Hay algo hermoso en intentar ir hacia adelante. Si funciona o no, es lo de menos. La creación tiene cada vez menos espacio libre para innovar, las fronteras son flexibles y se han traspasado decenas de veces.Anoche, tras el concierto de Atomic en el Auditorio Nacional de Música de Madrid, el baterista Paal Nilssen-Love me dio algunos discos que me faltaban de su sello PNL Records. Entre ellos, este Slime Zone, una grabación en directo de un grupo llamado Slugfield y formado por Lasse Marhaug, Maja S.K. Ratkje y el propio Paal.
Electrónica, giradiscos, voz y percusión en una orgía sonora que suena desafiante, fresca y sugestiva. Improvisación libre, densa y catártica, que supone un nuevo atentado contra esas aburridas fronteras que encasillan el proceso creativo.
A mí me tiene fascinado.
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