Después de The Good Life, una grabación que mostraba esencialmente sus raices country, no sabíamos qué esperar del hijo de Steve Earle. Aquel era un disco estupendo en el que Justin Townes se alejaba de la figura de su padre, evitando comparaciones odiosas e innecesarias.
Midnight At The Movies suena a más cosas, incluso a su padre en algún momento, pero también resulta más maduro, sólido y, en definitiva, mejor.
Éste es un disco delicioso, que no inventa nada, pero que apetece reescuchar una y otra vez.
Ha nacido un nuevo talento en la familia Earle, y ya van unos cuantos...
1 comentario:
Me encanta...
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