sábado, 26 de noviembre de 2011

Anthony Braxton - Performance (Quartet) 1979


Reseña publicada en el número 104 de la revista Cuadernos de Jazz
(enero-febrero 2008)


UN INSTANTE EN EL TIEMPO

Echando un vistazo a los componentes del cuarteto que interpreta este Performance, aumentan las ganas de escucharlo. Quizá con la sola excepción de Thurman Baker, las carreras de Ray Anderson, John Lindberg y, sobre todo, Anthony Braxton han sido eclécticas, originales, inquietas y casi siempre, sorprendentes.




A finales de los años setenta, muchos músicos, Anderson y Lindberg incluidos, se dejaron arropar por el intenso e inspirador manto de varios proyectos de Braxton, que era en cierto modo, el padre de una generación perdida del jazz. Cuando parecía que ya estaba todo hecho, que se había tocado el techo de la improvisación, Braxton se negó a encasillarse reinventándose continuamente a través de la composición, la independencia interpretativa de sus músicos y mediante estructuras, siempre coherentes, pero habitualmente complejas.

En este disco, grabado en directo en Willisau, Braxton comienza a esbozar una serie de esquemas que poco después definiría más claramente en otras formaciones. Las siete composiciones que contienen las dos partes, están unidas permanentemente por improvisaciones de uno u otro de los miembros del cuarteto, haciendo que la libertad total sea la que encauce la entrada del siguiente tema de manera natural. Ese afán de unir piezas, de juntar las partes en un todo, da un carácter muy especial a la música, provocando que toda ella sea esencial, y cada uno de los músicos, imprescindible.


La química que hay entre los cuatro es tremenda, y no deja de sorprender que ésta formación concreta no se prodigase mas. Anderson, tan virtuoso como su amigo y predecesor en las filas de Braxton, George Lewis, resulta un contrapunto interesante, extrovertido y menos intelectual que el líder. Pero todos ellos, con mención especial al saxofonista, mantienen a lo largo del disco un nivel difícilmente superable.


La reedición de éste grupo histórico, a pesar de su aparente poca trascendencia, es tan necesaria como muchas otras de Braxton. De hecho, más que muchas.


Yahvé M. de la Cavada

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