Recuerdo escuchar de forma obsesiva este disco cuando salió, hace casi 20 años, convirtiéndose inmediatamente en uno de los discos claves de mi adolescencia.
Volver sobre este tipo de grabaciones tiene cierto peligro, puesto que el tiempo puede ser bastante cruel con los recuerdos de uno. Con Wish no ocurre eso. Nunca he dejado de reescucharlo cada cierto tiempo y tampoco nunca me ha decepcionado.
Es lo que tienen los grandes discos, que el paso del tiempo no les afecta o, en el caso de hacerlo, no suele ser para mal. Y este un disco enorme.
En septiembre de 2011, 19 años después de escuchar Wish por primera vez, sigue sonandome tan acojonante como el primer día y sigue teniendo un pequeño hueco en mi vida.
Nota: pinchando en la portada puedes escuchar el disco en Spotify (según país de residencia).
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