lunes, 2 de agosto de 2010

El asedio de los discos de imitación (5 de julio de 2010)


Extraído de mi columna de opinión para Cuadernos de Jazz:

"Los productos de imitación son algo muy habitual en el sector textil o electrónico y es común ver por la calle más bolsos que copian a las grandes marcas que piezas originales. Con la liberación de los derechos que sufre el material fonográfico en la UE después de 50 años, ese fenómeno está llegando al jazz y haciendo que discográficas y grandes almacenes de gatillo fácil publiquen y vendan su propia versión de los clásicos."

"(...) la mayor parte del negocio de la música está en manos de, no digamos ladrones o desalmados, digamos más bien “empresas con métodos cuestionables”. Además, desde hace unos años hay sellos que se aprovechan de las circunstancias para unirse a grandes almacenes que, teniendo la osadía de erigirse como paradigma de la comercialización del ocio y la cultura, generan campañas enfocadas a vender una serie concreta de títulos."

"Lo que ocurre es que, en muchos casos, la diferencia de precio entre una versión original y una imitación no es amplia, por no decir que es inexistente. Lo que si acusa una diferencia es el acuerdo económico que hace que determinados grandes almacenes potencien de forma extrema toda una “colección” de obras editadas aprovechando la liberación de derechos."

"En teoría no hay problema, técnicamente es legal y el audio es el oficial, con lo que el aficionado, simplemente, compra “otra” versión del disco. Los problemas empiezan con la mezcla aleatoria y estúpida de grabaciones de diferente procedencia, con el único motivo de rellenar un CD al máximo de su capacidad, y terminan con lo más peligroso de estas maniobras: que si las versiones no oficiales desplazan a las de Blue Note, Impulse!, etc, la confusión generada entre los futuros aficionados puede ser terrible."

"Porque, a esta gente que edita y vende música desde el pedestal que tienen en el mercado no les importa nada el jazz, ni el respeto por la historia o por los clásicos. Les interesa mucho la pasta. Y si en el camino se encuentran que tienen que cambiar la portada de un disco histórico o alterar su contenido, tengan por seguro que no van a pestañear haciéndolo."


Puedes leer la columna completa pinchando AQUÍ.


Imagen: portada de la edición de papel del número 119-120 de Cuadernos de Jazz (julio-octubre 2010)

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otros días, otros discos

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