Sé que Jim Guttmann no es un tipo muy conocido en los círculos jazzísticos, pero no es en absoluto un novato; el contrabajista lleva tocando, grabando y actuando desde los años 70.
La música con la que sí ha estado muy relacionado es el klezmer, un estilo muy ligado al jazz durante los últimos años gracias a unos cuantos músicos de renombre.
Pues bien, Guttmann se ha metido al estudio con un puñado de músicos de talento para mostrar su propia simbiosis de jazz y música tradicional judía y le ha salido un disco más que destacable.
Lo malo de este tipo de fusiones es que, en demasiadas ocasiones, es habitual que les falte veracidad; a Bessarabian Breakdown le ocurre todo lo contrario. Todo el disco desprende autenticidad, algo complicado teniendo en cuenta que salta sin problema del jazz al klezmer pasando por la música latina y varios ecos de la tradición europea popular.
Entre los músicos a destacar en la grabación, en parte por ser más conocidos, hay que citar al trompetista Frank London y al guitarrista Brandon Seabrook, pero algunos nombres menos sonoros también destacan, como el pianista Art Bailey y los clarinetistas Billy Novick y Ted Casher.
Con formaciones que van desde el trío a formaciones de hasta once músicos, Guttmann y compañía arreglan algunos temas del cancionero popular judío, dándo a cada uno de ellos enfoques diferentes.
¿Irregular? En algún momento puede parecerlo, pero el disfrute está garantizado.
4 comentarios:
Siempre me ha dado un poco de yuyu este tipo de fusión pero, ya que lo dices, me arriesgaré.
Salud.
Aquí hay muchos momentos en los que, más que fusión, lo que hay es estilos compartidos...
En un rato subo un clip de audio para que escuches un temita.
Caramba con el toque latino, si me han dado ganas de sacarte a bailar, je, je. Sí que es cosa fusionante, sí. Me gustó.
Salud.
Pues me alegro mucho hombre, y más sabiendo tu reticencia a este tipo de fusiones!!!
Un saludote!
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