones gloriosas con Elvin Jones, por ejemplo.
Otro día hablaré de Time Capsule o de Summit Meeting (ambos editados por Vanguard, igual que este Places We've Never Been), pero hoy toca hacerlo de esta gloriosa sesión que se convirtió en el tercer, mejor y último disco grabado por Green para el sello neoyorquino.
Randy Brecker me gusta en este disco más de lo habitual, al igual que Albert Dailey. Eddie Gomez y Freddie Waits me gustan como siempre, es decir, mucho.
El disco no está reeditado, pero Vanguard lo ofrece en descarga. Algo es algo.
lunes, 26 de abril de 2010
Bojan Z - Xenophonia (2004-05)
El pasado sábado asistí al concierto de Bojan Z y su Tetraband en Getxo, sobre el que escribiré próximamente.
La cuestión es que dicho concierto me recordó la reseña que escribí en 2006 sobre este disco, un texto al que le tengo mucho cariño y que fue publicado por Tomajazz en diciembre de aquel año.
Aquí dejo el texto original:
"A pesar de la aparente fertilidad musical de estos últimos tiempos, siempre es una buena noticia la aparición de la nueva obra de un tipo al que podríamos definir como artista inquieto y músico excepcional.
Bojan Z ha intentado tocar varios palos como compositor e instrumentista en su relativamente corta carrera como líder. Desde aquel lejano y primerizo Bojan Z Quartet, pasando por los escarceos étnicos en Koreni, el riesgo del piano solo en Solobsession y el inevitable trío en Transpacifik, nuestro hombre ha dado un giro común en los tiempos que corren y ha decidido incorporar la electricidad a su trío.
Ya en Transpacifik había tonteado levemente con el Fender Rhodes, pero en Xenophonia el Rhodes y el denominado “Xenophono” (aparentemente un teclado eléctrico con algunos efectos de saturación y modulación) están presentes continuamente en el disco. Más que apoyarse en la diferencia acústica de estos añadidos, la música de Zulfikarpasic queda marcada por la concepción rítmica y armónica de los temas, que es donde está la verdadera evolución.
Con bases en ocasiones extremadamente sencillas, sobre las que Ari Hoenig y Ben Perowsky tejen polirritmos enrevesados cuando se tercia, los dedos de Bojan expanden improvisaciones repletas de ideas claras y concisas que eximen en muchos momentos al pianista de ese innecesario virtuosismo que no necesita demostrar desde hace tiempo. Remi Vignolo nos recuerda que es uno de los bajistas más sólidos del panorama europeo, con una pulsación firme y un sonido contundente que sostiene todo lo que construyen sus compañeros.
Con todos estos elementos, el disco nos ofrece varios enfoques: desde un trío contemporáneo inventando colectivamente (“Pendant ce temps...”) a un acercamiento al pop en forma de versión de David Bowie (“Ashes to Ashes”), pasando por samplear espirituales negros de principios de siglo para abrir un blues (“Xenos Blues”) y hacer un guiño a sus raíces con la participación de Krassen Lutzkanov tocando el kaval en un par de temas.
La formula puede recordar en algunos momentos a E.S.T., pero no veamos fantasmas donde no hay más que una aparente similitud formal. Mientras que E.S.T. corre peligro de ser devorado por su propio personaje, la propuesta de Zulfikarpasic es fresca, desprovista de la preciosista perfección del trío nórdico y con el atrevimiento de los músicos que tocan disfrutando, probando cosas sin miedo a fallar, interaccionando arrabaleramente, siendo sucios y sofisticados al mismo tiempo.
El disco puede no ser perfecto, pero no es un proyecto más que suena a los cuatro mismos referentes de siempre. Los instrumentos eléctricos no hay que añadirlos a la música esperando que la ésta evolucione a través de la sonoridad, sino que hay que asimilarlos y aplicarlos para que al final la personalidad del músico se mantenga sobre la particularidad acústica.
En este caso, Bojan Z ha dado un paso adelante en su música y su estilo (cada vez más personal, por cierto) esta detrás de cada nota de este Xenophonia."
Yahvé M. de la Cavada, 2006
Nota: Pinchando en la portada puedes escuchar el disco en Spotify.
La cuestión es que dicho concierto me recordó la reseña que escribí en 2006 sobre este disco, un texto al que le tengo mucho cariño y que fue publicado por Tomajazz en diciembre de aquel año.
Aquí dejo el texto original:
"A pesar de la aparente fertilidad musical de estos últimos tiempos, siempre es una buena noticia la aparición de la nueva obra de un tipo al que podríamos definir como artista inquieto y músico excepcional.
Bojan Z ha intentado tocar varios palos como compositor e instrumentista en su relativamente corta carrera como líder. Desde aquel lejano y primerizo Bojan Z Quartet, pasando por los escarceos étnicos en Koreni, el riesgo del piano solo en Solobsession y el inevitable trío en Transpacifik, nuestro hombre ha dado un giro común en los tiempos que corren y ha decidido incorporar la electricidad a su trío.
Ya en Transpacifik había tonteado levemente con el Fender Rhodes, pero en Xenophonia el Rhodes y el denominado “Xenophono” (aparentemente un teclado eléctrico con algunos efectos de saturación y modulación) están presentes continuamente en el disco. Más que apoyarse en la diferencia acústica de estos añadidos, la música de Zulfikarpasic queda marcada por la concepción rítmica y armónica de los temas, que es donde está la verdadera evolución.
Con bases en ocasiones extremadamente sencillas, sobre las que Ari Hoenig y Ben Perowsky tejen polirritmos enrevesados cuando se tercia, los dedos de Bojan expanden improvisaciones repletas de ideas claras y concisas que eximen en muchos momentos al pianista de ese innecesario virtuosismo que no necesita demostrar desde hace tiempo. Remi Vignolo nos recuerda que es uno de los bajistas más sólidos del panorama europeo, con una pulsación firme y un sonido contundente que sostiene todo lo que construyen sus compañeros.
Con todos estos elementos, el disco nos ofrece varios enfoques: desde un trío contemporáneo inventando colectivamente (“Pendant ce temps...”) a un acercamiento al pop en forma de versión de David Bowie (“Ashes to Ashes”), pasando por samplear espirituales negros de principios de siglo para abrir un blues (“Xenos Blues”) y hacer un guiño a sus raíces con la participación de Krassen Lutzkanov tocando el kaval en un par de temas.
La formula puede recordar en algunos momentos a E.S.T., pero no veamos fantasmas donde no hay más que una aparente similitud formal. Mientras que E.S.T. corre peligro de ser devorado por su propio personaje, la propuesta de Zulfikarpasic es fresca, desprovista de la preciosista perfección del trío nórdico y con el atrevimiento de los músicos que tocan disfrutando, probando cosas sin miedo a fallar, interaccionando arrabaleramente, siendo sucios y sofisticados al mismo tiempo.
El disco puede no ser perfecto, pero no es un proyecto más que suena a los cuatro mismos referentes de siempre. Los instrumentos eléctricos no hay que añadirlos a la música esperando que la ésta evolucione a través de la sonoridad, sino que hay que asimilarlos y aplicarlos para que al final la personalidad del músico se mantenga sobre la particularidad acústica.
En este caso, Bojan Z ha dado un paso adelante en su música y su estilo (cada vez más personal, por cierto) esta detrás de cada nota de este Xenophonia."
Yahvé M. de la Cavada, 2006
Nota: Pinchando en la portada puedes escuchar el disco en Spotify.
viernes, 23 de abril de 2010
Los mensajeros de la vergüenza (29 de marzo de 2010)
Extraído de mi columna de opinión para Cuadernos de Jazz:
"Dicen que el camino al infierno está asfaltado con buenas intenciones. Hoy no hablamos de intenciones buenas o malas; ni siquiera de intenciones. Hablamos de intereses, medidas y resultados y he de empezar diciendo que nadie, absolutamente nadie, ha hecho tanto daño a la música en nuestro país como la SGAE y sus portavoces."
"Porque ni unos ni otros tienen interés en lo que quieren y necesitan los de enfrente. Ninguno de los dos bandos de esta contienda quiere escuchar ni comprender lo que el contrario tiene que decir: sólo luchan, cada vez más encarnizadamente, esperando ganar y sintiéndose con la “verdad” de su lado."
"(...) esto no va de hacerle la puñeta a Alejandro Sanz o a Wynton Marsalis, sino de hacérsela a los miles de trabajadores que hacen que la música funcione. Y lo que ha hecho que el buen nombre de esos profesionales se arrastre por el fango han sido precisamente las declaraciones y actitudes de empresas como la SGAE. Ellos han dibujado en los usuarios una imagen mental que muestra a los trabajadores de la música como aprovechados, ladrones y vagos que quieren hacerse ricos a costa de los pobres incautos que escuchan su música."
"Observando estos conflictos, que no parecen ir a acabar demasiado bien, uno se da cuenta de que el principal problema es que a casi todos los implicados lo que les gusta no es la música. Lo que les gusta, y mucho, es el dinero. "
Puedes leer la columna completa pinchando AQUÍ.
Imagen: portada de la edición de papel del número 117 de Cuadernos de Jazz (marzo-abril 2010)
miércoles, 21 de abril de 2010
Wu-Tang Clan - Enter The Wu-Tang (36 Chambers) (1993)
Este es uno de los mejores y más importantes álbumes de hip hop de todos los tiempos, además de uno de mis favoritos. Al igual que Public Enemy a finales de los 80, el Wu-Tang Clan redefinió el género en la costa este a primeros de los noventa.
Enter The Wu-Tang es un disco perfecto, con la producción de RZA y ocho MCs (Masta Killa, noveno miembro del clan, sólo aparece en un tema) en estado de gracia. No se le puede sacar ni un pero.
Además, también fue el pistoletazo de salida de un colectivo que desde entonces ha dado decenas de álbumes sobresalientes al género, tanto en grupo como por cualquiera de sus miembros en solitario.
Conviene reescucharlo de vez en cuando.
Nota: Pinchando en la portada puedes escuchar el disco en Spotify.
Enter The Wu-Tang es un disco perfecto, con la producción de RZA y ocho MCs (Masta Killa, noveno miembro del clan, sólo aparece en un tema) en estado de gracia. No se le puede sacar ni un pero.
Además, también fue el pistoletazo de salida de un colectivo que desde entonces ha dado decenas de álbumes sobresalientes al género, tanto en grupo como por cualquiera de sus miembros en solitario.
Conviene reescucharlo de vez en cuando.
Nota: Pinchando en la portada puedes escuchar el disco en Spotify.
lunes, 19 de abril de 2010
Don Friedman - Avenue Of The Americas (1979)
Don Friedman es uno de los grandes en la sombra.
Estuvo en el grupo de Ornette Coleman en 1957, antes de que éste prescindiese de los pianistas.
Pasó de tocar con Booker Little y Eric Dolphy a hacerlo con Bobby Hackett y Herbie Mann.
Fue el pianista del cuarteto de Charles Lloyd justo antes que el niño prodigio Keith Jarrett y supo estar al servicio de nombres tan dispares como Clark Terry, Jimmy Giuffre o Ruby Braff.
Todo eso antes de hacer despegar su carrera como líder, tan interesante como discreta.
Avenue Of The Americas fue su segunda grabación a piano solo (realizada meses después que Themes And Variations, un disco aún más raro de ver que éste) y es un registro magnífico en el que Friedman derrocha técnica e inspiración.
El disco fue editado por Owl en 1980 y, hasta donde yo sé, nunca ha sido reeditado en CD. Con la de porquería que inunda las estanterías de novedades, es una verdadera lástima.
Estuvo en el grupo de Ornette Coleman en 1957, antes de que éste prescindiese de los pianistas.
Pasó de tocar con Booker Little y Eric Dolphy a hacerlo con Bobby Hackett y Herbie Mann.
Fue el pianista del cuarteto de Charles Lloyd justo antes que el niño prodigio Keith Jarrett y supo estar al servicio de nombres tan dispares como Clark Terry, Jimmy Giuffre o Ruby Braff.
Todo eso antes de hacer despegar su carrera como líder, tan interesante como discreta.
Avenue Of The Americas fue su segunda grabación a piano solo (realizada meses después que Themes And Variations, un disco aún más raro de ver que éste) y es un registro magnífico en el que Friedman derrocha técnica e inspiración.
El disco fue editado por Owl en 1980 y, hasta donde yo sé, nunca ha sido reeditado en CD. Con la de porquería que inunda las estanterías de novedades, es una verdadera lástima.
viernes, 16 de abril de 2010
Franck Amsallem - Sings (2008)
Imagina por un momento que coincides en una cena o en una reunión social íntima con un gran pianista europeo como Franck Amsallem. Tú le conoces de discos estupendos como Out A Day, On Second Thought, Summer Times o A Week In Paris, así que sabes perfectamente que es un gran músico, con ideas y mucho que decir.
Imagina también que, en cierto momento de la distendida velada, Amsallem se acerca a un piano que hay en la habitación. Se sienta y empieza a desgranar delicadamente algunas notas que preceden a un conocido standard. De repente y para tu sorpresa, empieza a cantarlo con una voz que está entre Chet Baker y algunos crooners clásicos, acompañándose al piano con ideas sofisticadas y brillantes.
Bien, esta es más o menos la sensación que se tiene al escuchar Amsallem Sings, un disco en el que el pianista da un giro a la música que ha estado haciendo hasta ahora, entregando un puñado de standards interpretados de manera íntima y relajada.
No hay trampa y no hay cartón, sólo canciones susurradas, cantadas y acompañadas con clase. No sé si Amsallem Sings es un cambio de dirección o un alto en el camino, pero está claro que es justamente lo que al pianista le apetecía.
Nota: Pincha en la portada para escuchar algunos temas en la web de Franck Amsallem.
Imagina también que, en cierto momento de la distendida velada, Amsallem se acerca a un piano que hay en la habitación. Se sienta y empieza a desgranar delicadamente algunas notas que preceden a un conocido standard. De repente y para tu sorpresa, empieza a cantarlo con una voz que está entre Chet Baker y algunos crooners clásicos, acompañándose al piano con ideas sofisticadas y brillantes.
Bien, esta es más o menos la sensación que se tiene al escuchar Amsallem Sings, un disco en el que el pianista da un giro a la música que ha estado haciendo hasta ahora, entregando un puñado de standards interpretados de manera íntima y relajada.
No hay trampa y no hay cartón, sólo canciones susurradas, cantadas y acompañadas con clase. No sé si Amsallem Sings es un cambio de dirección o un alto en el camino, pero está claro que es justamente lo que al pianista le apetecía.
Nota: Pincha en la portada para escuchar algunos temas en la web de Franck Amsallem.
miércoles, 14 de abril de 2010
Zlatko Kaučič - 30th Anniversary Concerts (2008)
Extraído de mi reseña para Cuadernos de Jazz:
"El baterista esloveno Zlatko Kaučič celebra 30 años de carrera con un precioso set de tres CDs, a razón de un concierto por cada uno de ellos. Intentar resumir su extensa y variada carrera sería una insensatez, así que el baterista opta por reunir tres tríos completamente diferentes entre sí con dos importantes elementos comunes: la comunicación y la espontaneidad."
Puedes leer la reseña completa pinchando AQUÍ.
"El baterista esloveno Zlatko Kaučič celebra 30 años de carrera con un precioso set de tres CDs, a razón de un concierto por cada uno de ellos. Intentar resumir su extensa y variada carrera sería una insensatez, así que el baterista opta por reunir tres tríos completamente diferentes entre sí con dos importantes elementos comunes: la comunicación y la espontaneidad."
Puedes leer la reseña completa pinchando AQUÍ.
sábado, 10 de abril de 2010
Algún día todo esto será tuyo
Extraído de mi artículo publicado originalmente en Cuadernos de Jazz nº112 (mayo-junio 2009)
Algún día todo esto será tuyo
MP3, iPods, downloads y otras consideraciones acerca de un futuro que nos arrolló sin avisar (tercera parte)
"Es hora de recapitular. A lo largo de dos artículos he cometido la osadía de intentar sacar una instantánea de una época convulsa, de los cambios que chisporrotean a nuestro alrededor, intensos y efímeros. No sabemos cómo serán las cosas en el futuro, y parece que pasará un tiempo hasta que la industria musical se asiente. Estamos viviendo tiempos difíciles para muchos profesionales del sector, pero es innegable que son también tiempos emocionantes en los que se están dando hechos que, sin darnos cuenta, mañana serán historia. La pregunta es ¿cómo será ese mañana?"
"Las dos entregas que preceden a esta reflexión tenían como única intención el dar voz a algunos de los protagonistas de los cambios más radicales que está sufriendo la industria discográfica. Con este último artículo, que es en cierta forma un epílogo, sólo pretendo divagar sobre todos estos temas, mostrar reflexiones y pensamientos sobre el pasado, el presente y el futuro. Las tres partes publicadas conforman un texto con vocación de anacronismo que, dentro de unos años, probablemente invocará la carcajada entre los lectores que tengan una buena perspectiva sobre los asuntos que hemos tratado."
"Otra de las constantes por la tremenda oferta de la red es el peligro de la falta de contextualización. Ya sé que, sabiendo dónde buscar, se pueden hallar discografías repletas de referencias pero no todo el mundo se maneja tan hábilmente. Por otro lado, la gracia de internet es la rapidez y la comodidad y no que las búsquedas se conviertan en un trabajo extra. Hay músicos con una obra amplísima y escuchar un disco suyo sin saber cuándo fue grabado, a qué periodo corresponde o qué intérpretes le acompañan puede resultar muy confuso. Por fortuna hay también montones de bases de datos, literatura, revistas especializadas, webs y blogs en los que uno puede bucear en busca de información y recomendaciones."
**********
"Es probable que caiga el modelo de grandes discográficas que conocemos, pero sus reemplazos ya están preparados. Las empresas de comunicación son los próximos gigantes, quienes manejarán los hilos y decidirán qué, cuándo, cómo y, sobre todo, cuánto va a costar. Porque en el futuro que se vislumbra en el horizonte vamos a necesitar estar conectados y, quien controle las redes, controlará el negocio. Antes fueron los promotores teatrales, los editores, los magnates de la prensa, los grandes estudios, las emisoras, las discográficas… Ahora que el rey ha muerto hay un aspirante a la espera y lleva tiempo preparando su toma de posesión. El fin de una era y el principio de otra. Y nosotros aquí, viviéndolo. ¿No es emocionante?"
Puedes leer el artículo completo pinchando AQUÍ o en la imagen.
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martes, 6 de abril de 2010
Dennis Irwin & James Williams - Focus (1977)
Hay muchas cosas que hacen de este un disco especial. La primera, y para mi la más importante, es que ha sido un regalo de parte de un gran amigo. La segunda, que es una sesión muy poco conocida de dos músicos extraordinarios, producida y editada por el sello italiano RED.
El dúo es un formato dificil, aunque el binomio piano-contrabajo se ha explotado con regularidad en el mundo del jazz. Irwin y Williams lo dominan a la perfección a través de algunos originales y de la relectura de clásicos como "In A Sentimental Mood" e "Invitation".
Ambos músicos nacieron 1951 y coincidieron en los Jazz Messengers de Art Blakey.
Williams, uno de los pianistas más injustamente olvidados de los últimos 30 años, falleció de cáncer de hígado en 2004. Cuatro años después, Irwin murió de la misma enfermedad, algo particularmente hiriente, ya que se podía haber evitado si el contrabajista hubiese tenido seguro médico.
Su trágica e innecesaria desaparición hizo que algunos organismos se movilizasen para crear la Dennis Irwin Memorial Fund, con el objetivo de prevenir y tratar el cáncer a músicos de jazz y blues.
Nota: No consigo encontrar audio pero, sinceramente, cualquier grabación en la que participen Irwin o Williams merece atención. Pinchando AQUÍ puedes escuchar en Spotify algunas grabaciones de Art Blakey en las que ambos están presentes.
El dúo es un formato dificil, aunque el binomio piano-contrabajo se ha explotado con regularidad en el mundo del jazz. Irwin y Williams lo dominan a la perfección a través de algunos originales y de la relectura de clásicos como "In A Sentimental Mood" e "Invitation".
Ambos músicos nacieron 1951 y coincidieron en los Jazz Messengers de Art Blakey.
Williams, uno de los pianistas más injustamente olvidados de los últimos 30 años, falleció de cáncer de hígado en 2004. Cuatro años después, Irwin murió de la misma enfermedad, algo particularmente hiriente, ya que se podía haber evitado si el contrabajista hubiese tenido seguro médico.
Su trágica e innecesaria desaparición hizo que algunos organismos se movilizasen para crear la Dennis Irwin Memorial Fund, con el objetivo de prevenir y tratar el cáncer a músicos de jazz y blues.
Nota: No consigo encontrar audio pero, sinceramente, cualquier grabación en la que participen Irwin o Williams merece atención. Pinchando AQUÍ puedes escuchar en Spotify algunas grabaciones de Art Blakey en las que ambos están presentes.
domingo, 4 de abril de 2010
Lafayette Gilchrist - 3 (2007)
Extraído de mi reseña para Tomajazz:
"La primera vez que escuché a Lafayette Gilchrist, en su CD The Music According To Lafayette Gilchrist (Hyena, 2004), pensé que estaba ante un pianista muy original que aglutinaba estilos que iban desde Monk hasta John Medeski. Pero seguí escuchándole y me di cuenta de que en esos deditos había mucho más. Mucho funk, mucho soul y mucho Andrew Hill, entre otras cosas. Además, también había un talento excepcional a la hora de componer o escribir arreglos y voicings para vientos"
"El lenguaje de Gilchrist puede confundirse como uno más dentro de un mar de tendencias que están afectando a buena parte de pianistas jóvenes. Ritmos sincopados, grooves pegadizos, armonías venidas del pop, rock, soul, etc... Aspectos que unos pocos bordan y que otros muchos imitan sin talento. Pues bien, Gilchrist es otra cosa. Él no es un pianista de jazz que se acerca a esos mundos para tontear puntualmente con ellos, sino que para él, es igual de influyente Sun Ra que Billy Preston o Prince."
Puedes leer la reseña completa pinchando AQUÍ.
Nota: Pinchando en la portada puedes escuchar el disco en Spotify.
"La primera vez que escuché a Lafayette Gilchrist, en su CD The Music According To Lafayette Gilchrist (Hyena, 2004), pensé que estaba ante un pianista muy original que aglutinaba estilos que iban desde Monk hasta John Medeski. Pero seguí escuchándole y me di cuenta de que en esos deditos había mucho más. Mucho funk, mucho soul y mucho Andrew Hill, entre otras cosas. Además, también había un talento excepcional a la hora de componer o escribir arreglos y voicings para vientos"
"El lenguaje de Gilchrist puede confundirse como uno más dentro de un mar de tendencias que están afectando a buena parte de pianistas jóvenes. Ritmos sincopados, grooves pegadizos, armonías venidas del pop, rock, soul, etc... Aspectos que unos pocos bordan y que otros muchos imitan sin talento. Pues bien, Gilchrist es otra cosa. Él no es un pianista de jazz que se acerca a esos mundos para tontear puntualmente con ellos, sino que para él, es igual de influyente Sun Ra que Billy Preston o Prince."
Puedes leer la reseña completa pinchando AQUÍ.
Nota: Pinchando en la portada puedes escuchar el disco en Spotify.
viernes, 2 de abril de 2010
Max Roach - Chattahoochee Red (1980)
Apenas seis meses después de estrenar este cuarteto en el disco Pictures In A Frame, Max Roach grabó Chattahoochee Red para el sello Columbia.
No sé hasta qué punto el disco fue un fracaso, pero el batería no volvió a grabar para este sello hasta 2002, y juraría que este estupendo disco no volvió a reeditarse.
El álbum se abre con una explosiva relectura de "It's Time", precedida por la batería del líder entrelazándose con un discurso de Martin Luther King. A partir de ahí, el nivel no baja ni por un segundo.
Todos los solistas están soberbios, desde el infravalorado Cecil Bridgewater a Odean Pope o Calvin Hill. Walter Bishop Jr. hace una minúscula aparición al piano.
El resto, puro fuego. Roach era enorme.
Nota: Sólo he encontrado un audio en youtube. Pincha en la portada para escucharlo.
No sé hasta qué punto el disco fue un fracaso, pero el batería no volvió a grabar para este sello hasta 2002, y juraría que este estupendo disco no volvió a reeditarse.
El álbum se abre con una explosiva relectura de "It's Time", precedida por la batería del líder entrelazándose con un discurso de Martin Luther King. A partir de ahí, el nivel no baja ni por un segundo.
Todos los solistas están soberbios, desde el infravalorado Cecil Bridgewater a Odean Pope o Calvin Hill. Walter Bishop Jr. hace una minúscula aparición al piano.
El resto, puro fuego. Roach era enorme.
Nota: Sólo he encontrado un audio en youtube. Pincha en la portada para escucharlo.
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