He escrito en varias ocasiones que el dúo de pianos me parece uno de los formatos más complicados que hay; exige una empatía y capacidad de adaptación fuera de lo normal.
De todos los que he escuchado a dos pianos, Our Delights es mi disco favorito sin duda. Hay otros, pero éste tiene algo especial. La comunicación entre Hank Jones y Tommy Flanagan es escalofriante, con muchos momentos en los que suenan como un solo pianista de cuatro manos.
Flanagan está soberbio pero en este caso es Jones quien brilla un poquito por encima. El maestro es el maestro, y Flanagan ha declarado en numerosas ocasiones su enorme deuda con Hank.
Justo un año después Jones grabó otro dúo muy famoso con John Lewis que, sin estar nada mal, no alcanza las cotas de Our Delights.
¿Clase? A raudales. ¿Swing? Todo.
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