jueves, 4 de marzo de 2010

Scott LaFaro - Pieces of Jade (1961-85)

Extraído de mi reseña para Cuadernos de Jazz:

"A estas alturas no vamos a descubrir lo que hizo Scott LaFaro por el contrabajo moderno. Celebrar su figura está bien y si además nos encontráramos con grabaciones inéditas, pues mejor. La cuestión es que el contenido en Pieces of Jade es bastante irregular. Primero, cinco temas en trío con Pete LaRoca a la batería y Don Friedman al piano y liderando. Aunque parezcan inéditas no lo son, ya que aparecieron hace más de 20 años en Japón (...)"

Puedes leer la reseña completa pinchando AQUÍ.





2 comentarios:

blbs dijo...

¿No eres un poco duro con el adjetivo batiburrillo? ¿Qué tal los que ni idea teníamos de esa edición japonesa de hace 20 años? ¿Que tal los que no sabemos que es un "batiburrillo"? y por último y sin intenión de ofensas: ¿cuándo algún crítico de jazz podrá tocar o crear como los artistas que critica?
En mi blog, humildemente, considero este disco como un milagro ya que me encontré con cosas que no conocía. Es decir que, para mí, volvió a confirmarse aquello de "el sonido de la sorpresa, que es lo que cuenta, me parece...
Saludos

Yahvé M. de la Cavada dijo...

Con "batiburrillo" me refiero a una especie de cajón desastre, un disco en el que, independientemente de la calidad del contenido, los factores comunes entre unas piezas y están un poco cogidos con pinzas.

Yo mismo no tengo la edición japonesa, sólo puntualizo que algo que se presenta como inédito buscando la artimaña comercial, resulta no serlo.

La música es excelente, sí, pero el disco, como unidad, se ve perjudicado por las diferentes fuentes de las que sale cada parte. Como si hubiesen tenido que tirar de lo que hubiese a mano para llegar a la duración aceptable en un CD. Un disco no sólo es lo que contiene: es una obra con principio, desarrollo y final, y tiene entidad como obra compacta.

En cuanto a tu valoración sobre la crítica y los músicos, la entiendo pero no la encuentro en absoluto aceptable. Uno puede no tener idea de cocinar y ser al mismo tiempo el mayor de los gourmets; no creo que tenga que ver lo primero con lo segundo. Sin contar con que hay muchos críticos que son, al mismo tiempo, músicos. Y que, como ocurre con los músicos, también hay críticos buenos y malos...

Saludos!

otros días, otros discos

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