Nuevo disco a piano solo de Matthew Shipp, esta vez para el esquivo sello Rogue Art.
Con Shipp no hay mucho que decir, aparte de que siempre es interesantísimo y en muchas ocasiones, verdaderamente genial. Este disco no es menos.
No sabría decir si me gusta mas que su anterior solo, One (thirsty ear, 2006), pero es innegable que Shipp sigue su búsqueda por todos los territorios que se pueden recorrer con un piano. Imprescindible.
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