lunes, 31 de octubre de 2011
Andrzej Olejniczak & Apertus String Quartet - Different Choice (2011)
Recupero aquí mi reseña sobre el mismo, publicada en el número de junio de la revista MondoSonoro:
"El saxofonista Andrzej Olejniczak, afincado en Bilbao desde hace dos décadas, es también uno de los principales especialistas de su instrumento en España y, si me apuran, en Europa.
Y es que, grabar acompañándose exclusivamente de un cuarteto de cuerdas, sin perder un ápice de convicción, no es algo que pueda hacer cualquiera.
Different Choice está a medio camino entre la música de cámara y el jazz pero, como todo gran disco, se define por sí mismo."
Puedes leer la publicación original pinchando AQUÍ.
jueves, 27 de octubre de 2011
Marianne Faithfull - Sala BBK (Bilbao, 5 de abril de 2011)
"Un pequeño fallo de organización provocó que el de Bilbao fuese el único concierto de Marianne Faithfull en el estado. Este hecho convirtió el evento en algo más especial, si cabe. La flor y nata del rock bilbaíno –más flor y nata que nunca– abarrotaba la sala BBK, esperando presenciar algo especial, y lo fue, sí, pero también hubo una larga lista de “peros” que emergieron durante el concierto.
Ya el principio fue un tanto desastroso: el sonido era estridente y muy agresivo para un recinto de esas características y un desafortunado ventilador situado frente a Faithfull le provocó molestias durante un buen rato, hasta que pidió que lo apagasen.
Los primeros temas sirvieron para presentar el nuevo disco de la cantante, Horses and High Heels. Tras un desconcentrado “Why Did We Have To Part” nos temimos lo peor, ya que en “Back In Baby’s Arms” Faithfull llegó a olvidar la letra por un instante, pero en “The Stations” (el tema de los Gutter Twins que abre Saturnalia) la cosa empezó a coger pulso. A partir de ahí todo fue según lo esperado.
“Sister Morphine”, “Broken English”, “As Tear Goes By” y “Working Class Hero” hicieron estallar al público, que acabo el concierto con ovación y recibió a cambio un glorioso “Strange Weather” íntimo y acústico.
Aparte de algunos momentos del guitarrista Doug Pettibone, la atención recayó exclusivamente sobre Faithfull y su voz arrastrada y quebradiza. La cantante tiene esas cosas tan especiales y tan raras de ver llamadas personalidad y carácter, así que, al final, los “peros” son lo de menos."
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lunes, 24 de octubre de 2011
Jochen Rueckert - Somewhere Meeting Nobody (2011)
"Han pasado más de diez años de la publicación del primero, y hasta ahora único, disco de Jochen Rueckert como líder, Introduction (Jazzline, 1998). Aquel resultó tan sorprendentemente bueno que su nuevo álbum parece un pelín soso a su lado. Y no es que esté mal, ni mucho menos. La formación es excelente y está bien ensamblada, con un Mark Turner más personal y reconocible que en otras ocasiones y la solidez del fabuloso Brad Shepik, guitarrista nunca bien ponderado en el mundo del jazz."
"La excelente producción revela perfectamente el acompañamiento de Matt Penman, muy inspirado a lo largo de toda la grabación, y los sutiles matices y acentos del líder, que denotan su atención e implicación. El problema es que al conjunto del disco le falta algo de dinámica, o un punto más de tensión para que la cosa se venga arriba de cuando en cuando.Digamos que todo está entre bien y muy bien, pero no hay picos, ni hacia arriba, ni hacia abajo. Buenos músicos, buenas improvisaciones y un papel estelar del líder, que acompaña como pocos. Ni más, ni menos."
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martes, 18 de octubre de 2011
Brian Blade & The Fellowship Band - Season Of Changes (2008)
Season Of Changes, su última grabación con esta banda, es una muestra perfecta de su particular caleidoscopio musical, que parte del jazz para dejarse infectar por mucho otros sonidos.
Kurt Rosenwinkel y Myron Walden están extraordinarios, aunque los menos conocidos Melvin Butler y Jon Cowherd no se quedan atrás. Completan la banda Chris Thomas, viejo conocido de Blade, y éste último.
En este momento particular de mi vida -que podría definir con el título del álbum- he vuelto sobre este disco para redescubrir que me encanta. Y no sólo por motivos personales.
martes, 11 de octubre de 2011
Pero, ¿todavía quedan tiendas de discos? (16 de abril de 2011)
Pero, ¿todavía quedan tiendas de discos?
Por: Yahvé M. de la Cavada
Nunca me han gustado los eventos del tipo “el día de”. Siempre acaban pareciéndome reduccionistas y condescendientes, como si estuviesen diseñados para saldar una supuesta deuda social con la minoría o colectivo que toque en cada momento. Celebrar “el día” de algo provoca automáticamente la sensación de tachar una tarea del cuaderno de deberes hasta el año que viene. La intención original, muy probablemente, no es esa, sino agitar a la ciudadanía en busca de compromiso, colaboración o, en última instancia, comprensión. Sobre el papel, fantástico.
Pero esas fechas dejan en evidencia a una sociedad que presume de moderna y avanzada, para después señalar en el calendario un día (¡uno!) con obviedades como que la mujer trabaja y debería hacerlo bajo las mismas condiciones que el hombre, que los homosexuales tienen (o deberían tener) los mismos derechos y deberes que cualquier ciudadano o que el hambre en el tercer mundo es una vergüenza para el primero. Esos días, que atraen sus sujetos a la prensa durante unas horas, son una pátina de compromiso para el viandante que sólo quiere trabajar, consumir, ver la tele y que le dejen en paz. El día de “X”, pegatina en la solapa, un enlace en Facebook, unos minutos de charla durante el café, y a otra cosa.
Todo esto viene a algo mucho menos trascendente que lo mencionado anteriormente, así que, perdonen el atisbo de comparación, porque no pretendía ser tal. La cuestión es que hoy se celebra por primera vez en España el Record Store Day, un evento mundial promovido por tiendas de discos independientes de todo el mundo, en general, y de Europa y EE.UU. en particular. Esta celebración no es más que una pequeña mano agitándose entre la multitud en busca de atención, frente a un mundo que, cada día más, se pregunta: “pero, ¿todavía hay tiendas de discos?”.
Las hay, cada vez menos, pero las hay. Ahora son pequeños oasis para aficionados muy concretos y muy poco numerosos: los que compran música. Para ser exactos, hay que decir que, tal y como ocurre con los libros, cómics y películas (DVDs, Blu-Ray, etc), donde realmente se venden es en almacenes y grandes superficies. La sociedad española está copiando lo peor de los hábitos de consumo americanos y evitando lo mejor, esto es, el respeto y apoyo a los negocios independientes. La figura de la librería ha desaparecido en prácticamente todas las ciudades de nuestro país, dejándonos a merced de grandes cadenas y supermercados del ocio. La librería especializada sobrevive a duras penas porque su producto, y su cliente, son mucho más específicos que el de la literatura general o el cine. Pero la tienda de discos es otra cosa.
Es el comercio tradicional más afectado por la piratería (al fin y al cabo, nunca hubo muchas tiendas centradas exclusivamente en la venta de películas) y el elemento de la industria más ninguneado. El defensor férreo de la música libre en Internet tiende a olvidar la tienda porque, aparentemente, es un organismo obsoleto en la comercialización musical del siglo XXI. Su función está directamente relacionada con la vigencia de los formatos físicos, y todos sabemos cómo está ese asunto. Así que, si nadie (la nueva forma de decir “muy poca gente”) compra discos físicos, y las tiendas parecen pertenecer al siglo pasado, ¿qué sentido tiene hacer un día de la tienda de discos? ¿No viene a ser como celebrar el día del radiocasete?
Lo que intentan los implicados en el Record Store Day es captar un poco de atención sobre su maltratado y diezmado sector, ahora reducido a coleccionistas, modernos, frikis (en el mejor sentido de la palabra) y un tipo de cliente romántico que se aferra al formato físico como parte de su identidad musical. El lema de la iniciativa, ampliado mediante decenas de declaraciones de músicos y personalidades de la industria, colgados en la web oficial del evento, se puede resumir en estas palabras: “apoya a tu tienda de discos; comprar discos, viéndolos, tocándolos, es un acto que da otra dimensión a la música; es orgánico, es real y, además, está (casi) de moda”. Pero estos argumentos no tienen pinta de ir a convencer nadie más que a los ya convencidos, que serán quienes celebren, a la postre, el Record Store Day.
Lo más significativo del evento es la aparición de multitud de ediciones limitadas en vinilo (7’’, EPs, LPs) a cargo de tiendas y adheridos que las venderán exclusivamente en tienda física, con el compromiso de evitar que se especule con ellas en Internet u otras plataformas. Dichas ediciones tienen el objetivo de atraer público a las tiendas en busca de un producto especial y exclusivo. Sin embargo, hoy en día, ¿no podríamos considerar especial y exclusivo la propia existencia del disco físico? En una semana en la que muchos usuarios se lamentan de que Spotify limite su oferta gratuita (rasgándose las vestiduras ante la posibilidad de desembolsar diez euros mensuales por su versión Premium) es difícil creer que la gente empezará a transitar las tiendas de discos otra vez. Por eso el Record Store Day y sus ediciones limitadas ahondan, seguramente sin pretenderlo, en ese malditismo al que se ha visto abocado el sector en los últimos tiempos. Hecho por unos pocos y dirigido a unos pocos. Exclusivos y marginales, las dos caras de una misma moneda.
El balance no sólo no es positivo, sino completamente descorazonador. Aún siendo empresas con fines comerciales, las tiendas son a la música lo que las salas al cine. Han sido –son– los lugares, los puntos de encuentro, las fuentes originales de la creatividad musical envasada. Y se merecen, como poco, un poco de respeto y una oportunidad. El Record Store Day tiene su punto, de eso no hay duda, y es positivo que por fin se haga en España. Pero lo importante es que no llegue el día en el que la gente se pregunte “¿te acuerdas de cuando había cines y tiendas de discos?”.
Así que, comete una locura. Vete a una tienda independiente y compra un disco. Una vez al año no hace daño, dicen.
Yahvé M. de la Cavada, 2011
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miércoles, 5 de octubre de 2011
Charles Mingus - The Complete 1960 Nat Hentoff Sessions (1960)
"Las grabaciones que Mingus hizo para el sello Candid siempre han sido consideradas, hasta cierto punto, una obra menor. Su situación cronológica, su aspecto circunstancial y la forma en la que el sello desperdigó sesiones en diferentes álbumes son un peso que dejan a este material en evidencia frente a sus etapas en Columbia y Atlantic.
Las dos sesiones contenidas en este triple cedé sirvieron para llenar casi cinco discos: Charles Mingus Presents Charles Mingus, Mysterious Blues, Mingus y Reincarnation of a Love Bird (a nombre del contrabajista) y el colectivo Newport Rebels, que se completó con dos temas grabados por un All-Stars de músicos cabreados por la política del festival de Newport (cómo ha cambiado todo, ¿eh?). Esos dos temas están incluidos en el segundo CD de esta edición, para así completar el material editado originalmente en Newport Rebels. El resto es una sospechosa copia de la caja que sacó Mosaic en 1989 bajo el nombre The Complete Candid Recordings of Charles Mingus, ahora renombrado como The Complete 1960 Nat Hentoff Sessions.
Fue Hentoff, efectivamente, quien invitó a grabar al contrabajista en ese pequeño sello, ofreciéndole libertad creativa absoluta. Mingus había tocado unos meses antes en el festival de Antibes (años después Atlantic editaría esa actuación, que sigue siendo uno de los directos más importantes de la historia), demostrando que, si algo necesitaba, era libertad.
La primera sesión para Candid reunió a un cuarteto formado por Eric Dolphy, Ted Curson, Mingus y su inseparable Dannie Richmond, y produjo Charles Mingus Presents Charles Mingus, un álbum que, de haberse grabado un año antes, podría haber sido el cuarto elemento de ese triunvirato Kind of Blue-Giant Steps-The Shape of Jazz to Come que dio la vuelta al jazz en 1959. Sólo por mantener esa grabación en el mercado, ya merece la pena alabar esta edición.
El resto de material es excelente también, con menos altibajos de lo habitual en cualquier integral. Esta música es reflejo de una época en la que el jazz se revolvía, moviéndose hacia delante y negándose a soltar el pasado. Mingus mantenía un pie en la vanguardia y otro en Ellington, Parker o Monk, siempre honesto, siempre desafiante.
La leyenda dice que Jo Jones amonestó en su momento a Charlie Parker por su forma de tocar. Veinte años después, Mingus puso a tocar a Jones junto Eric Dolphy, añadiendo a Roy Eldridge a esa imposible fórmula. Y funcionó, vaya si funcionó. "
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sábado, 1 de octubre de 2011
Alon Nechushtan - Words Beyond (2011)
"¿Cuántos tríos como este puede haber en Nueva York? La ciudad alberga la mayor agrupación de músicos de jazz del mundo, de todos los gustos y colores, lo que implica que haya más oferta que en ningún otro sitio y, que probablemente, sea mejor. Por otro lado, ese tipo de aglomeraciones también albergan multitud de formaciones intrascendentes y reiterativas, diferentes versiones de propuestas muy similares, desarrolladas por músicos que se mueven en los mismos ambientes. El nivel medio es alto con respecto a otras zonas geográficas pero, en Nueva York se aspira, sobre todo, a ser uno más."
"Con Words Beyond es imposible de saberlo con certeza, puesto que, en definitiva, es un buen disco de un trío neoyorquino estándar. En España serían la repanocha; allí, un buen grupo. Si Nechushtan será un grande, o uno más en la capital jazzística del mundo, es algo que iremos viendo en sus próximos registros. De momento, nos quedamos con el nombre y con un disco disfrutable."
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