Menuda decepción. Pero estas cosas suelen pasar cuando un grupo promete tanto como éste.
Hay pocos pianistas como Uri Caine, pocos violinistas como Mark Feldman, pocos contrabajistas como Greg Cohen y pocos baterías como Joey Baron. La idea de un cuarteto con todos ellos pone el listón tan alto, que es dificil no sentirse decepcionado.
Pero si este disco decepciona no es por las espectativas, sino porque la música aquí contenida ofrece mucho menos de lo que debería, dadas las circunstancias. Digamos que, por algún motivo, el disco es flojo y predecible, llegando a incurrir en lo ñoño.
No es que no haya grandes momentos, y está claro que estos tipos tocan un montón, pero el problema es precisamente ese: que tocan mucho más que esto.
No es un mal disco, pero es muy poca cosa teniendo en cuenta quién lo firma.
2 comentarios:
Y es que ya se ha dicho un montón de veces, el tener a tantos buenos músicos no siempre nos deja un buen disco.
Recuerdo el comentario de Jorge LG cuando comentaba el disco de Murray y Arvanitas, en el que mencionaba que el pianista era bastante flojito con respecto a Murray, sin embargo en el disco esa mezcla queda genial.
Así que habrá que poner a menos nombres famosos y que cuadren mejor con la música que quieran tocar. Cuatro grandes personalidades pueden ser que no se pongan de acuerdo a la hora de dar forma a un tema. ¿No sé que te parece a ti, Yahve?
aquí estoy escuchandolo y es cierto que suena formuláico... quizás el enfoque que los aventajados del downtown neoyorkino está demasiado lastrado por lo tics de la escuela zorniana y una cierta frialdad que choca mucho con la naturaleza espiritual del repertorio. zzzzzzzzz.
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