Su sonido, muy cercano al de Johnny Hodges (a quien sustituyó en la orquesta de Ellington entre 1951 y 1953), tiene su toque expresivo y sinuoso, pero en los tiempos rápidos muestra un fraseo ágil y articulado, precedente de figuras como Earl Bostic.
Su papel durante décadas como director de las secciones de saxos de Lunceford y James centra su obra hasta el punto de que sea realmente difícil escucharle en formatos pequeños o como líder.

Estas grabaciones, realizadas entre 1945 y 1951, son un buen ejemplo de su capacidad solista y sirven para retratar a un músico bastante más importante de lo que los libros cuentan.
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