sábado, 20 de agosto de 2011

Ayer, hoy y mañana (Michel Portal + Dr. Michael White + Trombone Shorty, 35 Festival de Jazz de Vitoria-Gasteiz, 12 de julio de 2011)

Recupero otro texto publicado con motivo del pasado festival de jazz de Vitoria-Gasteiz, aparecido originalmente en el periódico Gara:


Ayer, hoy y mañana
Michel Portal + Dr. Michel White & The Original Liberty Jazz Band + Trombone Shorty & Orleans Avenue
35 Festival de Jazz de Vitoria-Gasteiz
12 de julio de 2011


Así podríamos resumir lo vivido ayer en el 35 Festival de Jazz de Gasteiz, en tres conciertos que fueron del neoclasicismo radical de Michael White a la perenne modernidad de Michel Portal, con parada en la onda bailonga y actual de Trombone Shorty. Portal, hijo predilecto de Baiona y uno de los grandes del jazz europeo de todos los tiempos, no necesita mucha presentac
ión. Su compromiso con el jazz y la música libre siempre ha ido por delante y es sabido que en un concierto suyo el riesgo, el buen gusto y la música de altura están garantizados.

En esta ocasión venía acompañado de un grupo de jóvenes estrellas del jazz (aunque falló el contrabajista Scott Colley) que lucieron tanto, o quizá más, que el propio líder. A saber: Bojan Zulfikarpasic, habitual de Portal, es desde hace años uno de los grandes del piano europeo, y Nasheet Waits demostró una vez más por qué algunos creemos que es uno de los mejores bateristas de jazz del mundo.


El joven Ambrose Akinmusire, excepcional a lo largo de todo el concierto, está llamado a convertirse en el trompetista de moda y, de hecho, más de un espectador iba a verle específicamente a él. Puestos a comentar, Portal estuvo algo más atinado con el clarinete bajo que con el saxo soprano; pero es un maestro, y eso se le nota en cada gesto. Nada que ver con lo que vino después.



En Mendizorrotza nos encontramos con dos propuestas salidas de Nueva Orleans, ambas muy diferentes. Complementarias o antagónicas, eso depende del oído con el que se escuchen. Abrió la velada el grupo del clarinetista Michael White, habitual del festival en otros escenarios, normalmente gratuitos y, tal vez, menos exigentes.
White es una figura importante y recurrente en lo suyo, aunque quizá más por estar que por ser. Me explico: es amigo de la familia Marsalis y su nombre se oye constantemente entre los revivalistas del dixieland y el jazz tradicional de su ciudad, pero, en realidad, ni es un gran clarinetista ni un músico sobresaliente.

Su mayor virtud radica en su origen, en que, mejor o peor, es un neorleanés de pura cepa y su música es genuina y real. Nadie puede transmitirla con más convicción que él, porque lleva siendo parte de su vida desde su infancia. Eso le convierte en embajador musical de excepción, pero no necesariamente en un tipo genial.


Su concierto en el festival fue tan ortodoxo que en seguida se volvió ligeramente plomizo. Por supuesto, es virtualmente imposible alcanzar el nivel de clásicos como Louis Armstrong, Sidney Bechet, Kid Ory o Johnny Dodds, pero esa música se puede tocar con algo más de gracia y entrega a cómo lo hace el grupo de Michael White.


El joven Trombone Shorty, afincado también en Nueva Orleans, parte de un concepto musical muy diferente. Es trombonista, trompetista y cantante, y predica una diversidad musical amplia, que luego no lo es tanto, aunque mucho más que la de su predecesor en Mendizorroza.

Su terreno natural parece el funk jazzificado, y en varios momentos de su actuación vino a la cabeza -salvando las distancias- la música de Defunkt, el fabuloso grupo que formó hace treinta años el también trombonista (y hermano de Lester Bowie, del Art Ensemble Of Chicago) Joseph Bowie. Vamos, que lo que hace Trombone Shorty no es el colmo de la originalidad, pero funciona. El joven demostró ser un gran instrumentista y dominar el escenario en un show que, si bien algo reiterativo, resultó bastante más exitoso y animado que el de Michael White.


También hubo coincidencias, porque las raíces no perdonan: ambos grupos tocaron el clásico «St. James Infirmary» (el primero desde la tradición y el segundo, con aires latinos) y también ambos citaron al gran Cab Calloway para hacer cantar al público. Y es que, el protocolo del show es inquebrantable.


Yahvé M. de la Cavada, 2011


Nota: Pinchando AQUÍ o en la imagen puedes ver la publicación original del texto en la web del periódico. Al final de la misma hay un texto promocional con lo que se podía ver el mismo día de la publicación, y que no está escrito por mí, por supuesto.

No hay comentarios:

otros días, otros discos

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...