Éste es uno de esos discos que llaman la atención más por la sección rítmica (Bill Carrothers, Nic Thys y Dré Pallemaerts) que por el propio líder, pero mucho ojito con este joven saxofonista belga.
Extraído de mi reseña para Cuadernos de Jazz:
"Verheyen domina el instrumento y, aunque tiene lenguaje y sonido, quizá lo único que le falta es lo más trascendente y, al mismo tiempo, lo más abstracto: la madurez. Es natural teniendo en cuenta sus 25 años y, pensándolo bien, el disco no deja de ser estupendo."
Puedes leer la reseña completa pinchando AQUÍ.
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