Duke Jordan nunca fue uno de los grandes, aunque tampoco era el incompetente que Miles Davis describió en su célebre autobiografía, cuando recordaba sus días en el quinteto de Charlie Parker.
En este disco grabado en 1975 para SteepleChase, Jordan se rodeó de un grupo intachable. Por un lado, Al Foster a la batería y el gran Charlie Rouse al tenor. Por otro, dos músicos por los que siento cierta debilidad: el fabuloso trompetista Richard Williams y el contrabajista Sam Jones.
El disco no es sorprendente pero tampoco rutinario y es un placer escuchar como "camina" todo con Jones a las cuatro cuerdas.
Duke Jordan no era un tipo con genio, pero oficio tenía un rato.
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