miércoles, 22 de diciembre de 2010

Más cambios en Imaxina Sons + la opinión de Lucía Martínez

Hace un par de días me llegó un email de Quinito López Mourelle en el que comunicaba que ya no formaba parte del equipo del festival Imaxina Sons. Esta noticia tiene toda la pinta de estar relacionada con el inexplicable cese de Baldo Martínez como director artístico del festival, de la que ya hablé aquí hace 20 días.

Quinito es un buen amigo y un gran escritor, y su labor en el departamento de prensa del Imaxina Sons siempre ha sido estupenda. Las crónicas de los conciertos que se publicaban en la web del festival dan buena muestra de ello. Es un tipo que sabe lo que dice y que, además, sabe ponerlo en negro sobre blanco, y de eso no pueden presumir muchos festivales en nuestro país.

La designación de Nani García como sustituto de Martínez abre una nueva etapa en la historia de Imaxina Sons, aunque todavía no sabemos qué nos deparará.



De todas formas, quiero aprovechar para publicar un texto aparecido hace unos días en la web de Cuadernos de Jazz en el que Lucía Martínez comenta la destitución de Baldo Martínez (no hay parentesco, por cierto).

Lucía Martínez es una batería y percusionista de enorme talento y su carrera es una de las más prometedoras de nuestra escena. Además es natural de Vigo y conoce el festival perfectamente, con lo que su opinión es de primera categoría. Aquí os la dejo.


¿Por qué cambiar lo que funciona, y bien además?
Por Lucía Martínez


Cuando recibo la “famosa notificación” del cese del director artístico del Imaxina Sons, no puedo hacer otra cosa que echarme las manos a la cabeza y preguntarme ¿por qué? Es una pregunta que no sé realmente quién me podría responder porque la razón que observo en esa notificación, la verdad, no me convence.


“Nos vemos obligados a aportarle aires nuevos a todas las programaciones que se repiten año a año para no caer en la rutina y volver a sorprender a los públicos que año a año apoyan el festival y a los nuevos públicos que queremos que se acerquen al jazz en nuestra ciudad”. Si existe algo poco rutinario en cuanto a actividad cultural se refiere es este festival que, después de seis años, si por algo llegó a ser conocido, respetado y admirado, fue por esa “falta de rutina”, no sólo en propuestas musicales sino en nombres. De hecho, una de las grandes preocupaciones de Baldo Martínez, como programador, era no repetir nombres de ediciones pasadas y muchos de nosotros, como músicos de jazz, no entramos en la programación por ese motivo, ya fuese con nuestros propios proyectos o con aquellos en los que participábamos. Así que ese afán de aportar aires nuevos que pretende la persona responsable de este festival (que no sé quién es), no se consigue dejando de lado -eso sí, muy educadamente-, a una persona que ha demostrado que puede hacer las cosas bien.


En cuanto a la “sorpresa”, no cabe en mi cabeza y tengo la certeza de que en la de otros muchos tampoco; la línea y la actividad que llevaba este festival nunca jamás en seis años nos dejó de sorprender ¿por qué iba a hacerlo ahora? Es muy temerario suponer hechos que en realidad no existen por el mero hecho de que pudiesen existir. No hay empresario más exitoso que el que delega, el que ofrece responsabilidades a los demás y comparte sus éxitos y fracasos. A la vista del público o de los músicos, este festival ha ido creciendo desde una pequeña isla hasta convertirse en las orillas de la ría, y me atrevo a decir que una de las razones ha sido la labor de Baldo Martínez: evidentemente, todo el equipo que trabaja en el festival tiene su parte en este triunfo pero Baldo es la persona que se arriesgó a proponer determinados proyectos que en cualquier otra circunstancia no habrían llegado a nuestro festival.


Y hablo de “nuestro” festival porque de una manera muy especial se hizo parte de la actividad de nuestra ciudad, y como viguesa, me honra poder decir fuera de mi ciudad qué tipo de festival tenemos. A nivel personal, este festival y su director artístico me han brindado la posibilidad de conocer tendencias y maneras de hacer música que nunca hubiese podido imaginar y me ha dado razones para hacerme salir de Galicia, para ver, escuchar y conocer. Eso sí, siempre vuelvo al Festival, como el que vuelve por Navidad.


Algo que también me duele mucho de todo esto es que no se haya brindado a Baldo Martínez la posibilidad de despedirse. No sé si desde dentro de la organización se puede ver pero la mayoría de músicos europeos que quieren venir al festival es a él a quien llaman, con quien contactan, a quien mandan un CD o le envían un e-mail. Es a Baldo al que todos vamos a comentar si nos gustó o no el concierto. Es a él a quien le van a preguntar los críticos de jazz que visitan el festival: y es Baldo la cara visible ante público, músicos y prensa de este festival. Y no sólo eso sino que lo respetamos y lo queremos porque se hace respetar, porque es serio y porque durante el festival siempre tiene tiempo para todos. Me gustaría que el próximo director artístico fuese a todos y cada uno de los conciertos, que desayunase con la prensa, comiese con programadores de otros festivales y cenase con los músicos, que tuviese tiempo y energía para estar como Baldo Martínez ha estado.


Todavía, y más aún, Baldo Martínez es capaz de enviar un comunicado demostrando su agradecimiento al Ayuntamiento de Vigo por confiar en él y a toda la gente que hace posible este festival: Baldo, eres todo un señor.


Con toda mi mejor intención, lo único que puedo hacer es darle las gracias a Baldo Martínez por estos seis años y desearle una larga y exitosa vida al Imaxina Sons.



Puedes ver la publicación original pinchando aquí o en la imagen.

2 comentarios:

Lucilíndala dijo...

Ya veo que Lucía además de buena música es buena escritora y con la cabeza muy bien amueblada. Mi pareja está completamente indignado con esta noticia. Colaboró un par de veces con el festival y todos en nuestro entorno parecen pensar igual que nosotros. Nani García...pues ya sabemos lo que toca señores: conciertos requete sabidos, que no decimos que no correctos, sino que conciertos "seguros", es decir para los No aficionados al jazz, es decir, conciertos para esos de "a mí me gusta mucho el Jazz: Miles Davis, en su estapa de los 50 y 60 - no me pongas delante el agartha y demás rayadas-, John Coltrane Ballads - no quiero ni ver delante el Africa Brass o el Interstellar Space- y Pat Metheny pero no la mierda esa del Song X" de esos que dicen "sí ahora resulta que Atomic es Jazz, vah, eso no es nada, es una mierda"...
Siento enormemente que haya pasado esto, en A Coruña apoyamos muchísimo a BAldo, mi pareja ya me había comentado que seguramente Quinito, sin Baldo, no seguiría en el festival :( una verdadera pena, para todos, para los que escuchan jazz y para los músicos...
El Concello de Vigo se ha lucido con esta elección. ¿Como era aquello de aquella película? "Show me the money!!!!"

jesus dijo...

hay un peligro muy grande en los festivales (y similares). ese es el de la continuidad de sus organizadores como puesto vitalicio (extrapolese a los criticos, a los programas de radio....). con el tiempo se anquilosan algunas ideas que en un principio eran frescas, se crean tics, se pierde visión....
los cambios para refrescar la idea, para mantenerla joven y lozana (la eterna juventud), son (creo) imprescindibles. pero no creo que este sea el caso. me parece que a (mi viejo amigo) baldo se lo han cepillado para dar un "reaccionario" cambio de orientacion (eso es evidente por mas que no se diga a las claras y nadie lance piedras). algo que me parece licito por parte del que pone el dinero. que el que paga manda, ya se sabe. pero que del listado de festivales (muchos de ellos de jazz a tiempo parcial) impresentables de los qeu hace gala este pais desaparezca uno de esos pocos que se la pone dura a los que gustan del jazz en la mas amplia acepcion del termino y no del reduccionismo polico-correcto al uso de la radioformula/oficinas de managemments/multinacionales del disco....
una pena no haber podido ir a ninguna de sus ediciones. las fechas y la distancia lo complicaba todo mucho.
algo me dice que el año que viene ni me voy a enterar de que va la cosa.

otros días, otros discos

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